La Sala de Exposiciones del Archivo General de Castilla y León, en el Palacio Licenciado Butrón (Plaza Santa Brígida) de Valladolid, acogerá hasta el 30 de abril una muestra de falsificaciones de obras de arte, algunas incluso de indudable calidad, que han sido intervenidas en diferentes operaciones policiales.

Canal Patrimonio

Se trata de una selección de 80 piezas incautadas -35 pinturas, 35 piezas precolombinas y una decena de esculturas- que han sido pruebas judiciales en investigaciones y no suelen ser exhibidas, si bien la muestra ya estuvo alojada en la Escuela Nacional de Arte y Restauración de Nájera (La Rioja) y en el Centro de Estudios Históricos de la Policía Nacional ‘Rafael del Río’, en Palencia.

Con la exposición ‘Falsos artísticosla Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Judicial, que destaca la “gran calidad artística y espléndida factura” de las obras, pretende dar a conocer su trabajo en la protección de patrimonio histórico, artístico y cultural.

Además de pinturas y esculturas, también se exhiben joyas, oro falso, billetes y hasta dibujos de células de Ramón y Cajal. Una de las obras que llama más la atención es un busto de Nefertiti, cuyo original alberga el Neus Musseum de Berlín, y que es una copia mediante el escaneo con un equipo portátil en 3D sobre la pieza original. Posteriormente fue expuesta en internet para descarga gratuita, lo que “generó un debate acerca de la licitud de dicho procedimiento”.

En la exposición se puede observar falsificaciones de artistas españoles como Picasso y Miró u otros que han sido objeto de abundantes fraudes, como Benjamín Palencia, Antonio Tapies y Antonio Saura.

Entre los hechos delictivos relacionados con el patrimonio histórico en 2016 en Castilla y León se encuentra un robo en Ávila de una pieza visigoda del siglo VII, en el Museo Provincial, y la recuperación de 14 obras robadas en Roma de Victorio Macho, cuando iban a formar parte de una muestra del Instituto Cervantes. En la inauguración se hizo un llamamiento a la colaboración ciudadana cuando sospechen de este tipo de delitos, más si cabe cuando la mayor parte de este tipo de patrimonio se encuentra en centros religiosos en el ámbito rural y el robo con fuerza constituye la forma más habitual de apoderarse de estos bienes.

Una “falsa” exposición

Todas las obras expuestas en ‘Falsos artísticos’ provienen del depósito de la Brigada de Patrimonio Histórico, en Madrid, y el Museo de la Escuela Nacional de Policía, en Ávila. Se trata de imitaciones o copias que se pretenden pasar por auténticas y supone una “agresión” al valor del original y un “riesgo”.

La exposición contempla falsificaciones de obras del siglo XIX, revalorizadas desde los años 80, que provocó el aumento de copias de maestros como Pinazo, Rusiñol, Sorolla, Cecilio Pla, José Mongrell o Muñoz Degrain. Su incorporación al circuito comercial, cuando en principio no estaban destinadas a su venta, como dibujos, bocetos o cuadros de pequeño formato, ha dado pie a producir este tipo de obras fraudulentas, como el boceto de Pinazo o el dibujo en sanguina y el pequeño ‘cuadrito’ de los niños en la playa de Sorolla, todos firmados.

El relieve de Benlliure es uno de los escasos ejemplos de falsificación en escultura, de un artista estimado en el mercado del arte. En este caso se reproduce una de sus representaciones de niños caracterizados por su delicadeza y expresividad. Puede tratarse de un falso modelo para la fuente de los niños de la Fundación del Canal de Isabel II en Madrid.

Entre los denominados ‘falsos antiguos’, la copia falsificada de pintura antigua entraña una mayor dificultad técnica y material. El engaño más común se realiza a través de la atribución a un maestro cotizado de una obra anónima de época, como el ‘San Francisco’ que trató de venderse por un anticuario alicantino con un certificado falso que lo vinculaba a El Greco.

