Grabados del Paleolítico descubiertos en el paraje de La Fregeneda conocido como Arroyo de las Almas
Dos arqueólogos de España y Portugal descubren un enclave con grabados del Paleolítico en el paraje de La Fregeneda conocido como Arroyo de las Almas, próximo a la desembocadura del río Águeda en Salamanca.

Canal Patrimonio_Beatriz Jiménez/ ICAL

La revista ‘Trabajos de Prehistoria’ recogía el hallazgo de un nuevo enclave del Arte Paleolítico en un paraje salmantino de La Fregeneda, conocido como Arroyo de las Almas. El investigador de la Universidad de Salamanca (Usal), Carlos Vázquez Marcos, y el portugués, Mário Reis, encontraron grabados verticales sobre rocas de pizarras y esquistos. Éstos calculan que en la zona “hay unos 600 grabados de diversas épocas”, pero destacan la importancia de 21 de ellos pertenecientes al Paleolítico, los cuales estos investigadores han podido estudiar de forma detallada para dar a conocer este descubrimiento ahora.

Ambos arqueólogos destacan en declaraciones a Ical que “el azar” les llevó hasta este hallazgo del conjunto rupestre, aunque también reconocen que el conocimiento científico adquirido y la meditada prospección llevada a cabo, “tuvieron algo que ver”. A principios de 2006, el arqueólogo portugués de la Fundación Côa-Parque y del Centro de Estudos em Arqueologia, Artes e Ciências do Património da Universidade de Coimbra, Mário Reis, viajó a Salamanca por la frontera de Barca d’Alva. Durante esa aventura le llamó la atención “la gran cantidad de aptos afloramientos verticales de pizarra y esquistos” que pudo divisar, así como las semejanzas que mostraban con algunos de los que albergaban los nuevos descubrimientos gráficos que él mismo estaba llevando a cabo en el valle del Côa portugués desde hacía un año.

Poco después, en 2011 Reis descubrió también la roca paleolítica de Redor do Porco, situada en el Águeda portugués, junto a yacimientos de ocupación en este valle, lo que “hacía prever la existencia de arte rupestre” como expresa. Junto al arqueólogo Paleolítico de Siega Verde y actual miembro del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Usal, Carlos Álvarez, decidieron llevar a cabo un proyecto conjunto. Tras solicitar el permiso de prospección en 2015, y “gracias al aval científico” concedido por el Centro de Estudos de Arqueologia, Arte e Ciências do Património de la Universidad portuguesa de Coimbra y también de su coordinadora científica, Maria da Conceição Lopes, comenzaron el estudio.

Un proyecto “de amigos”

Se trata de un proyecto que en 2015 emprendieron dos amigos arqueólogos, uno español y otro portugués que, como ellos mismos confiesan “fue financiado con recursos propios” en el curso medio-bajo del río Águeda y sus principales afluentes, hasta su desembocadura en el río Duero.

El salmantino Carlos Álvarez señala que el hallazgo de este conjunto rupestre demostró “la importancia y potencial” para la prehistoria del suroeste de Europa, “que tiene el Duero internacional”, con las cuencas del ríos Côa y Águeda como principales focos además de otras como “la del Sabor”.

Sobre los grabados encontrados, explican que presentan “sólidas semejanzas formales, técnicas y cronológicas” entre las figuras más antiguas de Arroyo de las Almas y algunas de las fases paleolíticas que fueron detectadas en Siega Verde y en el Côa e indican que “las similitudes son mayores con el conjunto portugués”. En ese sentido, inciden en que “es de índole técnica” puesto que en Arroyo de las Almas “nos encontramos con el predominio absoluto de la incisión para la ejecución de las figuras paleolíticas”, como ocurre en la Côa, donde esta técnica dicen “es abrumadoramente dominante” a diferencia de Siega Verde, en la que por su parte “predomina el piqueteado de contornos directo o indirecto”.

