Cristina Vegas Garro, una de las fotografías de dos jóvenes mujeres realizadas en Toledo hacia el año 1870.

Dos jóvenes mujeres fotografiadas en la ciudad de Toledo hacia el año 1870, una de aspecto triste y otra confiada y desenvuelta, han podido ser rescatadas del olvido conocer detalles de sus vidas. O al menos, en una parte de ellas.

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Cristina Vegas Garro, una de las fotografías de dos jóvenes mujeres realizadas en Toledo hacia el año 1870.
Las dos preciosas imágenes, en formato de carta de visita, llegaron al Archivo Municipal de Toledo, donde han conseguido desempolvar no solo parte de las vidas de sus protagonistas sino, también, de los fotógrafos. “Cuando vemos una fotografía antigua de alguien desconocido solemos preguntarnos datos sobre esa persona pero la mayoría de las veces siguen en el anonimato“, explicaba el archivero de Toledo, Mariano García Ruipérez. Este olvido es mayor aún si la protagonista es una mujer, como las dos jóvenes retratadas en Toledo en el último tercio del siglo XIX, de una edad similar pero con un aspecto muy distinto y a las que el Archivo ha logrado identificar y contar sus vidas. Cristina Vegas Garro, que aparece triste y melancólica en la fotografía de Rafael Mora, había nacido el 9 de abril de 1849 en Alicante y murió en Toledo el 20 de septiembre de 1873, con apenas 24 años. Era la hija mayor del comandante Pablo Vegas (que había muerto en 1864) y Ángela Garro, y ahijada del duque de Riansares, y tenía una discapacidad en la pierna izquierda, seguramente causada por la poliomelitis. Lo que no se conocen son los motivos de su estancia en Toledo (posiblemente de formación) pero en esta ciudad murió poco después de que el fotógrafo captara “su tristeza y melancolía a través de esa mirada perdida“, asegura García Ruipérez. La joven viste de negro, lleva el cabello recogido, está sentada en una silla y no mira al fotógrafo. Entre las manos, un abanico blanco.

Gumersinda Zazo, una de las fotografías de dos jóvenes mujeres, realizadas en Toledo hacia el año 1870.

 

 

Completamente distinta es la fotografía de Gumersinda Zazo, esposa del general Mathé, que por los años de la instantánea era capitán en la Fábrica de Armas de Toledo. Felipe Mathé era hijo del reconocido general José María Mathé (1800-1875) y de Felipa de Jado, y en 1903 fue nombrado general de brigada de Artillería. Gumersinda debió nacer a finales de la década de los cuarenta (como Cristina) y en la fotografía se percibe claramente su carácter, la de una mujer segura de sí misma. Lleva largas trenzas y pendientes, muchos abalorios, y está de pie, mirando a la cámara con los brazos cruzados. Su ropa también es inusual. Esta fotografía es de Pedroso y Leal“, un estudio abierto en la calle Cordonerías, mientras que de Rafael Mora se conoce que era un sevillano que se instaló en Toledo hacia 1867. El Archivo Municipal de Toledo exhibe ya desde hoy en su página web las imágenes de las dos mujeres, la información que sobre ella ha conseguido y los datos de los fotógrafos. “No siempre es fácil poner nombres y vivencias a estos rostros anónimos pero, al menos en esta ocasión, lo hemos intentado“, ha señalado el archivero.

EFE

IMÁGENES: Gumersinda Zazo y Cristina Vegas Garro, las dos protagonistas de las fotografías de dos jóvenes mujeres realizadas en Toledo hacia el año 1870. EFE.