ES* La iglesia del antiguo convento dominico de San Pablo, en Valladolid, ha evolucionado a través de los años gracias al favor de ilustres personajes, llegando a ser en nuestros días uno de los edificios más representativos de la ciudad.

PT*  A igreja do antigo convento domínico de San Pablo, na cidade espanhola de Valladolid, evoluiu ao longo dos anos graças a personagens ilustres, tornando-se atualmente um dos edifícios mais representativos da cidade.

Puerta principal de la iglesia de San_Pablo, en Valladolid. Foto: Jose Luis Filpo Cabana.

Canal Patrimonio Flumen Durius

ES* El convento fue fundado en 1276 por doña Violante, mujer de Alfonso X, aunque la costrucción de su iglesia en 1286 se debe al favor de su nuera, doña María de Molina, mujer del rey Sancho IV. Años después, en 1445, el templo fue reconstruido por deseo del cardenal fray Juan de Torquemada, completándose las obras gracias al obispo de Palencia, fray Alonso de Burgos, que mandaría edificar también el Colegio de San Gregorio, anexo a este convento. Siguiendo la cronología, en 1540 es el cardenal García de Loaysa quien facilita la construcción de la sacristía y en 1601 recae el patronato del templo en manos del duque de Lerma, convirtiéndolo a partir de entonces en Iglesia Real mientras Valladolid fue sede de la Corte. Al valido del rey se debe la fachada y varias reformas del interior.

Sin embargo no todo fueron beneficios para un edificio que, llegado el siglo XVIII, sufrió como tantos otros ejemplares del patrimonio religioso y cultural español con la invasión francesa y la posterior desamortización del ministro Mendizábal. Tras la llegada de las tropas napoleónicas a comienzos del siglo comenzó un proceso de destrucción que llegaría a su apogeo tras la desamortización de 1835. De todo el conjunto monástico sólo sobreviviría la iglesia, a la que regresaron los dominicos en 1893. Y sin embargo, ésta misma sufrió un incendio en 1968 en el que se destruyeron sus bóvedas, reconstruidas posteriormente en estilo gótico.

La iglesia se articula sobre la planta en forma de cruz latina, compuesta por una sola nave de cinco tramos y capillas-hornacinas entre contrafuertes comunicadas entre sí. La capilla mayor carece de retablo desde el incendio del 68 y por eso está presidida por un Cristo crucificado de Juan de Juni, flanqueado por una Virgen del Rosario y Santo Domingo de Guzmán, a su vez ellos acompañados por dos hornacinas con esculturas procedentes del retablo original que representan a San Pedro de Verona, a Santa Inés de Montepulciano, San Vicente Ferrer y Santa Catalina de Siena. Originalmente esta capilla estaba dedicada al enterramiento de los Duques de Lerma, pero sus esculturas fueron trasladadas al Museo de Escultura.

Interior de la iglesia. Foto: Jose Luis Filpo Cabana.

De sus diez capillas laterales cabe mencionar los numerosos retablos de estilos rococó y neoclásico, acompañados por diversas esculturas o imágenes. También cuenta con así como dos portadas laterales: la de la Epístola crea un acceso a la capilla de San Gregorio, mientras que la del Evangelio daba acceso al claustro -destruido por las tropas de Napoleón-.

Fachada retablo

Exteriormente destaca, sin lugar a dudas, su espectacular fachada que le ganó el nombre de retablo de piedra al aire libre. Fue realizada por Simón de Colonia en estilo hispano-flamenco, cumpliendo la función de atraer la atención al templo e instar a entrar a los fieles. Reclamo turístico durante siglos y uno de los elementos más característicos de Valladolid, esta fachada se divide en tres cuerpos y un remate, siendo todo flanqueado por dos torres con espadañas.

El primer cuerpo termina en una imposta que llega hasta el rosetón central y está compuesto por una puerta en forma de arco mixtilínea cobijada por varios arcos apuntados mixtilíneos que a su vez se cobijan bajo un arco conopial. Llama la atención el tímpano con la escena de la Coronación de la Virgen en el centro, acompañada por Fray Alonso de Burgos, arrodillado y vestido con ropas pontificales. Coronan a la Virgen el Padre Eterno, Cristo y el Espíritu Santo. A los lados se presentan San Juan Bautista, San Juan Evangelista y varios ángeles con escudos. Tras el tímpano se extiende un fondo de escamas, propio de Simón de Colonia. En las jambas, y sobre ménsulas y doseletes góticos, se alzan San Pedro de Verona y Santo Domingo de Guzmán a la izquierda y santo Tomás de Aquino y San Vicente Ferrer a la derecha.

El segundo cuerpo de la fachada empieza por una serie de arcos polilobulados con la representación del Dios Padre flanqueado por San Pedro y San Pablo, así como los Evangelistas. Sobre estos arcos se abre el magnífico rosetón calado con tréboles cuadrifolios agrupados de tres en tres. A los lados del rosetón hay dos ángeles sujetando el escudo del Duque de Lerma.

