ES* En un asentamiento disputado por distintos pueblos desde la antigüedad, São Martinho luce su aspecto como muestra de carácter y particularidad única.

PT* Localizada em um assentamento disputado por distintos povos desde a antiguidade, São Martinho de Mouros possui caráter e particularidade únicos.

Vista general de la imponente fachada. Foto: Acscosta (CC BY-SA 3.0)

Canal Patrimonio Flumen Durius

ES* La combinación de factores estratégicos de un territorio bastante fértil pero muy accidentado geográficamente facilitó que el asentamiento hoy conocido como São Martinho de Mouros, parroquia de Resende (Lamego, Portugal), fuese habitado desde muy temprano por distintos pueblos. Hasta el año 711, el de la invasión musulmana, ocupaban esas tierras los descendientes de los suevos cristianizados en tiempos del rey Requiario y seguidores devotos de San Martín de Braga.

A partir de la Reconquista, el río Duero se convirtió en la línea fronteriza entre los territorios dominados por moros y cristianos. El rey Alfonso III de Asturias logró hacerse con las tierras al sur del Duero, recuperando San Martín y Lamego para los cristianos. Sin embargo volvieron a caer bajo el yugo musulmán después de la terrible invasión de Almanzor a comienzos del siglo XI, hasta que el rey de León, Fernando I El Magno, las reconquistó definitivamente en 1057. Posiblemente fuese durante ese periodo de dominación musulmana cuando los vecinos de la zona de Resende aplicaron a la localidad de San Martín el apellido ‘de Mouros’.

La importancia del lugar durante el siglo XII permitirá la edificación de un monumento románico tan peculiar como lo es la iglesia de São Martinho en una zona geográfica ya alejada de los centros de decisión, sobre todo cuando estamos ante una iglesia erigida para funciones parroquiales.

Se baraja la posibilidad de que la iglesia se levantase sobre los restos de un templo anterior, perpetuando así un culto antiguo. Sin embargo, una inscripción datada en 1217 en el exterior del ábside supone la primera fecha documentada de São Martinho. Una fecha que podría referirse al inicio de la construcción de esta iglesia o bien a la conclusión de una primera fase constructiva, es decir: la de la cabecera. De patronato real de acuerdo con la información de las “Inquirições” (una encuesta administrativa de 1258), la Iglesia pasó a pertenecer a la Casa de Marialva en el siglo XV y a la Universidad de Coímbra un siglo más tarde.

Originalidad

São Martinho de Mouros sufrió numerosas transformaciones a lo largo de los siglos. Consta de una sola nave con ábside rectangular más estrecho y bajo que la nave, aunque su mayor peculiaridad es su robusto cuerpo occidental que, a modo de torre defensiva, confiere a la iglesia una originalidad única dentro del contexto románico portugués. Existe una tipología típica de la arquitectura religiosa portuguesa con un acusado carácter militar, aunque éstas sean en su mayor parte iglesias de la época gótica. Por eso la maciza fachada de São Martinho de Mouros sigue siendo única en su género.

Bóvedas del templo. Foto: Michael Schlapkohl

Las características constructivas de su capilla mayor hacen sospechar que ésta podría haber sido recrecida en algún momento de la época moderna con vistas a su actualización dentro del gusto Barroco, aunque conserva su estructura y decoración primitiva románica. Su plan inicial parecía ser de tres naves abovedadas que no llegaron a ser construidas. De ese momento queda la abigarrada estructura de los pilares de su arco triunfal que esbozan ese proyecto.

En la época moderna y sobre todo en el período barroco se inició la modificación de su espacialidad y de la decoración, destacando el retablo mayor, de estilo nacional, con un trono eucarístico que sobresale por una representación de la Ascensión de Cristo.  Los retablos de las naves, también barrocos son más sencillos que el retablo mayor y se dedican al Cristo de las Llagas, a Nuestra Señora del Rosario y a la Señora del Destierro.

De escasa iluminación, debido a la casi ausencia de vanos, su interior aparece lúgubre y conserva en el lado de la epístola un amplio arco abatido adornado con perlas, y que se rasga por encima del nivel de la puerta de acceso a la sacristía. Este elemento monumental de un románico muy primitivo se ha mantenido en este espacio profundamente transformado, según atestiguan los amplios ventanales rectangulares que permiten una plena iluminación de su interior.  Esta profusa iluminación de la capilla mayor contrasta profundamente con la restante de la iglesia.

Imaginería

De principios del siglo XVI son dos pinturas sobre tabla en la capilla mayor que representan escenas de la vida de San Martín, posiblemente realizadas por los Maestros de Ferreirim. Los frescos en los muros de la nave tienen parte de sus imágenes cubiertas por los retablos y entre ellos destacan un San Martín y una figura femenina vistiendo un hábito benedictino, obras posiblemente de finales del siglo XV. Además, se debe destacar la presencia, en los varios altares y sobre ménsulas, de piezas de buena calidad plástica, de las que sobresale San Martín de Tours, el patrono.

Interior de São Martinho dos Mouros. Foto: Michael Schlapkohl.

Al exterior la portada se compone de tres fustes prismáticos con decoración a base de temas vegetales, su tímpano está ausente de ornamentación aunque hay noticias en 1924 de otro diferente con una cruz inscrita. La chambrana presenta ajedrezado y sobre ella en la cornisa sus canecillos presentan decoración zoomórfica, posiblemente cabezas de bóvidos.

