Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción

Los Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción son unos galardones que se conceden en España a los principales maestros en los diversos oficios de la construcción tradicional, a quienes más han destacado en su preservación y continuación.

Canal Patrimonio

Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción

Son convocados anualmente por INTBAU (International Network for Traditional Building, Architecture and Urbanism) en colaboración con el Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, el Premio Rafael Manzano Martos y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España. Estas artes tradicionales han ido recogiendo durante siglos el saber de innumerables generaciones sobre el uso sostenible de los recursos de un lugar y las reglas esenciales para la creación con ellos de espacios y entornos bellos y confortables. Son estas artes tradicionales las que han dado lugar al patrimonio material que hoy admiramos y sin ellas la conservación de este patrimonio a largo plazo estaría condenada al fracaso. Son fruto de nuestra cultura y nuestro territorio, una seña de identidad que hace única a la construcción de cada región, y constituyen un irremplazable cúmulo de conocimientos sobre el entorno y cómo habitarlo no sólo con respeto, sino también con provecho a largo plazo. Hoy, sin embargo, están al borde de su extinción y, con ellas, lo está una parte fundamental de nuestra cultura y de nuestro patrimonio. La creación de estos premios pretende contribuir a paliar esa situación, estimulando el reconocimiento a estos maestros y el interés por dar continuidad estos oficios y por promover la excelencia en ellos.

Los trabajos de la construcción tradicional se han agrupado para estos premios en cuatro categorías, en cada una de las cuales se concede un galardón anual dotado con 10,000€ y una placa conmemorativa.

Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción

Categoría 1. Arcos y bóvedas, escaleras de bóveda, labra de piedra y otros trabajos de albañilería y cantería.

Carlos Martín Jiménez aprendió el oficio de su propia familia, dedicada a él desde hace generaciones. Ha construido o restaurado hasta la fecha más de 300 bóvedas, convirtiéndose en uno de los más reconocidos maestros bovederos del mundo. Su destreza y profundo conocimiento de la materia le han llevado a colaborar con prestigiosos arquitectos nacionales e internacionales, tales como Sir Norman Foster, con quien realizó la bóveda del aeropuerto para drones que se erigió en la pasada Bienal de Venecia. Además, ha construido o reconstruido bóvedas y cúpulas en numerosos monumentos españoles, siendo especialmente notorios sus trabajos en la reconstrucción de distintos edificios históricos de Alcalá de Henares, tales como la capilla del seminario de los Santos niños Justo y Pastor, el Colegio San Basilio Magno o el Convento de San Juan de la Penitencia, así como las bóvedas de el aljibe del Castillo de Jadraque, Guadalajara, las de la Bodega del Valdemonjas de Quintanilla, Valladolid, o las de la Capilla de San Felipe de Novelda, Alicante. Pero Carlos no sólo ha destacado como maestro bovedero, sino que ejerce también el oficio de yesaire. Esta faceta, además de llevarle a restaurar o reconstruir las yeserías de numerosos edificios, le ha permitido trabajar no sólo con bóvedas de ladrillo, sean éstas tabicadas o de otros tipos, sino que también le ha llevado a dominar una técnica tan propia de la arquitectura de nuestro país como ampliamente desconocida hoy en día: la de las bóvedas o cúpulas encamonadas.

Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción

Categoría 2. Armaduras y estructuras de madera, mobiliario, mocárabes, tornería, talla en madera, carpinterías de puertas y ventanas y otros trabajos de carpintería.

Manuel Navarrete no es un carpintero ebanista convencional. Desde su taller de Torrelavega, en Cantabria realiza desde 1984 artesonados y carpintería de armar, pavimentos singulares, escaleras, y otros trabajos en madera. Pero, además, ha desarrollado una singular labor en una rama casi extinta de este oficio: la de los mecanismos de molinos, batanes y otros artificios de madera. Junto con la restauración y reconstrucción de diversas maquinarias de madera, tales como el batán o pisa de Ledantes, el molino harinero de Yermo-Cartes, o el mecanismo hidráulico de la ferrería del Cades, todos ellos en Cantabria, entre sus obras destacan también sus múltiples trabajos de restauración en el Seminario Mayor de la Universidad Pontificia de Comillas, la reconstrucción del chapitel de la Colegiata de San Miguel de Alfaro, en La Rioja, y la restauración de la cubierta de la Iglesia de San Miguel de Rasines, en Cantabria. Comenzó su aprendizaje del oficio a la temprana edad de 13 años en distintos talleres artesanos tradicionales de Madrid (toneleros, carromateros, carpinteros, ebanistas…). Sobre la base de lo aprendido con estos desaparecidos maestros, su inquietud le llevó a seguir siempre aprendiendo de forma prácticamente autodidacta, investigando sobre temas como la carpintería de tradición hispano-musulmana, el diseño y la construcción de escaleras helicoidales o los procesos de diseño y elaboración de sillas artesanas.

Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción

Categoría 3. Azulejería, mosaicos, yeserías, estucos, esgrafiados, pavimentos decorativos y otros acabados.

Pedro Antonio y Jesús Blanco Ubalde son dos hermanos que con su firma “Ubedíes Artesanía” trabajan el esparto a mano para recuperar los productos y la fabricación artesanal de esta fibra vegetal. Pertenecen a la cuarta generación de una familia de artesanos ubetenses dedicados a este oficio desde aproximadamente el año 1900. Su labor es buena muestra de cómo aún hoy se puede dotar a los espacios de confort y calidez sin recurrir a productos sintéticos. Y es que el esparto no sólo es un material biodegradable, sino que además su recolección permite a la planta de la que se obtiene, la atocha, fortalecerse y seguir reproduciéndose. Esta característica le otorga un elevado valor medioambiental y la posiciona como una de soluciones que se proponen internacionalmente para las zonas afectadas por la desertización. Además, conforma un paisaje que define la identidad de diversas regiones secas de la Península Ibérica y el Magreb, que se perdería progresivamente sin su explotación. El esparto se trabaja en crudo, tras haberlo dejado secar varios días después de su obtención. Con él se hacen diversas clases de trenzados, entre los que destacan la pleita y el punto de capacho o cofín. La pleita es un trenzado con forma de cinta. Estas cintas se cosen con hilo de cáñamo para obtener elementos como persianas, cortinas, esteras, zócalos, etc. El punto de capacho o cofín es un trenzado con el que se realizan esteras o alfombras sin necesidad de ser cosidas. Para obtenerlo se realiza una espiral de ramales o grupos de esparto, por lo que se puede trabajar con formas circulares u ovaladas.

Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción

Categoría 4. Forja, rejería, cerrajería, vidrieras emplomadas y otros trabajos tradicionales.

Los hermanos José y Francisco Garrido Rus, antes acompañados de su padre, de quien aprendieron el oficio, trabajan el hierro en la  fragua de su taller, Forja Tiznajo. Alimentada aún hoy con carbón mineral, siguen moldeando en ella el hierro mediante golpeo sobre el yunque, con la ayuda de martillos, mazas y tenazas, y uniendo las piezas del modo tradicional, a base de remaches, abrazaderas o el soldado a la calda, técnica que consiste en calentar los extremos de las piezas a unir, casi hasta el punto de fusión del hierro y unirlos a golpe de martillo, hasta conseguir una única pieza. De este modo, han forjado y restaurado con singular maestría verjas y rejas de estilo gótico y renacentista, entre otros muchos trabajos, pudiéndose destacar la verja de la Iglesia de Santa Ana, en Barcelona, las rejas renacentistas del Castillo de Canena, la verja renacentista del Museo de Olula del Río, Almería, y la réplica de la veleta del siglo XV en el Palacio de los Condes de Guadiana, en Úbeda. Buscan promover la artesanía local frente a los productos manufacturados importados, llegando a colaborar con el ayuntamiento de Úbeda en la creación de la marca de calidad de la artesanía de esta localidad, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Además, con el fin de contribuir a dar continuidad a la labor que desarrollan, el jurado selecciona a uno de los cuatro premiados en cada edición, concediéndole apoyo económico de hasta de hasta 10,000€ adicionales para la formación de un aprendiz durante un período de un año, siempre que se alcancen los resultados acordados. El seleccionado por el jurado será aquel cuyo oficio considere que más lo necesita o aquel que juzgue más apropiado para el éxito a largo plazo de esta iniciativa. Por su parte, dicho aprendiz recibirá una ayuda económica durante su etapa de formación de hasta 8,000 €, siempre que se alcancen los resultados acordados. El abono de ambas cantidades se realizará trimestralmente, previo informe y aprobación de las actividades realizadas. El jurado ha determinado que sea Manuel Navarrete quien reciba la beca para la formación de un aprendiz que pueda aprender y continuar su oficio.

IMÁGENES: Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción, trabajos de los galardonados en cada una de las categorías.