Desde Segovia, Berruguete introdujo en España el arte del Renacimiento, absorbido en su estancia en Italia, donde convivió con los artistas del Quattrocento, lo que dejó plasmado en varias obras realizadas bajo el patrocinio de los Reyes Católicos, que ahora forman parte de una exposición.

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ExpoBerruguete_SegoviaEFE

Uno de los comisarios de la muestra y director del Museo de Segovia, Santiago Martínez Caballero, localiza al artista nacido en Paredes de Nava (Palencia), entre 1450 y 1455, en una Segovia que vivía gran efervescencia artística, gracias a su actividad ganadera y a la industria pañera, que se convirtió en residencia real con los Trástamara.

La exposición en el museo segoviano, que se podrá ver hasta junio próximo, combina grandes obras del pintor con otras que revelan una producción artística de alto nivel, cuando en Segovia se construía el convento de Santa Cruz, los monasterios del Parral y San Antonio el Real o la llamada Catedral vieja. Todo bajo el patrocinio de los Reyes Católicos y con personajes, como el arquitecto Juan Guas o fray Tomás de Torquemada, confesor de la reina Isabel, y cuando aún se mantenía la tradición del gótico flamenco o el isabelino, incluso el mudéjar, sin que se atisbaran las corrientes racionales del humanismo.

Impulsor del Renacimiento

Martínez Caballero sostiene en que fue Berruguete quien aportó las grandes formas del arte renacentista en España y quien influye en la pintura contemporánea de entonces, destacando una de las obras de la exposición: un Cristo Crucificado, fechado hacia 1485. La tabla, de 186 por 131 centímetros, una de las primeras obras que siguió las pautas del renacimiento italiano, fue encargada por el inquisidor general, para el convento de Santa Cruz la Real. Propiedad de la diputación segoviana, es la parte que se conserva de un retablo erigido en la capilla de la santa cueva, en el complejo del convento.

Otras obras de Berruguete, como la “Misa de San Gregorio”, fechada pocos años antes de su muerte, que se produjo 1503, van acompañadas de obras de artistas coetáneos, desde el llamado “Maestro de los claveles” a Juan de Porras o Pedro Millán. Relata Martínez Caballero que Berruguete pudo trabajar en Roma para Melozzo da Forlì, al servicio de los grandes cardenales, junto al que pudo conocer las técnicas y maneras renacentistas, como el dominio del espacio, la anatomía o la variedad y naturalidad en los gestos.

Hacia 1474 el pintor ya forma parte de la corte del duque de Urbino, Federico de Montefeltro, aportando las formas castellanas que conoció en su etapa de formación en España, tanto flamencas como del gótico tardío, quizá en Burgos o Palencia, explica el comisario. De ahí que, cuando volvió a Castilla, logró plasmar toda la obra que le convirtió en el introductor del Renacimiento en el arte final del mundo medieval, coincidiendo con los Reyes Católicos.

La muestra que trata de descubrir al espectador la producción que el pintor renacentista castellano, el primero que viajó a Italia, desarrolló en Segovia, ha sido promovida por La Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial. También ha contado con la colaboración del Instituto del Patrimonio Cultural de España, que ha proporcionado radiografías y reflectografías de las pinturas de Berruguete, el cabildo de la catedral y el Obispado de Segovia. EFE_Aurelio Martín.

IMAGEN:  El director del Museo de Segovia, Santiago Martínez Caballero, muestra la tabla de Berruguete “Misa de San Gregorio’, realizada hacia 1500, una de las piezas que se exhibe en una exposición sobre la obra del primer pintor del renacimiento castellano bajo el patrocinio de los Reyes Católicos. EFE