La figura de un antropomorfo, un ser que mezcla lo humano con lo animal, quizá sea lo más curioso pero no lo único que el visitante puede ver en Hornos de la Peña, una de las diez cuevas Patrimonio de la Humanidad de Cantabria, en la que se pueden contemplar grabados y pinturas de hace más de 20.000 años.

Canal Patrimonio

CanalPatrimonio_HornosdelaPeña_EFE

Situada en pleno monte, cerca del pueblo de Tárriba, en el municipio cántabro de San Felices de Buelna, Hornos de la Peña fue localizada por el arqueólogo Hermilio Alcalde del Río en 1903, al mismo tiempo que la mayoría de las cuevas con arte rupestre de la Cornisa Cantábrica.

Datación

Datar una figura realizada sobre la piedra es, aun en pleno siglo XXI, casi imposible y la mayoría de los grabados y pinturas, como ocurre en todas las cavidades, se encuentran en el interior, por donde ahora no es fácil acceder, así que imaginemos cómo lo hacían sus moradores hace miles de años, cuando incluso tenían que reptar para entrar en las distintas galerías de la cavidad.

Qué podemos ver

Ya en su entrada o vestíbulo, se puede contemplar uno de los grabados únicos, quizá realizado con silex por su profundidad, que muestra parte de un caballo que se cree que nuestros antepasados dibujaron hace más de 20.000 años, antes de que otros artistas pintaran los bisontes en Altamira.

En una de las galerías, la primera de la visita, un grupo de prehistoriadores ha localizado recientemente el grabado de una cierva trilineal (hecha con tres líneas), por lo que, como ocurre siempre en estas cavidades, nadie descarta descubrir en un futuro más vestigios de arte de nuestros antepasados.

Ya descubierto, por quien encontró la cavidad, hay un uro -toro salvaje- grabado con los dedos sobre arcilla, en una especie de hornacina dentro de una amplia galería.

Cerca, en otras pequeñas salas, el visitante puede ver grabados de más representaciones de animales, como caballos, bisontes o cabras, así como unos signos, hechos con los dedos sobre superficie blanda, denominados Macarroni, que también han aparecido en otras cavidades con arte rupestre.

El antropomorfo

Curioso y único en relación a otras cuevas -aunque también aparece en Altamira-, es el grabado de un ser hombre y animal, un antropomorfo, en posición erguida, que el visitante puede ver al final del recorrido.

Es emblemático, una de las personalidades en el estudio de la Prehistoria Henri Breuil lo llamó “el mono” y es la figura más destacada en Hornos de la Peña. EFE

IMAGEN: Raúl Gutiérrez, muestra el interior de la cueva Hornos de la Peña, una de las diez cuevas Patrimonio de la Humanidad de Cantabria. EFE