Nos adentramos de la mano de nuestro compañero Maximiliano Barrios Felipe en la historia de esta emblemática librería ubicada en la ciudad holandesa de Maastricht, para ver cómo las viejas piedras de una antigua iglesia dominica han recuperado la vida y renovado su uso.

Canal Patrimonio_Maximiliano Barrios

Librería Boekhandel Dominicanen

Cuando el inexorable paso del tiempo condena al olvido y al abandono a algunas de las obras que el hombre edificó como faros espirituales de una comunidad, es bien recibido el renacimiento casi místico de estos edificios que mudan en nuevos usos, confiriéndoles parte de la grandeza que poseyeron. La Librería Boekhandel Dominicanen, ubicada en la ciudad holandesa de Maastricht a escasos metros de las caudalosas aguas del río Mosa, es una muestra de que el pasado se ha tomado la revancha. Muchas librerías como ésta no cuentan solo historias entre las páginas de sus libros, sino que su periplo vital forma parte de la historia.

 

Librería Boekhandel Dominicanen

Así fue como en 2006 la antigua iglesia de los dominicos de la ciudad fue transformada en librería. Un espacio diferente por enésima vez, porque tras la exclaustración de 1796 donde finaliza su culto, el templo fue utilizado con diversos cometidos; desde almacén de bicicletas a sala de raras exposiciones, así como la muestra botánica de 1899.

Monasterio de cierta importancia en el medievo, en 1330 se celebró aquí el capítulo general de la orden de los dominicos, resistió con ímpetu a la reforma y vivió sus mejores años a caballo de los siglos XVII y XVIII, centuria en la que su biblioteca contaba con 30.000 volúmenes. Esta azarosa existencia entre los vaivenes político-religiosos de la Europa del Antiguo Régimen amenazaron su propia existencia, pues protestantes primero y las tropas napoleónicas más adelante fueron socavando las distintas dependencias monásticas hasta casi su extinción, salvando de entre los escombros la iglesia. Ésta consagrada en 1294 se construyó en estilo gótico con posteriores añadidos barrocos.

Librería Boekhandel Dominicanen

 

La restauración y transformación actual fue obra del arquitecto Rob Brouwers y el estudio Merkx + Girod, que han sabido mantener el espíritu original con actuaciones reversibles y poniendo especial cuidado en la recuperación de las vidrieras, pinturas y frescos que adornaban los muros. La librería ofrece espacios orientados a otras actividades, como cafetería o un podio ocupando el espacio del antiguo presbiterio que a modo de altar vuelve a servir como predica, en esta ocasión de sesudas conferencias y debates.

No es aventurado pensar o quizá soñar con los antiguos moradores, que con su mirada fija en el facistol y arrebatados en la celebración del Oficio Divino elevaban sus cánticos hacia las bóvedas. Hoy la lectura se hace en silencio, apenas se musita como en una confesión. Ahora a las bóvedas se llega por escaleras de metal vigilados por la pintura de Santo Tomás de Aquino que preside desde lo alto, no podemos sino reverenciar a un lector de tal magnitud, que mejor sitio para su retiro.

 

 

La iglesia recuperó de nuevo su funcionalidad, ahora el peregrinaje que otrora buscaba reliquias encuentra otros tesoros escondidos entre el papel que asciende desafiante por estanterías gigantes, alguno la bautizó como la librería del cielo. Hoy al pisar su suelo sagrado no podemos olvidar que en un mundo en el que se está produciendo una revolución tecnológica sin precedentes en la comunicación tradicional, deberíamos acudir aquí y adoptar un libro, como nos novelaba Ruiz Zafón en “La sombra del viento”: El arte de leer se está muriendo muy lentamente, es un ritual íntimo, un libro es un espejo y sólo podemos encontrar en él lo que ya llevamos dentro, al leer ponemos la mente y el alma, y ésos son bienes cada día más escasos.

En el 2008 The Guardian la seleccionó como la librería más bella del mundo, modelo que sirvió para que otras muchas iniciaran un camino similar

 

IMÁGENES: Fotografía actual de la librería (autor Jorge Franganillo -CC BY 3.0-) y distintas imágenes del interior de la iglesia antes de la transformación: durante la exposición botánica de 1899 en una fotografía tomada por Hermann Boop,  en 1928 (CC BY-SA 4.0) o en la época en la que fue utilizada como almacén.