Material gráfico relacionado con el fútbol del archivo de la BNE.

En mayo de 1902 tuvieron lugar en Madrid numerosos festejos por la coronación de Alfonso XIII, entre los que destacó el  Concurso Madrid de Foot-Ball, primer torneo nacional futbolístico celebrado en España.

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Material gráfico relacionado con el fútbol del archivo de la BNE.

Conocida popularmente como la Copa de la Coronación, la competición fue impulsada por los hermanos Carlos y Juan Padrós, fundadores del (Sociedad) Madrid Foot-ball Club, actual Real Madrid, y su celebración sería decisiva para la historia del fútbol de nuestro país. En la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España se conservan los ejemplares de mayo de ese año, de la revista Actualidades, que recogió los festejos que tuvieron lugar esos días. Además, el periódico El Liberal del 13 de mayo de ese mismo año, anunciaba los partidos de fútbol que iban a tener lugar ese día en el Hipódromo de la Castellana, así como los equipos participantes y sus jugadores, en su apartado “Las fiestas de hoy”.  El éxito de la Copa de la Coronación fue tal que Carlos Padrós decidió organizar el Campeonato de España, en el que se enfrentaran los mejores equipos del país. Este torneo, el primero de este campo a nivel nacional en la historia de España, se celebraría cada año y su campeón recibiría una copa cedida por el rey.

En 1903 se celebró en el Hipódromo de la Castellana el primer Campeonato de España, en el que participaron el Club Español de Foot-ball por Cataluña, el Madrid Foot-ball por la región central y el Atletic Club por la zona norte del país. Este último salió vencedor ganando a los madrileños 2-3. Tras este torneo, surgió el germen del Atlético de Madrid, pues los aficionados, entusiasmados ante la victoria de los vascos, decidieron fundar un club filial del Atletic. Al año siguiente tuvo lugar una situación inédita en el fútbol español, y es que el Athletic Club de Bilbao fue proclamado campeón del torneo sin haber jugado la final en Madrid. La polémica surgió cuando se suspendió un partido por la lesión de un jugador. El Real Madrid y el Español se negaron a acatar dicha medida, y, tras fuertes disputas, se decidió proclamar vencedor al campeón vigente, el Athletic Club de Bilbao. Los Campeonatos de España tuvieron lugar, en sus primeros años, en Madrid, aunque en 1909 se decidió que el equipo campeón organizaría el del año siguiente. Ese mismo año se creó la  Federación Española de Clubs de Foot-ball, primer organismo de carácter nacional al que se le encargó la organización de las competiciones. Sin embargo, la Real Sociedad de Foot-ball de San Sebastián, creyéndose legitimada para organizar el campeonato, no aceptó la situación y actuó por su cuenta.

Material gráfico relacionado con el fútbol del archivo de la BNE.

De esta manera, en 1910 tuvo lugar un hecho insólito: la celebración de dos torneos nacionales en España, uno organizado por la Federación Española de Clubs de Foot-ball y otro por la Real Sociedad de San Sebastián. A finales de año, los vascos aceptaron la legitimidad de la Federación Española, pero los desacuerdos continuarían en los años siguientes. De hecho, en 1913 se volvieron a celebrar dos campeonatos nacionales ante las desavenencias existentes entre  la Federación Española de Clubs de Football y equipos como la Real Sociedad de Foot-ball o el Foot-ball Club Barcelona, que se dieron de baja de la Federación y fundaron la Unión Española de Clubs. Poco más tarde se produciría la reunificación del fútbol español con la constitución de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), sucesora de la  Federación Española de Clubs de Foot-ball. En la década de los años veinte el fútbol se consolidó en España: los partidos se disputaban con más frecuencia y el éxito entre la población crecía. De hecho, la revista de deportes Gran Vida dedicó su número de diciembre de 1924 al campeonato de fútbol. En la portada de esta publicación, que puede verse en su totalidad en la hemeroteca digital de la BNE, aparece el Athletic Club de Madrid, al que señalan como futuro campeón de la Región Centro. Surgieron los primeros nombres propios, estrellas del balón como José Samitier o Ramón Polo cuya popularidad era notoria. Tanto es así que, pronto, los comerciales supieron aprovechar la situación y numerosas empresas hicieron negocio con la imagen de los futbolistas. La BNE conserva en sus fondos postales de jugadores de fútbol de equipos como el Madrid Foot-ball Club, antecedente del Real Madrid, que regalaba la chocolatería Amatller. En ellas, además del escudo, la foto del jugador y una escena futbolística a color, aparecía una breve biografía del futbolista.

