La exposición de Las Edades del Hombre que se desarrolla en Ávila y Alba de Tormes (Salamanca) traslada al visitante a un mundo en el que no sólo el arte llama la atención, sino que también puede descubrir curiosidades como que san Juan de la Cruz era “natural” de Medina del Campo (Valladolid).

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pieza Edades del Hombre

Cuando el ser “natural de” no significaba haber nacido en un lugar determinado, un joven fraile que había nacido en Fontiveros (Ávila) con el nombre de Juan de Yepes ingresó en la Universidad de Salamanca en torno a 1564-1565, según reza el libro de registro que se expone en la capilla de Mosén Rubí, de Ávila. Quien busque el nombre de fray Juan de la Cruz o Juan de Yepes no lo encontrará, sino que, en su lugar, podrá leer “fray Juan de Santo Matías”, nombre que adoptó al tomar los hábitos, antes de convertirse en Juan de la Cruz y de unirse a Santa Teresa en la reforma del Carmelo. Añade el registro: “natural de Medina del Campo”, que en aquella época venía a significar que vivía en Medina, independientemente de donde hubiera nacido.

Libros con historia

El registro convive con joyas literarias como un “Amadís de Gaula” de 1580 procedente de la Biblioteca Histórica de Santa Cruz (Valladolid) y la “Gramática sobre la lengua castellana” de Antonio de Nebrija (1492) que conserva la Universidad de Barcelona, sin olvidar “La Celestina” de Fernando de Rojas (1541), llegada de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander.

Son imprescindibles de la historia de la literatura española, como lo es el ejemplar de “La vida del Lazarillo de Tormes” (1554), procedente de Barcarrota (Badajoz) que aquí se expone y que se encontraba emparedado, junto con otros nueve libros y un manuscrito, todos ellos de entre 1525 y 1554, en una vivienda particular de este municipio. Editada en Medina del Campo, esta obra podría corresponder a la segunda edición que se hizo del texto, de la que no se conocen más ejemplares, y fue hallada en 1992 detrás de un muro.

Los libros habrían pertenecido, según los expertos, a un clérigo que los ocultó al figurar entre los prohibidos por la Inquisición. Están escritos en latín, griego, portugués, italiano y castellano antiguo y tratan cuestiones de quiromancia y religiosas, de modo que, entre ellos, además del “Lazarillo”, había una edición de “La Lingua” de Erasmo de Rotterdam, de quien realizó Durero un grabado en 1526 que también se expone en Mosén Rubí.

Libros Edades del HOmbre

Un recorrido lleno de significado

A este lugar, donde se reunieron en una ocasión santa Teresa y san Pedro de Alcántara, el visitante entra pisando un suelo de cáñamo, con forma de espiga, que, según ha explicado uno de los comisarios de la muestra, el carmelita Juan Dobado, imita el material de las alpargatas de la santa y sostiene, además, muros que comienzan siendo oscuros y se tornan blancos. Es la simbología que traslada al visitante a la “oscuridad” de los tiempos de la Reforma protestante y la Contrarreforma católica, para llegar al blanco de la Orden del Carmelo y su reforma, mientras que, en san Juan, con el capítulo IV, que da título a la muestra, ‘Teresa de Jesús, maestra de oración’, las paredes son de cristal, simulando el “castillo de cristal” de “Las Moradas”.

En San Juan, además, se muestra una de las piezas más admiradas y que más ha costado acercar a Las Edades: el Cristo de los Desamparados de Juan Martínez Montañés (1617), llegado del convento sevillano del Santo Ángel, como también lo ha sido un Zurbarán llegado del Museo de Bellas Artes de Sevilla, para el que ha habido que construir una urna o caja de cristal. También esta medida se ha tomado con otras dos piezas en unas Edades que ya han superado los 25.000 visitantes: un cuadro de Felipe II atribuido al círculo de Sánchez Coello (1565) llegado de Madrid y un Ribera con Santa Teresa (1630) que se expone en Alba de Tormes. EFE_Carmen T. Izquierdo
Photographs:

IMÁGENES: Un suelo realizado en cáñamo para imitar las alpargatas, muros que identifican con sus colores diferentes momentos históricos, urnas de cristal para proteger piezas exclusivas o un facsímil de 1554 del “Lazarillo de Tormes” que se encontraba emparedado son algunas de las curiosidades que ofrece la muestra de Las Edades del Hombre, que se celebra en Ávila y Alba de Tormes. EFE