Cómo llegar

São Martinho de Mouros está a cincuenta kilómetros al sur de Vila Real, circulando por la carretera A24 hasta Peso da Régua. Atravesado el Duero, Se toma la N222 hasta llegar al destino. Desde Oporto son prácticamente 100 kilómetros los que la separan de esta localidad, remontando el Duero por la A4 hasta Recezinhos, donde se sale por la A11 para tomar la variante a la N211 y en sucesión ésta, la N321, la M579 y la N108 hasta llegar al puente de la Hermida sobre el Duero. A continuación se sigue por la N222 y por la M553 casi al final del trayecto para llegar a São Martinho.

Planta realizada por Pedro Azevedo.

PT* A combinação de fatores estratégicos de um território bastante fértil, embora muito acidentado geograficamente, facilitou que o assentamento hoje conhecido como São Martinho de Mouros, freguesia de Resende (Lamego, Portugal), fosse habitado desde tempos muito remotos por diferentes povos. Até o ano de 711, com a invasão muçulmana, essas terras foram ocupadas pelos descendentes dos suevos cristianizados nos tempos do rei Requiario e pelos devotos seguidores de São Martinho de Braga.

A partir da Reconquista, o rio Douro tornou-se a fronteira entre territórios dominados por mouros e cristãos. O rei Alfonso III das Astúrias invadiu, então, as terras ao sul do Douro e recuperou São Martinho e Lamego para os cristãos. No entanto, as terras voltaram ao domínio muçulmano após a terrível invasão de Almanzor, no início do século XI, até que o Rei de León, Fernando I O Magno, reconquisto-as definitivamente, em 1057. Foi possivelmente durante esse período de dominação muçulmana que os vizinhos da área de Resende aplicaram o nome ‘de Mouros’ à cidade de São Martinho.

A importância do lugar durante o século XII permitiu a construção de um monumento românico tão peculiar como a igreja de São Martinho numa área geográfica tão longe dos centros de decisão, especialmente quando se fala de uma igreja erguida para funções paroquiais.

A possibilidade da igreja ter sido construída sobre os restos de um templo anterior também é considerada, como forma de perpetuar um antigo culto. No entanto, uma inscrição que data de 1217 fora da abside representa a primeira data documentada de São Martinho, que poderia referir-se ao início da construção da igreja ou à conclusão de uma primeira fase construtiva, a da cabeceira. Segundo as informações das “Inquirições” (pesquisa administrativa de 1258), a Igreja deixou de depender da Coroa Portuguesa para formar parte da Casa de Marialva no século XV, e da Universidade de Coimbra, um século depois.

Originalidade

São Martinho de Mouros sofreu numerosas transformações ao longo dos séculos. Consta de uma única nave com uma abside retangular mais estreita e mais baixa que a nave, embora a sua característica principal seja o seu corpo ocidental robusto que, como torre defensiva, confere à igreja uma originalidade única no contexto românico português. Há uma tipologia marcante da arquitetura religiosa portuguesa com caráter militar, embora essa característica seja forte nas igrejas de período gótico e estejamos tratando aqui de um momento românico. É por isso que a fachada maciça de São Martinho de Mouros permanece única em seu género.

As características construtivas da sua capela maior faz suspeitar que essa poderia ter sido ampliada a partir de algum momento da época moderna, com vistas à sua atualização dentro do gosto Barroco, embora conserve a sua estrutura e decoração primitiva românica.

Seu desenho inicial parecia ser de três naves abobadadas que não chegaram a ser construídas. Desse momento, fica a complexa estrutura dos pilares de seu arco triunfal que esboçam esse projeto.

Nos tempos modernos e especialmente no período barroco iniciou-se a modificação de sua espacialidade e decoração, onde pode-se destacar o retábulo principal, de estilo nacional, com um trono eucarístico que se destaca pela representação da Ascensão de Cristo. Os retábulos das naves, também barrocos, são mais simples do que o retábulo principal e são dedicados ao Cristo das Chagas, à Nossa Senhora do Rosário e à Senhora do Desterro.

De pouca iluminação, devido à quase ausência total de vãos, o seu interior parece lúgubre e conserva no lado da epístola um amplo arco abatido adornado com pérolas. Esse elemento monumental de um românico muito primitivo se manteve neste espaço profundamente transformado, segundo testemunham os grandes janelões retangulares que permitem a iluminação total do seu interior. Essa iluminação profusa da capela principal contrasta fortemente com o resto da igreja.

Imaginário

Do início do século XVI são duas pinturas sobre madeira na capela principal que retratam cenas da vida de São Martinho, possivelmente feitas pelos mestres de Ferreirim. Os afrescos nas paredes da nave têm parte de suas imagens cobertas pelos retábulos e entre eles destacam-se um São Martinho e uma figura feminina vestida com um hábito beneditino, obras possivelmente do final do século XV. Além disso, deve-se destacar a presença, nos vários altares e sobre mísulas, de peças de boa qualidade plástica, das quais destaca-se São Martinho de Tours, o patrono.

Do lado exterior, a portada é composta por três fustes prismáticos com decoração baseada em temas vegetais. Seu tímpano está ausente de ornamentação, embora haja relatos, datados de 1924, sobre outro diferente, com uma cruz inscrita. A chambrana é axadrezada e sobre ela, na cornija, suas mísulas têm decoração zoomorfa, possivelmente cabeças bovídeas.

Como chegar

São Martinho de Mouros está a cinquenta quilómetros ao sul da cidade de Vila Real, pela autoestrada A24 até Peso da Régua. Uma vez atravessado o Douro, pode-se tomar a N222 até o destino. A partir da cidade do Porto são praticamente 100 quilómetros, a margear o Douro pela A4 até Recezinhos, onde deve-se sair pela A11 para tomar a variante à N211 e, em seguida, a N321, a M579 e a N108, até chegar à Ponte da Ermida sobre o Douro. A continuação, deve-se seguir pela N222 e pela M553 quase ao final do trajeto para chegar a São Martinho.