El museo Pushkin de Moscú abrió el año cultural con la exposición “Caprichos”, en la que los famosos grabados de Francisco de Goya son revisitados casi dos siglos después por Salvador Dalí.

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“Dalí no cambia nada, ni los grabados ni su sentido, simplemente le añade simbología moderna. Nos acerca a Goya y nos ayuda a entender el mensaje tan profundo que nos dejó el artista romántico a finales del siglo XVIII”, dijo el coleccionista ruso Boris Fridman.

La exposición, que se inauguró en vísperas del 40 aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Rusia y España, es un diálogo entre la fantasmagoría y la crítica social goyesca y la frivolidad y el disparate daliniano.

Los 41 grabados compuestos por Goya (1796-99) en blanco y negro comparten protagonismo con los otros tantos aguafuertes de Dalí (1973-79) de la colección privada de Fridman que rezuman colorismo y sexualidad a raudales.

“‘Los Caprichos’ son una grandísima obra, no es sólo una serie gráfica, es una obra literaria con la que Goya se elevó a tal altura de concisión que lo que dijo entonces aún es actual. Yo creo que eso es lo que llevó a Dalí a revisitar esa obra”, precisó.

Dalí comenta la obra

Fridman insiste en que Dalí no reinterpreta la obra goyesca ni intenta plagiarla, como aseguran algunos de sus críticos, sino que “sólo la comenta”, ya que Goya profesaba unos principios y utilizaba unos elementos que fueron precursores del surrealismo.

De hecho, Dalí consideraba que “El sueño de la razón produce monstruos” es uno de los antecedentes del movimiento surrealista, por lo que es uno de los pocos grabados en los que respeta el nombre original.

Dalí, que se encontraba al final de su carrera pictórica, añade toda clase de elementos surrealistas -en particular relojes oníricos-, nuevos personajes, figuras mitológicas y, sobre todo, mucho color.

El naranja, el azul, el rosa o el amarillo dan alegría a las fantasmagóricas escenas de brujas y burros, religiosos y murciélagos, viejos y monstruos, animales o personajes depravados, pero también a hombres y mujeres.

“Dalí le añade ironía y sarcasmo, y le da un nuevo contexto más propio de finales de siglo XX”, explicó Polina Kozlova, la comisaria de la muestra.

Provocación, modificaciones y paradojas

El autorretrato de Goya es uno de las víctimas favoritas del polifacético artista de Figueras, que provoca al espectador con una figura de una esfinge dormida y con corona, de cuyo cuerpo se abre una caja de vientos, en medio de un desierto insondable.

Dalí no se limita a “comentar” los grabados, sino que se encapricha de tal forma con la obra goyesca, que le cambia los pies de página, aunque la crítica a los cánones sociales, la Inquisición, la realeza o la nobleza no pierde ni un ápice de su acidez.

Para Dalí la escena “Tal para cual” en la que un hombre le hace carantoñas a una mujer es “El cisne no está para puñetas“; “El amor y la muerte” es “Vomitación recíproca“, y “Aquellos polbos” en “Aquellos armarios tiñosos“.

Bellos consejos” de una anciana a una mujer son, según la calenturienta fantasía de Dalí, “Arrugas de espermatozoides melancólicos“, y para llevar la contraria “Ni más ni menos” es “Ni menos ni más“.

Goya el desconocido en Rusia

“Goya era tan grande, que los problemas de su tiempo siguen siendo actuales. No hay que buscar diferencias entre el grabado goyesco y la versión daliniana, sino leer los comentarios de cada uno y pensar sobre ello”, insistió Fridman.

Y lamenta que, a diferencia de Dalí, Goya sea un gran desconocido en Rusia, especialmente sus grabados que los rusos consideran erróneamente “caricaturas o cómics”, cuando “es una obra de una gran profundidad”.

La directora del Pushkin, Marina Loshak, comentó que quería abrir el año cultural moscovita con una exposición “llena de paradojas” y destacó que “no es casualidad” que Goya y Dalí compartan espacio en un museo.

Y expresó su esperanza de que “Caprichos” sirva de antesala a la gran exposición de Goya que Pushkin prepara con el museo del Prado para el próximo año.

La exposición, abierta hasta el 12 de marzo, estará acompañada por una serie de conferencias a cargo del escritor y filósofo Ignacio Gómez de Liaño, amigo personal de artista catalán, y de la ilustradora francesa Nicole Rigal, que imprimió varias series de grabados dalinianos.

Además, también viajará a la capital rusa la especialista en Goya y arte español del siglo XVIII del museo de El Prado, Virginia Albarrán Martín, que hablará este miércoles sobre la creación de “Los Caprichos”. Ignacio Ortega_EFE

IMAGEN: Exposición en la Sala Amos Salvador de Logroño con una colección de 80 grabados hechos por Salvador Dalí para reinterpretar “Los Caprichos” de Goya. EFE/Archivo