El Museo Hermitage de la capital neerlandesa estrenó este fin de semana “Los tesoros de los zares”, una exposición que trae de vuelta temporalmente a Ámsterdam 63 pinturas de maestros del Siglo de Oro holandés albergadas en San Petersburgo, entre ellas seis obras de Rembrandt.

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“Muchos de estos cuadros fueron producidos en Ámsterdam y ahora regresan a su ciudad natal”, dijo Paul Mosterd, subdirector del Hermitage holandés, quien explicó que el estudio donde Rembrandt produjo algunas de sus pinturas, allá por el siglo XVII, está “a apenas unos pasos del museo”.

El Hermitage de Rusia cuenta con unas 1.500 obras de artistas holandeses, pero la pequeña selección hecha para la exposición “es increíble”, indicó Mosterd. “Nuestros amigos de San Petersburgo profesan el mismo amor por los artistas holandeses que nosotros. Este sentimiento ha hecho posible la muestra”, añadió.

La importancia de Rembrandt se nota nada más llegar al Hermitage holandés: suyo es el primer cuadro que saluda a los visitantes, “Mujer joven probando pendientes”, calificado por la jefa de exposiciones, Marlies Kleiterp, como “una pieza muy delicada” y en la que se ve a una señora mirándose con atención en un espejo. Los otros cinco óleos de Rembrandt ocupan una sala completa y entre ellos destaca “Flora”, que retrata a la mujer del propio pintor, Saskia, vestida como la diosa de las flores.

“Los tesoros de los zares” también muestra obras de otros 49 autores neerlandeses como Gabriël Metsu, Willem Kalf, Dirck van Baburen y Gerard Dou, quienes inmortalizaron en sus óleos vistas de la Holanda de la época, bodegones y retratos de gente anónima.

Como el nombre de la exposición indica, fueron los monarcas rusos quienes trasladaron a San Petersburgo parte del legado del Siglo de Oro holandés. El zar Pedro el Grande empezó la colección en 1716 con la compra de un Rembrandt, pero fue la zarina Catalina la Grande quien, en la segunda mitad de siglo XVIII, inició la adquisición masiva de obras de arte en Europa occidental. Su objetivo final era colgarlas en una gran galería cerca del Palacio de Invierno de San Petersburgo, por lo que dio grandes sumas de dinero a sus agentes para que rastreasen el continente.Sus enviados eran conocidos por pagar precios por encima de los establecidos en el mercado de la época, asegura el programa de la exposición. Por ejemplo, adquirieron una pintura de Gerard Dou, titulada “En el médico”, por 19.153 libras francesas, el equivalente a 26 años de sueldo de un holandés de la época.

La exposición, que estará abierta al público hasta el 27 de mayo, se celebra en un momento de “no buenas relaciones políticas entre Rusia y Holanda”, admitió el subdirector del Hermitage de Ámsterdam. Sin embargo, eso no ha sido impedimento “para mantener abierto un espacio de intercambio entre los museos”, puntualizó Mosterd, quien reivindicó el arte como un elemento “que puede prevalecer sobre las perturbaciones políticas y unir a la gente”. Puso como ejemplo la presencia del embajador de Rusia en Holanda, Alexander Shulgin, y la de numerosos miembros del parlamento holandés en la presentación de la muestra, celebrada el pasado viernes. Mosterd lo calificó como “una oportunidad para que ellos se encuentren y hablen. En otras circunstancias más oficiales no pueden ser ellos mismos”, concluyó. 

 

IMAGEN: Operarios sostienen la obra “Flora” del artista holandés Rembrandt en el Hermitage Museum de Amsterdam, Holanda. EFE.