La Biblioteca Nacional de España ha incrementado la colección de incunables con la adquisición de 14 ejemplares, todos ellos hasta ahora en manos privadas. Se llama “incunable” ​ a todo libro impreso durante el siglo XV, antes del día de pascua de 1501, pues en esa época se hacía comenzar el año en este día.​ Estos últimos ejemplares se unen a los alrededor de 3.100 incunables conservados por la Biblioteca, donde están representadas las principales imprentas españolas y la mayor parte de las imprentas europeas.

Canal Patrimonio_BNE
Acceso a la obra Coplas de vita christi, de la cena cōla passiō..., 1492
Coplas de vita christi, 1492. BNE

Esta reciente adquisición ha enriquecido los testimonios incunables conservados en la BNE de la obra del dominico Antonino de Florencia Suma de confesión llamada Defecerunt, que tuvo mucho éxito editorial tanto en latín como en romance, como refleja el gran número de ediciones que se conservan. El propio Cisneros manifestó su especial interés por su impresión, como se manifiesta en dos cartas fechadas en febrero de 1499, en las que expone su deseo de imprimir “unas mil Florentinas de aquellos repertorios que hizo el arzobispo de Florencia para los confesores…”.

Pero si hay un ejemplar que debe destacarse de este conjunto es el Cancionero de Zaragoza de 1492 o la Vita Christi de Íñigo de Mendoza, por ser la primera y más importante pieza de las tres que incluye. Este incunable enarbolaba en repertorios y bibliografías la etiqueta de “incunable en paradero desconocido” y había sido objeto de incansables búsquedas por especialistas que nunca dudaron de las afirmaciones de los eruditos que dieron noticia de él.

La rareza de la edición se debe a que la numeración se interrumpe tras el folio XXXV y se reanuda en el folio LIIII. En esa laguna se han interpolado 40 hojas correspondientes a otras composiciones de Mendoza y de otros autores: 15 hojas de la Pasión Trobada, de Diego de San Pedro, seguidas de dos breves composiciones tituladas Preguntas a Nuestra Señora, probablemente de Iñigo de Mendoza, y Coplas del Quicumque vult fechas so determinación y correpción de la madre santa Iglesia, un texto inédito.

Como refleja el colofón, se imprimió en una de las imprentas incunables más importantes de nuestro país por la calidad y cantidad de las obras producidas, la de Pablo Hurus en Zaragoza en 1492 y los diferentes fragmentos que acompañan al texto principal probablemente corresponden también a ediciones de Hurus, de las que no se conocían ejemplares anteriores.

El volumen presenta una encuadernación de bibliófilo del siglo XIX en tafilete verde que presenta en ambos planos doble marco dorado y decoración radiante en las esquinas, con cortes jaspeados. Perteneció al Colegio de la Compañía de Jesús de la Concepción de Sevilla, posteriormente, a Gaspar Melchor de Jovellanos y, finalmente, fue adquirido por Pedro Vindel hace más de 80 años.

Habida cuenta de que en la actualidad no se tenía constancia de la localización de ningún ejemplar del Cancionero de Zaragoza de 1492 y de que los otros fragmentos interpolados pertenecen a ediciones no conocidas ni documentadas hasta hoy, se constata la rareza de este ejemplar y su interés bibliográfico.

Los 14 incunables

En total el conjunto adquirido por el Ministerio de Cultura para la BNE incluye 14 incunables, 3 post-incunables, un manuscrito iluminado y un impreso del siglo XVI. Entre los ejemplares más valiosos podemos destacar una Biblia latina impresa en Colonia en torno a 1475 con encuadernación de época en piel sobre tabla y bellas iniciales iluminadas a dos tintas. Merece también una mención especial un libro de horas post-incunable impreso por Thielman Kerver en 1503. Se trata de un ejemplar impreso en vitela de una edición parisina ampliamente ornamentada con orlas historiadas que representan escenas bíblicas y de la vida cotidiana, así como motivos vegetales y animales.

Muchas de las piezas corresponden a ediciones incunables de grandes clásicos, como por ejemplo un ejemplar de 1491 de la obra de Tito Livio Ab Urbe condita o un ejemplar de 1477 de las Comedias de Terencio. En este conjunto documental se incluye también un manuscrito que contiene la Regla de San Benito escrito e iluminado en Castilla a comienzos del siglo XVI.