En este artículo de la revista Patrimonio, nuestra colaboradora Carmen Rodríguez Jiménez-Alfaro nos habla de patrimonio industrial y del Renault 4 CV, un coche declarado como bien mueble de interés cultural.

Canal Patrimonio_Carmen Rodríguez Jiménez-Alfaro

Castilla y León es hoy una Comunidad extensa, próspera, llena de historia, de vitalidad y de futuro. Atesoramos un gran patrimonio cultural y artístico, pero también un importante patrimonio industrial que no debemos olvidar. Sirvan como ejemplo el Canal de Castilla y el Ferrocarril en el siglo XIX, y FASA a mediados del siglo XX.

Esta empresa llegó a Valladolid en una época de penuria económica y se convirtió en el motor de arranque de una ciudad y de una región que pudieron dejar atrás el arado y apostar por la industria. Nació sin referente alguno en nuestro país y pasó de ser un proyecto en el que nadie más creía a convertirse en el eje de la economía de Castilla y León.

En la España de los años 50, los planes de desarrollo contemplaban la motorización y la creación de fábricas de vehículos como una de las claves para el relanzamiento industrial del país. En este clima don Manuel Jiménez-Alfaro decidió lanzarse a la aventura de instalar una importante fábrica de automóviles en Valladolid con licencia de alguna marca extranjera. Contactó con Pierre Lefaucheux, presidente de la Regie Nationale des Usines Renault, que entonces se hallaba en pleno éxito con su modelo Renault 4 CV, y el 12 de febrero de 1951 firmó en París el contrato para poder fabricar este modelo francés en España. El 19 de octubre, después de muchas y duras gestiones, se publica en el B.O.E. el permiso concedido al señor Jiménez-Alfaro para poner en marcha esta nueva industria en la capital castellana, lo que permitió que el 29 de diciembre del mismo año se firmara la escritura de constitución de la sociedad “Fabricación de Automóviles Sociedad Anónima”, F.A.S.A.

La ciudad de Valladolid vivió todos estos acontecimientos con cierta indiferencia pero pronto esta iniciativa comenzó a tomar forma. El Renault 4 CV fue el primer modelo fabricado en esta empresa. Es el primer utilitario que hubo en nuestro país y se convirtió en el principal promotor de la expansión del automóvil en España. El pequeño 4 CV, conocido popularmente por 4/4 por sus cuatro puertas, cuatro cilindros y cuatro caballos, se impone en esta época a pesar de las reticencias que en principio suscitó su motor trasero, y que sin embargo lo convirtió en el vehículo perfecto para la geografía española. Duro, austero y sorprendentemente bueno en las cuestas tenía un motor con sólo tres marchas que arrancaba sin problema a pesar de los rigores de la climatología española. Su suspensión independiente facilitaba la difícil conducción por la entonces incipiente red de carreteras españolas. Su uso traspasó el ámbito del servicio particular. Fue utilizado en auto-escuelas, talleres, taxis, e incluso tuvo notables participaciones en los Rallyes y pruebas deportivas, lo que le convirtió en el símbolo de una ciudad y de una época de la historia de España.

Las primeras unidades del popular 4/4 llegaban de Francia en cajas para ser montadas aquí mientras se terminaban las obras de las naves ubicadas en el Paseo del Arco de Ladrillo de la capital vallisoletana, en las que se instaló esta nueva industria. La primera unidad salió al mercado español el 18 de abril de 1953, aproximadamente un año después de haberse constituido la empresa. Al día siguiente, El Norte de Castilla recogía en su tercera página la noticia con este pequeño artículo:

“MADE IN VALLADOLID. El primer automóvil hecho -montado- en Valladolid, que hace ya unos días rueda por nuestra Ciudad, se detuvo ayer al mediodía unos minutos ante el Palacio Municipal, para que el señor alcalde -acompañado de varios señores capitulares- pudiera examinarlo.”

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