En otras ocasiones se simula la antigüedad de la materia mediante procesos de envejecimiento sobre los que se recrea el estilo de otros originales. Son buen ejemplo de ello el retrato familiar holandés, el ‘Calvario’ y la pintura de flores que se expone en esta muestra, falsificadas en un taller de Barcelona.

La utilización de materiales antiguos sobre los que se realiza la falsificación, como el papel de época empleado en el dibujo del ‘San Sebastián’, es otra variante más sofisticada del engaño. Las marcas y recortes de sus esquinas son las artimañas que inducen a pensar que esta obra estuvo colgada en el taller de un pintor sirviendo como modelo, según la Policía Nacional. Fue intervenido en Valencia en febrero de 2015.

Falsos contemporáneos

La alta valoración del arte contemporáneo en el mercado artístico ha motivado que los falsificadores se especialicen en realizar estos productos. Buen ejemplo de ello son los cuadros de Léger y Giacometti, únicos artistas extranjeros presentes en esta exposición. El resto de los autores son españoles nacidos en los albores del siglo XX, que representan diversos movimientos artísticos.

En alguna de estas obras hay elementos que afianzan el engaño. Así, al grabado de Picasso se le añadió una “mala” copia del matasellos de correos diseñado con motivo de la exposición celebrada en Málaga en 1981. A los dibujos de Miró y Manolo Valdés se les agregaron dedicatorias, además de firmas falsificadas.

El estilo reconocible de Benjamín Palencia, Antonio Tàpies o Antonio Saura fue objeto de abundantes falsificaciones. El imaginario crítico del ‘Equipo Crónica’ también atrajo la codicia de los delincuentes. En este caso, las variaciones del ‘pop art’ facilitaron la inclusión fraudulenta de obras que por su temática y por su aspecto parecen pertenecer a las conocidas series de los creadores valencianos, como la llamativa escultura de la menina o los guantes de boxeo.

Falsos de la Vanguardia Rusa

Las pinturas de la Vanguardia Rusa destacan por su ejecución sofisticada. Se pintaron sobre telas envejecidas, cosidas a bastidores tramados según las técnicas de la época y en algunos casos presentan remiendos de supuestas restauraciones.

Con mayor o menor acierto se intentó recrear la pureza geométrica de Malevich, la composición cubista de Popova o Rozanova y la abstracción cromática del verdadero Kandinsky. Incluso la pátina que las recubre enfatiza el envejecimiento de los materiales utilizados. Estos ardides dificultaron la tarea de los expertos para diferenciarlos de los originales.

Operación ‘Chavín’

Todas las falsificaciones arqueológicas que se muestran en la exposición proceden de la ‘Operación Chavín’, ejecutada en el año 2008 por la Policía Nacional, en colaboración con los servicios de Interpol en Ecuador, Perú y Colombia. Forman parte de los 700 objetos intervenidos en La Rioja a un matrimonio no relacionado con el mundo del arte que pretendía venderlos, mezclados con obras originales, a coleccionistas y museos. Se trata de un conjunto muy heterogéneo de piezas de alta calidad fabricadas en diversos tipos de piedra, madera, metal, cerámica y textil.

Simulaban proceder de diferentes culturas precolombinas, como la civilización Chavín de Huántar en Perú (1500-200 antes de Cristo), que dio el nombre a la operación policial, aunque también reproducen con gran acierto en los detalles, elementos de las civilizaciones Bahía, Chancay, Recuay, Malagana, Moche, Chorrera, Nazca, Paraca o Inca.

La verosimilitud que muestran estas obras, dada su calidad técnica y la imitación de motivos, técnicas e iconografías, dificultó en gran manera a los expertos que las estudiaron la discriminación entre originales y falsos. Agencia ICAL

 

IMÁGENES: Exposición ‘Falsos Artísticos’ en Valladolid. Rubén Cacho_ICAL