La Filmoteca Nacional rinde homenaje a Jano, uno de los mejores cartelistas españoles de una época en la que el trabajo de estos profesionales constituía prácticamente “el primer fotograma que veía el publico de una película” y, por tanto, un elemento indispensable para convencerle de entrar en una sala.

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“La de castañas que me he tragado por ti”, llegó a espetarle Terenci Moix al propio artista en un encuentro fortuito, según se ha recordado hoy durante la inauguración de esta muestra, “Firmado Jano. Carteles de cine”, organizada en el madrileño Palacio de Perales con motivo del 25 aniversario de su muerte, con 75 piezas salidas de su archivo personal y de la colección de la Filmoteca.    

Francisco Fernández-Zarza (Madrid, 1922-1992) fue, sin lugar a dudas, el más prolífico de los artistas que pusieron su talento al servicio del cine, con una producción que se cuenta por millares. Entre ellos, destacan sus trabajos para “¡Bienvenido, Mr. Marshall!” (1953) de Luis García Berlanga o “Calle mayor” de Juan Antonio Bardem (1958), por citar solo dos de los más relevantes.    

“Los mejores carteles de las mejores películas españolas los hizo él”, destaca negro sobre blanco Tony Leblanc, protagonista de “Historias de la tele” de José Luis Sáenz de Heredia (1965), otra de sus más afamadas aportaciones, en uno de las citas impresas a la entrada de la muestra.

Son palabras suscritas hoy por el secretario de Estado, Fernando Benzo, que ha dicho de esta exposición “que se ve con una sonrisa, porque genera una enorme nostalgia y rememora cómo se convirtió en cinéfilo, con la sensación de recorrer las películas y experiencias que nos han marcado desde niños”. Y es que en su larga trayectoria profesional contribuyó a poner imágenes también a muchos títulos internacionales tan míticos como “Los cuatrocientos golpes” (1959) de François Truffaut , “Vacaciones en Roma” (1953) de William Wyler o “Centauros del desierto” (1956) de John Ford.

“Abarcó un campo muy amplio, porque con una sola escena o elemento supo captar el espíritu de la película“, ha señalado Elena Cervera, comisaria de la muestra junto a Víctor Zarza, hijo del artista y profesor de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Dotado de un estilo ágil y efectista, curtido como historietista antes de saltar en 1945 al dibujo cinematográfico, Jano poseyó además un acertado sentido del cromatismo, como se manifiesta en una selección representativa de su evolución estética, siempre adaptada a la temática de cada película.

Una peculiaridad de la exposición es que en algunos casos se yuxtaponen junto a las obras las fotografías que utilizó el artista como fuente de inspiración, tal es el caso de “La casta Susana” (1963), de Luis César Amadori, con Maruja Díaz como protagonista, o de Jorge Negrete en “¡Ay, Jalisco… no te rajes!” (1947), de Joselito Rodríguez, el primer cartel que realizó.

“Hay veces que los actores están mejor en el cartel que en la fotografía que utilizó, lo que demuestra cómo potenciaba lo mejor del modelo”, ha destacado Benzo, subrayando así las conocidas aptitudes de Jano como retratista y caricaturista. Lo dijeron también sus propios retratados, como hoy ha recordado su hijo, y así se lo hizo saber un día el propio Alfredo Landa: “Me veo más parecido en tus carteles que mirándome al espejo”

IMAGEN: La Filmoteca Nacional rinde homenaje a Jano, uno de los mejores cartelistas españoles de una época en la que el trabajo de estos profesionales constituía prácticamente “el primer fotograma que veía el publico de una película” y, por tanto, un elemento indispensable para convencerle de entrar en una sala. EFE jhv/ram