95 años de existencia son muchos para una persona y también para un museo. El Catedralicio de Segovia, fue fundado el 24 de junio de 1924 por el obispo Manuel Castro Alonso, para dar a conocer al segoviano y visitante la riqueza de los objetos litúrgicos del templo. Tras este largo bagaje, la sala pasará por una restauración completa tanto en sus muros como en sus obras ya expuestas, sumando otras nuevas.

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Sala de Santa Catalina de Segovia.

Tras la apertura de la Sala de Tapices y Ornamentos Litúrgicos y Sala Bajo Claustro en 2017 y 2018, respectivamente, el Cabildo de Segovia continúa el proceso de restauración y adaptación de las diferentes salas y capillas de la Catedral para divulgar mejor el patrimonio artístico y religioso de la Iglesia.

 

Renovación y limpieza de la capilla del Museo

la Sala de Santa Catalina cerró sus puertas ayer para iniciar la reconversión total en su organización como sala expositiva. El primer paso será empezar a retirar todas las piezas de orfebrería, muebles, expositores, tapices y demás obras de arte para vaciarse completamente antes de iniciar los trabajos de limpieza y renovación de los revestimientos de los muros.

Debido al mal estado en el que se encontraba el muro este que delimita con el claustro, y a los desprendimientos constantes, se eliminará el antiguo mortero en toda la superficie de 5 metros de ancho por 6 de alto para después aplicar uno nuevo con cal hidráulica que permita la ventilación de la humedad y eliminación del salitre.

En el resto de los muros se colocará un andamio perimetral para realizar una limpieza mecánica con agua a baja presión y se revisarán todas las juntas de los sillares, para sustituir aquellos llagados de mortero de cemento que se encuentren en mal estado. Para finalizar este proceso de acondicionamiento de la sala se limpiará también la riquísima bóveda de crucería, tanto sus plementos, nervios como las claves.

La intervención en esta  antigua capilla con una superficie de 86 metros cuadrados y de vital importancia arquitectónica como cuerpo bajo de la torre no conllevará ninguna alteración, modificación arquitectónica o estilística.

El coste total de esta primera fase de las obras de adaptación asciende a 37.000 euros. El presupuesto incluye la instalación de medidas de seguridad para cumplir con la legislación en materia de salud e incendios. Los trabajos se prolongarían alrededor de 3 meses.

 

Un Museo diferente para adaptarse a los nuevos tiempos

En una segunda intervención, el objetivo será mejorar la exposición de la orfebrería y eboraria que actualmente se encuentra en la sala y reunir otras piezas de alto valor conservadas en el templo. Para ello, se diseñarán nuevos expositores que mejoren la visualización e iluminación de las piezas que se colocarán a lo largo de los cuatro muros siguiendo un hilo pedagógico.

El resto de obras que alberga actualmente este espacio, como el lienzo de la Caridad Romana, el retablo de Frumales o el Pantocrátor, están siendo restauradas y tras esto serán trasladadas a capillas y espacios de la Catedral. Se mantendrá en sus paredes la serie “Verduras” compuesta por seis tapices tejidos en el siglo XVII en Bélgica no sin antes someterse también a una intervención para colocar forros y colgaduras nuevas.

Igualmente, el sepulcro del Infante Pedro Enríquez de Castilla, hijo de Enrique II,  seguirá en su lugar actual. También se procederá a su restauración en profundidad para recuperar policromía y material perdido de esta pieza tallada en piedra procedente de la antigua catedral y que es clave en la historia de Segovia.

Los plazos para ver el resultado en este espacio accesible a través del claustro no están fijados, al igual que otros aspectos organizativos, pero se espera que para 2020 se pueda tener lista la que será nuevo referente de la oferta cultural del templo.