Fósiles: la vida en piedra, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),  resume los logros en materia de descubrimientos, investigación, conservación y difusión del rico patrimonio paleontológico, arqueológico e histórico de México.

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Sobre la muestra, que se presenta en el Museo Histórico de Acapulco Fuerte de San Diego, en Guerrero, la directora general del INAH, Teresa Franco, refirió que las evidencias fósiles halladas en yacimientos de los estados de Coahuila, Chihuahua, Estado de México, Puebla, Aguascalientes, Michoacán, Nuevo León, Querétaro y Guerrero, han permitido recuperar información de gran valor y reconstruir el mapa geológico y biológico de la vida en la Tierra. La colección reúne 120 fósiles representativos de diversas especies que dan cuenta de la evolución de la Tierra, entre los que se pueden apreciar restos de ejemplares de animales que habitaron en diferentes eras geológicas, entre ellos de un mamut colombino de casi cinco metros de altura, un tigre dientes de sable, así como organismos marinos.

Un recorrido por las eras geológicas:

A través de piezas extraordinarias, dijo Teresa Franco, el visitante podrá hacer un recorrido por las diversas eras geológicas. “En la era Paleozoica, que inició hace 541 millones de años, se desarrollaron las primeras formas de vida acuática, siendo las plantas y luego los animales los que colonizaron tierra firme. Este periodo finalizó con la formación del supercontinente Pangea que dio comienzo a la era Mesozoica, la cual no produjo grandes cambios en la configuración del planeta o el clima, lo que permitió el desarrollo de los vertebrados como los dinosaurios, y posteriormente las aves y los mamíferos”.

Tras una extinción masiva hace 65 millones de años, que provocó también la desaparición de los grandes reptiles, los mamíferos se extendieron para dominar los siguientes millones de años en la era Cenozoica, periodo en el que ocurrió también la fractura paulatina del Pangea y el choque de placas que dieron forma al mundo como lo conocemos actualmente, abundó la directora general del INAH. “La extinción de miles de especies ha marcado la historia de la vida en la Tierra. Hay diversas hipótesis sobre este fenómeno biológico, que incluyen como causas a los cambios climáticos, procesos evolutivos y hasta la caída de un meteoro. Guerrero tiene una riqueza impresionante en materia de fósiles y creo que con esta exposición, tanto los pequeños, como los jóvenes e incluso los especialistas encontrarán el tema muy atractivo”.

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Estructurada en dos espacios:

Víctor Hugo Jasso, director del Museo Histórico de Acapulco Fuerte de San Diego, detalló que la exposición está organizada en dos secciones. En la Sala 15 del recinto se aborda el desarrollo de la vida en la Tierra, desde los organismos más antiguos hasta la megafauna que desapareció hace aproximadamente 10 mil años.  En el edificio anexo se exhibe el esqueleto de mamut de casi cinco metros de altura, con el 95 por ciento de la osamenta original. En esta segunda sección, se aborda la diversificación de las familias de mamíferos, incluyendo distintos tipos de mamuts, mastodontes y gonfoterios, dientes de sable, lobos y osos; perezosos gigantes, roedores y armadillos, animales conocidos el término de megafauna por alcanzar alturas y pesos extraordinarios.

En el Pleistoceno, hace 10 mil años se produjo la última glaciación conocida como Edad de Hielo, dando inicio al Holoceno, periodo en el que nos encontramos actualmente. El aumento de la temperatura y la modificación de los ecosistemas ocasionaron que muchos animales de la megafauna, adaptados a ambientes más fríos, se extinguieran. De las más de 100 piezas que se exhiben, 90 %, lo que enriquece la importancia de esta exposición, que podrá visitarse hasta el 10 de octubre y que se complementa con gráficos que dan cuenta de la apariencia de la flora y la fauna, la distribución de los continentes y de los océanos en cada una de las eras geológicas.

IMÁGENES: Fotografías cedidas por el INAH de algunos de los fósiles que conforman la exposición que podrá verse hasta el 10 de octubre en Acapulco. INAH_Mauricio Marat.