El espíritu intelectual del cordobés Maimónides, uno de los pensadores referentes del judaísmo, revivió esta semana en el Museo de Israel de Jerusalén, que inauguró una exposición con manuscritos medievales que reproducen sus obras principales de pensamiento religioso, aún trascendentales tras más de 800 años.
Canal Patrimonio_ Joan Mas Autonell/Efe
En una sala oscura, con luces sutiles de tono rojizo y pequeñas escenografías que recrean lugares propios de la vida del “gran maestro” judío, solo equiparable según algunos al bíblico Moisés, “la exhibición reúne manuscritos de Maimónides copiados entre los siglos XII y XV en distintas partes del mundo, hasta la invención de la imprenta”, cuenta la comisaria Miki Joelson. Gruesos volúmenes de pergamino de miles de páginas preservados durante cientos de años, algunos con ilustraciones minuciosamente elaboradas, escritos en tinta en judeoárabe (lengua árabe en alfabeto hebreo), lucen en vitrinas bajo una iluminación clara que permite ver los escritos con nitidez.
Entre los documentos, originados en lugares como Francia, la antigua Corona de Aragón o Yemen, hay tres volúmenes con escritos atribuidos a la mano del propio Maimónides, nacido en Córdoba en 1135 y muerto en Egipto en 1204, que escribió obras sobre teología y prácticas judías de gran relevancia, y cuyos comentarios se estudian aún hoy en miles de seminarios rabínicos de todo el mundo. Los primeros ejemplares de la muestra son dos volúmenes de la “Mishné Torá” probablemente escritos por él mismo, que según la comisaria Anna Nizza, “es el código de derecho judío más completo que hay”, y constituye una de las principales obras del filósofo, médico y también científico que creció en la época dorada del Al Andalus, donde fue víctima de la persecución contra los judíos.
En otro punto, señala Nizza con el dedo, se exhibe un manuscrito con una firma que se atribuye a la signatura personal del cordobés, cuyos restos, después de morir en Al Fustat, junto a El Cairo, fueron trasladados a la ciudad de Tiberíades, actualmente situada en el norte de Israel, donde su tumba es objeto de veneración y un lugar de peregrinaje para miles de judíos. “Maimónides fue un genio, un pensador innovador que llevó la filosofía al pensamiento judío, y un revolucionario en el ámbito de la ley judía”, comenta Joelson, que agrega, su mérito fue “organizar la halajá (ley religiosa) de una manera ordenada y accesible para la comprensión de la gente”, y de su obra surgió “un tipo de enciclopedia” que todavía sirve de referencia.
Esta exposición, a cuya inauguración el lunes asistió el embajador español en Israel, Manuel Gómez-Acebo, representantes del Consulado de Jerusalén y de El Vaticano -que ha prestado una obra para la muestra, al igual que la Universidad de Oxford o el Museo Metropolitano de Nueva York, entre otros-, es la más completa sobre la figura del filósofo realizada en el país, considera Joelson. “Con muchos manuscritos recopilados de su obra que nunca habían estado juntos”, y “representaciones imaginarias que recrean distintos aspectos de su biografía”, marcada por el destierro y la migración desde que se vio obligado a irse de la península ibérica.
Sin embargo, más de ocho siglos después, el legado del pensador “sigue siendo muy importante, se estudia tanto en un contexto académico como rabínico”, indica Nizza, que destaca su inspiración “en la filosofía griega y aristotélica para alcanzar una concepción divina no marcada por los prejuicios ni la superstición”. Para la comisaria, Maimónides llegó a “unos planteamientos esotéricos basados en una filosofía que en su momento podía ser malentendida, pero pese a ello, decidió dejar sus pensamientos por escrito para que no se perdiesen”, y la importancia de su existencia se demuestra en su pervivencia en tiempos contemporáneos.
IMÁGENES: 1 y 2. Volúmenes manuscritos en pergamino de época medieval escritos a mano y copia de la obra del filosófo judío cordobés Maimónides, expuestas a partir de hoy en el Museo de Israel, en el marco de la exposición “Maimónides: un legado en escritura”. 3. Libro manuscrito de la “Mishné Torá”, que muestra una página con una firma que se atribuye a la signatura personal de Maimónides. EFE