El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha producido una exposición que repasa la poco conocida historia del grabado a color a través de obras en papel de autores de categoría internacional como Cézanne, Miró, Francis Bacon, Gordillo, Eduardo Arroyo, David Hockney y Cristina Iglesias, entre otros.    

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Realizada con 59 grabados seleccionados del amplio fondo de obra sobre papel del museo, formado por más de 3.000 piezas, la muestra, bautizada “Más allá del negro. El grabado en color en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao”, descubre al espectador la evolución a lo largo de los últimos tres siglos de una de las facetas más desconocidas de este arte, habitualmente asociado a la estampación en blanco y negro.    

La exposición, enmarcada en la celebración de la Feria Internacional del Grabado de Bilbao (FIG), que tendrá lugar del 16 al 19 de noviembre próximo, ha sido concebida y comisariada por el jefe del Departamento Colecciones del Bellas Artes de Bilbao, Javier Novo.    

El director de la centenaria pinacoteca bilbaína, Miguel Zugaza, ha destacado que se trata de una exposición que sorprenderá al visitante porque es la primera vez que en España se ofrece “una breve historia del grabado a color”.

La muestra, organizada de forma cronológica en tres salas, se inicia con grabados del siglo XVIII, época en la que empieza a experimentarse con las estampaciones en color en Europa, y también permite descubrir las diferentes técnicas empleadas por cada artista en la grabación de sus obras y los distintos formatos elegidos para plasmarlas.

En la primera sala se incluyen obras de estampadores japoneses como Hokusai e Hiroshige, que inspiraron a los europeos, y de artistas franceses como Janinet y Demarteau y el italiano Bartolozzi. En esta primera sala se puede observar, según ha puesto de manifiesto el comisario Javier Novo, que los grabados realizados en dicho siglo son técnicamente muy superiores a los realizados en los siglos posteriores, aunque artísticamente son más pobres, por limitarse a la reproducción en papel de las obras de los grandes maestros.    

EL auge del grabado en color en el siglo XVIII sufre un retroceso a principios del XIX y un nuevo éxito a finales del mismo y, a partir de ese momento, numerosos artistas como Dario Regoyos y el vasco Francisco Iturrino, y los franceses Paul Cezanne y el cartelista Jules Cheret, incorporaron sistemáticamente el color a su producción en papel.    

En la siguiente sala están representados los grabados realizados por artistas pertenecientes a los distintos movimientos que surgieron al calor de la efervescencia artística en Europa entre entre finales del XIX y la primera mitad del siglo XX, como el surrealismo, el formalismo, etc., que produce un cambio en la forma de la aplicación del color en el grabado, ha precisado Novo.    

En esta sala se muestran trabajos de mediano y gran formato de artistas de renombre internacional como Joan Miró, Robert Motherwell, Joseph Beuys y Frank Stella, y obras de extraordinario colorismo, como las de los españoles Gerardo Rueda, Luis Feito, Joan Hernández Pijuan y Albert Ráfols-Casamada.

En la última sala se muestra la progresión experimentada por las técnicas de realización del grabado en la segunda mitad del siglo XX en obras de Georg Baselitz, Francis Bacon, James Rosenquist, David Hockney, Jim Dine, admirador del pintor y grabador noruego Edvard Munch, Luis Gordillo, Eduardo Arroyo, Andrés Nagel y Cristina Iglesias, entre otros. 

 

IMÁGENES: Una mujer observa la obra “Coloured mountains”, de Kenneth Noland. En la segunda imagen, otra toma notas frente a la obra “Fourteen colour woodcut bathrobe”, de Jim Dine. Ambas obras forman parte de la exposición “Más allá del negro. El grabado en color en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao”.