El Museo de Bellas Artes de Bilbao invita al espectador a sumergirse en la extraordinaria precisión y virtuosismo de la pintura hiperrealista, a través de una exposición retrospectiva de este movimiento, nacido en Estados Unidos a finales de los años 60.

Canal Patrimonio_EFE

hiperrealismo_EFE_Bilbao

La exposición, titulada “Hiperrealismo 1967-2013”, constituye una gran retrospectiva de un movimiento pictórico que surgió como rechazo de un grupo de pintores norteamericanos al dominio del expresionismo abstracto del momento. La muestra recoge 68 obras de 34 artistas tanto de la primera generación de maestros norteamericanos como Chuck Close, Richard Estes, Richard McLean, Don Eddy y John Baeder, como de las dos siguientes. En estas se encuadran artistas europeos como Ben Johnson y el español Bernardo Torrens, único representante nacional incluido en la exposición, presentes ambos en el acto de su presentación a los medios.

La pintura hiperrealista se caracteriza por la representación, lo más fiel y precisa posible, de objetos, edificios y lugares cotidianos, pero muy característicos del estilo de vida norteamericano, como pueden ser sus cafeterías, coches y motocicletas, en un primer momento, y del resto del mundo, después. Sin embargo, como ha apuntado el artista británico Ben Johnson, detrás de la precisión del trazo que reproduce la imagen se esconde la intención del artista de presentar al espectador una realidad “manipulada” al objeto de hacerle reflexionar sobre lo que hay, más allá de la precisión técnica de la obra. “Usamos la fotografía para alejarnos de la realidad”, ha revelado Johnson, a lo que el artista español Bernardo Torrens ha agregado que, si algo tienen en común los hiperrealistas, es que en sus obras intentan “crear una nueva realidad” que sólo existe en su mente.

Maestros del “engaño” y el  “juego”:

6713190m

El comisario de la exposición, el alemán Otto Letze, ha alertado a los que vayan a ver la muestra de que “deben pensar que los hiperrealistas son maestros en hacer trampas al espectador” en sus cuadros. Johnson ha apuntado, en este sentido, que “no hay que confundir la perfección de la técnica ni el método pictórico con el mensaje que puede transmitir cada cuadro. El mensaje de la obra siempre es más importante que la técnica. No hay que olvidarlo”, ha aconsejado. El movimiento hiperrealista, o “fotorrealista”, como se le denomina en el mundo anglosajón por basar sus obras en imágenes captadas previamente con la cámara fotográfica, ha sido cultivado por tres generaciones de artistas norteamericanos y europeos, fundamentalmente.

La muestra, creada por el Instituto para el Intercambio Cultural de Tubinga (Alemania) y comisariada por su director, Otto Letze, se compone de obras de artistas de las tres generaciones que han dado forma a este movimiento artístico. Precisamente, algunas de las piezas más representativas realizadas por artistas de esta primera generación como Richard Estes, Don Eddy, David Parrish o Richard McLean son las que reciben al espectador en la sala del museo que acoge la muestra. Los temas de esta primera parte de la exposición, ordenada cronológicamente, son los propios de la cultura norteamericana: edificios con sus típicas cafeterías, sus coches, sus motos, sus cabinas telefónicas, etc.

Según avanzan los años, mejoran las técnicas fotográficas y se incorporan al movimiento los artistas europeos de las dos siguientes generaciones, los temas van cambiando y se introducen otros nuevos, como los retratos y los desnudos, al modo de los del español Bernardo Torrens, y los edificios y vistas de ciudades europeas como Londres, París, Mónaco y Venecia. La exposición, que ha tardado unos diez años en poder conformarse, permanecerá en la pinacoteca bilbaína hasta el 19 de enero de 2015.

IMÁGENES: Una mujer observa las obras de Clive Head “Saliendo del metro”(i) y de Ben Johnson “El Rookery”(d), mientras un  hombre hace lo propio con la obra de Bernardo Torrens “El último rayo de sol” expuesta en el El Museo de Bellas Artes de Bilbao. EFE