La familia del maestro Alonso dona la partitura original de La Calesera a la Biblioteca Nacional de España

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Eran las diez de la noche de un doce de diciembre de 1925 cuando comenzaban a sonar los primeros acordes de la nueva obra del maestro Alonso en el teatro de la Zarzuela, La Calesera. Hasta las dos de la mañana fueron cuatro horas de música, de bravos, de repeticiones de números, de saludos que acabaron con una muchedumbre enardecida que llevó ¡a hombros! al maestro desde el teatro de la calle Jovellanos hasta su casa en la calle Recoletos.

Un éxito enorme, clamoroso, absoluto y definitivo. El maestro Alonso dio a conocer una partitura jugosa, inspirada, vibrante y llena de ritmos, decía al día siguiente el diario La Nación. La crítica fue unánime, “se repitieron todos los números, un pasodoble –cinco veces- y se suspendió la representación otras tantas para obligar a saludar a Alonso y a los libretistas (González Castillo y Martínez Román)”, señalaba El Liberal.

El maestro Alonso –decía El Imparcial- ha hecho La calesera en pocos días, acuciado, enviando páginas sueltas, terminando la instrumentación horas antes del ensayo general. Sin embargo, su acierto ha sido completo.
“En el primer acto hay un himno a la libertad valiente, brioso en la frase y nada vulgar en la forma y en la instrumentación. Entre grandes aplausos, entre aclamaciones estruendosas, se dijo tres veces.


En el acto segundo culmina un pasacalle lleno de garbo, de gracia, que se ejecutó completo tres veces ante la exigencia del público. Y en el cuadro final, a las dos de la madrugada, una romanza se dijo tres veces también”.
Para esta zarzuela, cuyos dos primeros actos se desarrollan en el Madrid de 1832 y el tercero en una carretera de camino a Francia, escribió Alonso más de quince números de los que se han popularizado temas como el “Himno a la libertad” o el superconocido y castizo “Pasacalle de los chisperos”. Pero no faltan otros números muy interesantes, como la “Romanza de Maravillas”, el dúo de “Maravillas y Elena”, el de “Rafael y Maravillas” y el lírico y apasionado “Raconto de Rafael”, que cierra el tercer acto.

Casi cien años después de ese gran éxito en el teatro de la Zarzuela, que se representaría cientos de veces y sería grabado por grandes cantantes y en todo tipo de soportes, la partitura de La Calesera ha sido donada por la familia del maestro a la BNE.

La partitura original manuscrita de la más popular zarzuela del maestro Alonso pasará a formar parte de los documentos del departamento de Música y Audiovisuales, donde la presencia del Teatro lírico en las colecciones de la Biblioteca Nacional reflejan la importancia de este género musical en la sociedad española a lo largo de cuatro siglos.

En la Biblioteca se conserva una excelente representación de óperas y zarzuelas españolas (autógrafos de Barbieri, Bretón, Chapí, Gaztambide, Arrieta, etc). El Departamento de Música y Audiovisuales de la Biblioteca Nacional de España (BNE) reúne valiosas colecciones de libros de música de partituras impresas o manuscritas, revistas y publicaciones menores, grabaciones sonoras y videograbaciones.

Los fondos de la Biblioteca Nacional de España constituyen una de las mayores colecciones españolas de la especialidad, y el Departamento de Música y Audiovisuales es responsable de su continuo incremento, preservación, catalogación y difusión. En el caso de La Calesera, la Biblioteca Nacional de España, cuenta con 80 documentos sonoros que recogen la música e interpretación de la obra del maestro Alonso, entre ellos nos encontramos rollos de pianola, discos de pizarra editados entre los años 1926 a 1940, discos de vinilo y cintas de casetes de los 70 y 80 e incluso documentos sonoros más recientes editados en los años 2000 en cd-audio. Muchos de ellos interpretados por figuras de primer orden como es Teresa Berganza, Manuel Ausensi o Gerardo Monreal.