En el año 1989 un cineasta italiano estrenaba en España un auténtico canto a la magia del cine titulado “Cinema Paradiso” y también debutaba, ganando la Palma de Oro en Cannes, un director estadounidense llamado Steven Soderbergh, que daba el pistoletazo de salida en la era del cine independiente. Entre la magia de la sala oscura y ese cine que no encuentra acomodo en el circuito comercial, abría sus puertas en Córdoba, el 19 de diciembre de 1989, la Filmoteca de Andalucía.

Canal Patrimonio_EFE

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El  espacio acaba de cumplir, así, un cuarto de siglo asentado como uno de los principales baluartes de la vida cultural de la ciudad y de la Comunidad Autónoma. El director de la Filmoteca, Pablo García Casado, tenía 17 años cuando se inauguró el centro y se convirtió en un asiduo espectador antes de que, hace seis años, tomara las riendas del que fue su “refugio ante la tormenta y el vacío cultural” durante mucho tiempo, según ha rememorado.

Los números no apabullan tanto como la calidad cultural de la que ha hecho gala la Filmoteca de Andalucía, pero García Casado no los esconde: más de 10.000 películas proyectadas en todo este tiempo, con preferencia por autores desconocidos, copias restauradas, filmes que no se han visto en España y novedades que no pasan por las salas comerciales. Además, la Filmoteca ha restaurado entre 50 o 60 películas y ha organizado un sinfín de actividades paralelas. Porque, si algo tiene la Filmoteca de Andalucía, es que ha conseguido que la pantalla de cine sea un lugar “donde pasen otras cosas”, un improvisado espacio para la música, la literatura, la reflexión o el debate, amén de la enseñanza, a través de sus programas educativos y magistrales.

Público heterogéneo y fiel:

Pero antes de nada, sus espectadores, un público al que García Casado define como “muy fiel y exigente” y que traza bien sus intereses, y también heterogéneo, dividido entre el espectador universitario y el espectador maduro. “Si hay algo popular como arte es el cine, que nació en una barraca de feria como un entretenimiento. Pero el público que acude a la Filmoteca ha encontrado la posibilidad de lo ritual”, especifica alguien que pasó de la butaca de espectador a la silla de dirección de este espacio.

García Casado tiene un recuerdo vivo de algunos de los hitos de la Filmoteca, como cuando vio, en un ciclo de nuevo cine americano, la primera película de “un señor llamado Quentin Tarantino”, o cuando, en sus primeros días como director, se refugió del calor para ver en primera fila una copia restaurada de “Vértigo” de Alfred Hitchcock. Eso a nivel de proyección, porque el director de la Filmoteca considera que el momento más importante de este espacio, “su presentación al mundo cultural español”, vino con la restauración de la obra de José Val del Omar, un cineasta granadino muy “extravagante”, y cuya filmografía fue reunida, restaurada y puesta disposición del público desde Córdoba.

La restauración, una carrera de fondo:

“A veces encontramos solamente polvo, y otras auténticos tesoros”, afirma el director de la Filmoteca, que considera la restauración como “una carrera de fondo”, cuya última escala ha sido la película “Julio Romero de Torres”, que requirió una tarea de preconservación en los años 90 y que se ha acometido ahora. Y es que, con un simple paseo por su archivo, uno puede encontrarse con cosas tan curiosas como “Corridas de la alegría”, una cinta andaluza de cine pornográfico dirigida por Gonzalo García Pelayo, el patriarca de los Pelayo, esa familia que hizo saltar la banca de incontables casinos, pero que antes ya había sido productor musical y un director cinematográfico inclasificable. No podía faltar Iván Zulueta, un cineasta a menudo considerado “carne de filmoteca”, que tiene estos días un ciclo con sus películas, y cuyos carteles están también a buen recaudo en una de las salas de este espacio. EFE_Juan Velasco.

IMAGEN:  El director de la filmoteca de Andalucía, Pablo García Casado, en la sede en Córdoba, que hoy cumple un cuarto de siglo asentada como uno de los principales baluartes de la vida cultural de la ciudad y de la Comunidad Autónoma, con más de 10.000 películas proyectadas en este tiempo. EFE