Alonso Berruguete conoció a Miguel Ángel y a Rafael, se empapó de la cultura clásica de la antigüedad pagana y regresó a España, después de una estancia de doce años en Italia, para plasmar sus conocimientos en la escultura religiosa del siglo XVI como acredita una exposición abierta en Valladolid.  

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Exposición Berruguete, Valladolid

Todo comenzó con Berruguete (1490-1561), marcó tendencia, fue el punto de partida de la imaginería religiosa que durante los siglos XVI XVII y XVIII decoró en España multitud de retablos, sepulcros y altares, y perfiló tallas procesionales o de culto con un estilo reconocible, formas y elementos que tuvieron su origen en la estética pagana que se trajo en la maleta el genial creador.   “Es uno de los nuestros, una indudable marca España”, ha resumido Manuel Arias, subdirector del Museo Nacional de Escultura, en Valladolid, y comisario de “Hijos del Laoconte. Alonso de Berruguete y la antigüedad pagana“, lema de la exposición que permanecerá hasta el 5 de noviembre en ese recinto cultural.  

Roma, el punto de partida

El desencadenante de la catarsis operada en Berruguete fue el hallazgo en Roma del conjunto escultórico del Laoconte como paradigma del clasicismo pagano, su contemplación y veneración hasta el punto de configurar en él un lenguaje expresivo que reinterpretó, asimiló y plasmó en la escultura religiosa desplegada desde su regreso a España, en 1518, hasta su muerte en Toledo, en 1561.   Obligado por los mecenas que le encargaban sus obras (obispos, cofradías, cabildos e iglesias), tradujo al lenguaje bíblico los gestos, expresiones y sensualidad corporal de las figuras de la antigüedad clásica, así como la decoración vegetal y motivos arquitectónicos en forma de columnas, capiteles y ruinas.   “Pero ese trasfondo pagano no desaparece nunca” y es la tesis de esta exposición, demostrar esa influencia y su traslación a través de la biografía artística de Berruguete plasmada en sesenta piezas esenciales para su comprensión y que han prestado, entre otros, el Museo del Prado, la Galería Ufizzi y la Universidad de Salamanca.  

Ecce Homo, Berruguete

Esa estancia en Italia, de la que se conoce muy poco, resultó esencial para el devenir de la imaginería religiosa, una de las contribuciones más relevantes de España a la historia del arte, “y eso es lo que pretende la exposición, revelar la relación entre ese imaginario pagano y la obra que hizo en Castilla”, ha explicado por su parte María Bolaños, directora del Museo de Escultura.   “Reinterpretó, hizo una relectura del clasicismo y lo proyectó a la escultura religiosa”, ha añadido Bolaños.  

Paralelismos con la imaginería clásica

A descubrir ese paralelismo ayuda la distribución de las piezas, en algunos casos con analogías tan evidentes como un Ecce Homo labrado hacia 1525 para el monasterio de Nuestra Señora de la Mejorada en Olmedo (Valladolid), con una escultura anónima romana fechada entre el 150 y 175 después de Cristo.   La figura central del Laoconte, presente en el muestrario a través de una reproducción del siglo XIX, guarda una asombrosa semejanza con la de Abraham en el sacrificio de su hijo Isaac, situada a su lado y que Berruguete labró para el retablo mayor de la iglesia de San Benito el Real, en Valladolid.   El Museo Arqueológico Nacional, la Biblioteca Nacional, la Catedral de El Burgo de Osma, la Universidad de Valladolid, el Museo Marés, la colección del Palacio Real y el Archivo de la Real Chancillería en Valladolid son algunas de las entidades e instituciones que han prestado obras.  

Retablo de Santa Ana

Los orígenes de Alonso: Paredes de Nava

Coincide esta muestra con la de “Alonso Berruguete en Paredes de Nava”, que desnuda la figura del escultor palentino desde su localidad natal, enlazando su trayectoria profesional con sus orígenes, su familia, sus contemporáneos y los que influyeron en su obra.   La iglesia de Santa Eulalia de Paredes de Nava, donde se ubica el retablo con los retratos de los Reyes de su padre, el pintor Pedro Berruguete, ha sido el escenario elegido para esta muestra, que refleja la importancia de la familia Berruguete en el arte y la historia del Renacimiento dentro y fuera de España.   Hasta el 21 de septiembre puede hacerse un recorrido por la figura de Alonso Berruguete a través de algunas de sus obras más reconocidas como la Virgen con el Niño, el Sacrificio de Isaac, San Jorge o el Ecce Homo. 

IMÁGENES: Dos personas contemplan la venera de la cúpula del retablo mayor de San Benito el Real; escultura del “Ecce Homo”  y  “Retablo de Santa Ana”, obras de Alonso Berruguete, que forman parte de la exposición “Hijos del Laoconte. Alonso de Berruguete y la Antigüedad Pagana”.