“El área de restauración del Prado es el la mejor del mundo”. Así lo dice Andrés Úbeda, director artístico de conservación e investigación de la pinacoteca, y así parece tras observar la restauración del cuadro “La muerte de Lucano”, de José Garnelo, que contaba con numerosos daños como agujeros y desgarros. 

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Ahora y tras un periodo de seis meses en los Talleres de restauración del Prado -en un trabajo coordinado por Lucía Martínez-, “La muerte de Lucano”, un cuadro bellísimo y de gran formato vuelve a brillar con la limpieza y “retoma todos sus valores, a pesar de los daños”.

Una pintura que recupera la imagen original de la obra más importante de José Garnelo (Valencia, 1866-Montilla, 1994), según la pinacoteca. Se ha recuperado la representación del espacio y cada figura adquiere ya su significado. También se ha reemplazado el bastidor, se ha restaurado el estucado, se ha cambiado el marco, así como toda reintregración del color en las zonas perdidas.

Garnelo y Alda, el artista y pedagogo, que fue subdirector del Prado en 1915, obtuvo la segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, de 1887 por “La muerte de Lucano”, un cuadro que se encontraba por Real Decreto de 1928 en el Instituto Provincial de Jerez de la Frontera (Cádiz) actualmente instituto de Educación Secundaria “Padre Luis Coloma”, donde ha permanecido hasta 2008, cuando se autorizó su levantamiento, para su nuevo depósito en el Museo Garnelo de Montilla (Córdoba).

Y en 2018 comenzó la restauración de esta obra, considerada pintura historicista  en los Talleres del Prado por Ana Isabel Ortega y Álvaro Fernández dirigidos por Lucía Martínez Valverde, un trabajo que se ha podido llevar a cabo por la aportación económica del ayuntamiento de Montilla y la colaboración de la Fundación Iberdrola. Así, el cuadro una vez restaurado será trasladado al Museo Garnelo de Montilla, pero antes se expondrá en el Prado por un periodo de dos meses en la sala 61 del edificio Villanueva.    

“La muerte de Lucano”, fechada en 1887, representa el suicidio del poeta Marco Lucano (Córdoba 39-Roma, 65). Su participación en la conjura de Pisón contra Nerón le llevó a ser condenado a muerte, pero él se anticipó cortándose las venas. El cuadro –“una obra de juventud del autor”, que lo pintó con 20 años- describe “de forma muy teatral” el tema de Lucano yacente con presencia de su esposa, Pola Argentaria, y de algunos amigos, así como un esclavo de espalda desnuda que ayudó a salir del baño a Lucano.

La pintura de la espada de este esclavo faltaba en el cuadro dañado, un trozo de pintura que estaba guardado en el despacho del director del colegio, donde estaba el cuadro, y gracias al cual se pudo llevar la restauración a cabo, según ha relatado Lucía Martínez. “El resto estaba bien configurado”, ha precisado la restauradora.

El Museo del Prado tiene 3.450 obras en depósito, en España y en el extranjero, entre entidades,instituciones, embajadas, de ellas 2818 son pinturas, 176 esculturas, 254 de artes decorativas, además de dibujos y grabados, ha explicado Úbeda, unos datos para ejemplificar, como en el caso del cuadro restaurado, “la voluntad de servicio” y “el compromiso” de la gran picanoteca, llamada “el buque insignia de la cultura española”

 

IMÁGENES:  La encargada de la restauración, Lucía Martínez (2d), el director Adjunto de Conservación e investigación del Museo del Prado, Andrés Úbeda (2i),y el jefe del Área de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado, Javier Barón (d),entre otras autoridades, durante la presentación de la de la obra “La muerte de Lucano” de José Garnelo.  EFE