El Gobierno de Chile ha lanzado una campaña para que las momias Chinchorro, las más antiguas del mundo, sean reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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Momias de Chinchorro

La iniciativa pretende rescatar el valor cultural y arqueológico que la cultura Chinchorro dejó en la región de Arica y Parinacota, en el norte de Chile. La campaña tiene el objetivo de recoger más de 30.000 firmas en todo Chile que apoyen la designación de las momias Chinchorro como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, destacó que el Ejecutivo ha hecho todo lo que está a su alcance para “posibilitar que se haga realidad la declaración de la cultura Chinchorro como Patrimonio de la Humanidad”.

“Esta es una causa del pueblo de Chile, del conjunto de nuestra sociedad y vamos a seguir contribuyendo para hacerla visible y que millones de voluntades se expresen para lograr este sueño”, expresó el ministro en un comunicado. Los investigadores y arqueólogos han dejado de desenterrar momias Chinchorro desde los años 80 debido a las restricciones y necesidades de mejorar las condiciones de conservación de los cuerpos.

Las más antiguas del mundo

Las momias de Chinchorro son las más antiguas del mundo, ya que datan de hace más de 7.000 años, 2.000 antes de que los egipcios comenzasen a momificar a sus grandes faraones. Son reconocidas por su complejo y sofisticado proceso de momificación, que empezaba con la desmembración del cadáver, la extracción de los órganos, músculos y huesos y la substitución de éstos por vegetales, trozos de cuero y madera. La cultura Chinchorro, que cubría parte de lo que es hoy el sur de Perú y el norte de Chile, conforma una de las primeras manifestaciones culturales complejas de la muerte y los antepasados.

IMAGEN: Una campaña chilena tiene el objetivo de recoger más de 30.000 firmas para apoyar la designación de las momias Chinchorro como Patrimonio de la Humanidad por parte de Unesco. EFE/Archivo