El juego de luces y sombras típico de un escenario, hilos de tres metros de longitud, infinitud de anclajes, trajes costumbristas y expresiones cautivadoras componen una de las colecciones más mágicas que alberga Segovia, la de Francisco Peralta, que comienza su viaje por el mundo.

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Burkina Faso en África o Ida en Japón serán los primeros lugares en los que se promocionarán las marionetas de Peralta en formato virtual, aunque también podrán visitarse en Polonia, Rusia, Bélgica, Finlandia, Francia, Canadá, China, Mali y el resto de integrantes de la Asociación Internacional de Ciudades Amigas de la Marioneta (AVIAMA).

La exposición virtual de la colección, un catálogo y un vídeo promocional, todo ello en español, inglés y francés, servirán para trasladar las innovadoras técnicas del artista en la creación de unos títeres que, según la concejala de Patrimonio y Turismo, Claudia de Santos, “son de lo mejor que se ha hecho a nivel mundial”.

De Santos ha explicado en una entrevista que con Peralta “trasciende el mero concepto de títere y no solo por la estética sino también por la filosofía que en todo momento persigue la excelencia en los argumentos”.

Títeres, difusores de cultura

El artista abandonó desde sus inicios la idea tradicional de los títeres de cachiporra para convertir a sus muñecos en difusores de la cultura más selecta, por eso, entre sus representaciones se encuentran piezas del romancero popular como “La Condesita”, musicales como “El Retablo de Maese Pedro” y obras clásicas como “El Clérigo Ignorante” de Berceo.

Frente a los títeres que son perseguidos por ogros y brujas Peralta elige para los más pequeños obras literarias como “Frederick”, de Leo Lionni; “Si yo fuera mayor…”, de Éva Janikovszky o “La Cometa” de Montserrat del Amo.

Conseguir expresividad

Otra de las peculiaridades más destacadas del padre de la marioneta es su habilidad con los mecanismos y es que el mismo ha reconocido que el objetivo “no es crear marionetas perfectas sino expresivas”, que sean capaces de reflejar el suspiro de una dama o la alegría de un reencuentro.

Una combinación perfecta entre varillas, hilos, mecanismos, palancas y engranajes permiten a estos muñecos de pasta y madera realizar movimientos complejos e interpretar como si de actores se tratase cada uno de los actos de la obra.

Peralta no se conforma con los movimientos básicos sino que ha dedicado su tiempo y experiencia a investigar y a innovar para que sus marionetas cobren vida con tan solo unos toques.

Valor e historia

En cuanto al valor de las 38 piezas que conforman la colección, la concejala ha asegurado que es “incalculable” y es que, a su juicio, “no se pueden traducir en cifras por su calidad y porque su creador fue el primer titiritero en recibir la medalla de plata al Mérito de las Bellas Artes en 1990“.

La vinculación de Segovia con el mundo del títere es indiscutible, y es que Peralta lleva utilizándolos como un recurso educativo en la ciudad desde 1977, cuando comenzó a impartir cursos de construcción y modelado de marionetas para maestros en la Casa de los Picos.

Unos años más tarde en 1986 inició su andadura el Festival Internacional de Titirimundi que congrega a cientos de compañías de todo el mundo y a los titiriteros más prestigiosos en la ya consolidada “ciudad del títere”. Claudia Carrascal_EFE

IMAGEN: La concejal de Patrimonio y Turismo del Ayuntamiento de Segovia, Claudia de Santos, posa junto a los títeres de Francisco Peralta durante la entrevista con Efe. EFE