A esto, los arqueólogos añaden que, al igual que en el arte del Côa, este nuevo yacimiento “cuenta con una larga diacronía”, es decir, “con figuras que abarcan todo el espectro cronológico desde el Paleolítico hasta nuestros días”, pasando por la Prehistoria reciente y la Edad del Hierro. Asimismo, ambos compañeros reseñan que Arroyo de las Almas “no es una mera copia”, sino que “tiene una originalidad propia” en los cuatro periodos cronológicos considerados, “lo que lo hace aun más interesante este enclave”.

Importancia para la historia

La información obtenida del análisis metódico de cada uno de los núcleos, rocas, paneles y figuras grabadas de las diferentes épocas detectadas, “es abundante y densa a la vez”. De ahí, remarcan, que “todo lo descubierto tenga que ser publicado poco a poco”. Álvarez incide en que no se debe olvidar que “este conjunto rupestre no es sincrónico sino diacrónico” y tuvo una larga vida con funcionalidades diversas.

En el caso del arte del Paleolítico Superior, se trata de “una contribución más” al importante paradigma de este arte al aire libre, “cada vez más sólido y numeroso”, como añaden, junto al conocido de las cuevas o abrigos.

Los dos investigadores afirman que Arroyo de las Almas, junto al conjunto del arte del Côa, Siega Verde, Domingo García en Segovia y los restantes yacimientos paleolíticos al aire libre repartidos por toda la cuenca del Duero, consolidan a esta región como “una de las más importantes del mundo para el estudio de este período”. El arte Paleolítico, además, muestra la importancia de las de redes de intercambio y lugares de movilidad concretos, entre los que Arroyo “debió de jugar un papel estelar”, así lo matizan. También reconocen que las figuras dadas a conocer “están ayudando a una mejor caracterización de la identidad cultural simbólica” compartida entre regiones. Sostienen que el arte de la Edad del Hierro del sitio rupestre presenta un conjunto de grabados “muy relevante, numéricamente, además de original”.

Tal y como cuentan, en breve llevarán a cabo nuevas publicaciones donde incidirán en este momento y en los pertenecientes a la Prehistoria reciente, “con motivos grabados por percusión o piqueteado” típicos del Arte Esquemático, además de “otras dos rocas con un tipo de grabados muy especial”, que consisten en aglomeraciones de trazos lineales “profundamente abrasionados”, de los que añaden que son “relativamente abundantes en la cuenca vecina del Duero portugués”, donde se conocen con el nombre de “uñadas del diablo”.

Carlos Álvarez remarca que no olvidarán “el arte más reciente, moderno y contemporáneo”, o también denominado como “arte agro-pastoril y popular”, que tanto información antropológica ha aportado sobre las sociedades del siglo XVIII y XIX.

Cuestión de protección

Reis y Álvarez coinciden en tener “fundadas dudas” sobre el posible potencial turístico del hallazgo. Dicen que la dificultad para percibir, desde el punto visual, la mayoría de las figuras grabadas, “es notable”, además, la técnica de grabado utilizada y sus dimensiones “tampoco lo facilitan”, al igual que el acceso a las rocas que “no siempre es factible”. A lo que añaden la fragilidad y vulnerabilidad del arte rupestre.

A su juicio, consideran que “se debería priorizar la cuestión de la protección”, al menos de las más relevantes. Desde la óptica de la investigación, señalan que “el enclave aun podría tener potencial” como sucede con otros del entorno de las cuencas del Águeda y Duero, aun sin prospectar. Sin embargo, en el propio Arroyo de las Almas “no debería haber mucho más arte por descubrir”, ya que exponen que la prospección que ellos llevaron a cabo “fue muy intensa”.

Sin duda, tanto Mário Reis como Carlos Álvarez mantienen que “sería interesante ampliar la prospección arqueológica a otras zonas del valle de Águeda”. Pero para ello, insisten en la necesidad del apoyo por parte de los sectores públicos o administraciones para conseguir poner en marcha los trabajos de investigación

IMÁGENES: ARCHIVO ICAL