Otras empresas aprovecharon el éxito del fútbol para vender sus productos, como fue el caso de Mestre & Bladge (S.A), que en 1924 anunciaba sus artículos para fútbol en el diario Madrid-Sport. Es importante señalar que los futbolistas no se llevaban ni una peseta de este negocio,  pues los derechos de imagen no se consideraban y nadie creía que pudieran ganar dinero haciendo algo más que jugar al fútbol. El Athletic Club de Bilbao fue, durante estos años, uno de los equipos españoles más exitosos: durante la década de los años veinte se dedicó a reclutar a los mejores talentos del fútbol vasco, como Blasco, Unamuno o Lafuente, y en los años treinta ganó cuatro copas en cinco años. La BNE conserva el himno del Athletic Club, compuesto en la década de los treinta por el músico Feliciano Beobide. A lo largo de estos años variaron los requisitos necesarios para competir en el torneo nacional, hasta que en 1934 la Federación Española agrupó los distintos torneos regionales que se venían celebrando en seis campeonatos suprarregionales, cuyos ganadores participarían en el Campeonato de España, renombrado Copa del Presidente de la República desde 1932. La BNE conserva en sus registros sonoros un diálogo cómico de un partido de football del año 1930, recitado por Fernando Aguirre y Rafael María de Larra.

Tras el estallido de la Guerra Civil en el verano de 1936 las competiciones quedaron suspendidas, pero las actividades futbolísticas continuaron celebrándose en la zona controlada por el gobierno republicano, al este del país. De hecho, entre junio y julio de 1937 se celebró en Barcelona la Copa de la España Libre, que ganó el Levante FC, aunque la victoria sería invalidada más tarde por los nacionales y nunca fue reconocida por la RFEF, y no sería hasta el año siguiente cuando tomaría su nuevo nombre, Copa del Generalísimo, en honor al nuevo jefe del Estado, Francisco Franco. La ciudad elegida para albergar la final fue Barcelona, símbolo de la hostilidad hacia el nuevo régimen durante la guerra. Madrid, Valencia y Cataluña, las zonas que resistieron hasta el final de la contienda, no estuvieron representadas en esta primera competición, y numerosos equipos sufrieron la persecución de sus directivos, futbolistas y entrenadores afines a la República. Además, el Ahtletic, hasta entonces el mejor equipo de España, sufrió la pérdida de algunas de sus estrellas que se exiliaron fuera del país. Consciente del éxito del fútbol entre los españoles, Franco dio órdenes de lograr que la FIFA aceptara a España en los campeonatos internacionales, utilizando camisetas azules para evitar cualquier referencia a un pasado “rojo, y mandó castellanizar algunas palabras extranjeras como football o Ahtletic. En esta época destacan figuras como Agustín Piru Gaínza, Jose Luis Panizo o Telmo Zarra, siendo este último el máximo goleador de la historia con 81 goles en 74 partidos, récord que desde 1953 no ha sido superado.

En 1976, tras la muerte de Franco, la antigua Copa del Generalísimo fue rebautizada de nuevo como Copa del Rey, título que conserva en la actualidad. El Diario de Avisos ya anunció en su número del 25 de junio de ese año que ese sería el último torneo en el que se entregaría la Copa Del Generalísimo. Así lo recoge en su hemeroteca la BNE.

IMÁGENES: Material gráfico relacionado con el fútbol del archivo de la BNE. Biblioteca Nacional de España.