El Museo Casa de la Independencia, ubicado en uno de los pocos edificios de la Asunción colonial que se mantienen en pie, conmemoró su medio siglo de existencia dispuesto a convertirse en un activo espacio cultural para todos los paraguayos.

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Museo de la Independencia

Fue en realidad un cumpleaños adelantado, ya que el museo se inauguró el 14 de mayo de 1965, tras una campaña para salvar la casa donde se aloja, y que parecía condenada al derrumbe, como recordó en el acto Mabel Causarano, titular de la Secretaría Nacional de Cultura. Situado en el centro histórico de Asunción, el museo contiene importantes piezas de arte como muebles, pinturas, retratos y enseres de la época colonial.

Posee por ejemplo valiosas obras procedentes de las Misiones Jesuíticas, como una pila bautismal del siglo XVII y candiles de madera del mismo periodo. Su interior permite además retroceder al pasado gracias a los muebles, sillas y objetos de su comedor, donde se recrea un espacio doméstico colonial. Algunos de sus tesoros son donaciones de las familias de los próceres que el 14 de mayo de 1811 gestaron, entre esas paredes, la independencia del país. Entre ellos Fulgencio Yegros, Vicente Ignacio Iturbe, Pedro Juan Caballero o José Gaspar Rodríguez de Francia, este último inmortalizado décadas más tarde en “Yo, el Supremo”, la novela de Augusto Roa Bastos.

Todas estas piezas y ese aura colonial, presente en las paredes de adobe y los techos de teja, hacen del museo el más visitado de Paraguay, pero también un importante apéndice de la casa donde se fundó la nación paraguaya. “Esta era la sede de las reuniones secretas donde se conspiraba contra España, y desde donde la noche del 14 de mayo de 1811 los patriotas salieron por el callejón trasero decididos a lograr la independencia del país”, explicó la directora del museo, Yani Oliveira Silva.

Un espacio dinámico y abierto

Oliveira recuerda que la casa que desde hace cinco décadas da cobijo al museo, y que fue construida por una familia española en 1772, ilustra también el singular carácter de los independentistas paraguayos, que lograron rendir a las autoridades españolas de forma pacífica. “Por eso es linda la independencia de Paraguay, porque se hizo sin derramamiento de sangre y solo con jóvenes paraguayos”, destacó la directora del museo. Por su parte, el director general de Bienes y Servicios Culturales, Osvaldo Salerno, señaló que las instituciones paraguayas trabajan para que el museo se convierta en breve en un espacio cultural dinámico.

Habló de dotarlo de una biblioteca y de otros servicios culturales, de manera que sea un espacio de referencia para los asuncenos y para todos los que lo visiten. La Casa de la Independencia fue restaurada el año pasado, una puesta en valor enmarcada dentro del plan maestro para revitalizar el casco histórico de Asunción (PlanCHA). El plan fue sometido a un concurso público, otorgado al estudio español Ecosistema Urbano, afincado en Madrid.

Para el próximo 14 de mayo, cuando Paraguay celebre la Fiesta de la Independencia, está previsto que se presente en el edificio la maqueta del proyecto, un acto al que asistirá el presidente paraguayo, Horacio Cartes. La maqueta mostrará el centro histórico y sus alrededores en una superficie aproximada de cuatro metros de ancho por ocho de largo, con los objetos diseñados en escala de 1 al 500. Se trata de una propuesta estatal destinada a recuperar el corazón urbano de la capital paraguaya y a convertir el centro asunceno en lugar de residencia, tras el éxodo de sus vecinos a otras partes de la ciudad.

IMAGEN:  Vista general de una sala del interior de la Casa de la Independencia, en Asunción (Paraguay). EFE