Este cuerpo se divide en tres calles y dos entrecalles laterales con los Evangelistas. La calle lateral izquierda tiene dos bajorelieves con Isaías y Jonás, la calle central -más ancha que las laterales- contiene seis bajorrelieves con escenas del Evangelio que forman la Glorificación de Cristo, y en la calle lateral derecha se encuentran dos bajorrelieves con el Rey David y Ezequiel. Termina este conjunto con una franja compuesta por las figuras de la Virgen con el Niño flanqueada por San Pedro de Verona y Santo Tomás de Aquino, así como dos escudos con la heráldica del Duque de Lerma, a cuyos extremos están Santo Domingo de Guzmán y San Raimundo de Peñafort.

La fachada está rematada con un frontón triangular de fondo de escamas presidido por el escudo de los Reyes Católicos sostenido por dos leones. La riqueza del templo le valió la consideración, el 3 de junio de 1931, de Bien de Interés Cultural.

Horarios

Se puede visitar la iglesia de San Pablo en cualquier momento antes o después de misas. El horario de apertura de lunes a sábado es de 7h30 a 12h30 (con misas intercaladas a las 8 y a las 9), y de 19 a 21h30 (con misa a las 20h30 y a las 21h30). Domingos y festivos el horario de apertura es de 8 a 14 horas y de 18 a 21h30.

Detalle de la fachada principal. Foto: Zarateman (CC BY-SA 3,0).

PT*  O convento domínico de Valladolid foi fundado em 1276 por dona Violante, mulher de Alfonso X, embora a construção da sua igreja, em 1286, deva-se à sua nora, dona Maria de Molina, mulher do rei Sancho IV. Anos depois, em 1445, o templo foi reconstruído por desejo do cardenal frei Juan de Torquemada, completando-se as obras graças ao bispo de Palencia, frei Alonso de Burgos, que mandaria edificar também o Colegio de San Gregorio, anexo ao convento. Seguindo a cronologia, em 1540 é o cardeal Garcia de Loaysa quem facilita a construção da sacristia e, em 1601, o patronato do templo recai em mãos do duque de Lerma, convertendo-o, a partir de então, em Igreja Real, enquanto Valladolid é sede da Corte. A esse representante do rei deve-se a fachada e várias reformas do interior.

Porém, nem tudo é benefício na história desse importante património. No século XVIII, como tantos outros exemplares do património religioso e cultural espanhol, o convento sofreu bastante com a invasão francesa, bem como com a posterior desamortização do ministro Mendizábal. Depois da chegada das tropas napoleónicas, no começo do século, começou um processo de destruição que chegaria ao seu apogeu após a desamortização de 1835. De todo o conjunto monástico só sobreviveria a igreja, para a qual regressariam os domínicos em 1893. Porém, essa mesma igreja ainda sofreu um grande incêndio, em 1968, no qual foram destruídas as suas abóbodas, reconstruídas posteriormente em estilo gótico.

A igreja articula-se sobre a planta em forma de cruz latina, composta por uma só nave de cinco tramos e capelas nicho entre contrafortes comunicadas entre si. A capela maior não possui retábulo desde o incêndio do 68 e por isso está presidida por um Cristo crucificado de Juan de Juni, ladeado por uma Virgem do Rosário e São Domingo de Gusmão. Por sua vez, esses santos são acompanhados por dois nichos com esculturas procedentes do retábulo original que representam São Pedro de Verona a Santa Inês de Montepulciano, São Vicente Ferrer e Santa Catalina de Siena. Originalmente essa capela estava dedicada ao sepultamento dos duques de Lerma, mas suas esculturas sobre os jazigos foram trasladadas ao Museu da Escultura.

Das dez capelas laterais, cabe mencionar os numerosos retábulos de estilos rococó e neoclássico acompanhados por diversas esculturas ou imagens. Também conta com duas portadas laterais: a da Epístola cria um acesso à capela de São Gregório, enquanto que a do Evangelho dá acesso ao claustro destruído pelas tropas de Napoleão.

Fachada retábulo

Exteriormente destaca-se, sem sombra de dúvidas, a sua espetacular fachada, que lhe fez merecedora do título de retábulo de pedra ao ar livre. Foi realizada por Simão de Colónia em estilo hispano-flamengo, cumprindo a função de atrair a atenção ao templo e animar os fiéis a frequentá-lo. Atração turística durante séculos e um dos elementos mais característicos de Valladolid, essa fachada divide-se em três corpos e um remate, sendo todo ladeado por duas torres com pequenas paredes sineiras.

Fachada retablo de la iglesia de San_Pablo. Foto: Pimlico27 (CC-BY-SA-40)

O primeiro corpo termina em uma imposta que chega até à rosácea central e está composto por uma porta em forma de arco mistilíneo protegida por vários arcos apontados mistilíneos. Esses, por sua vez, estão preservados por um arco conopial. Chama a atenção o tímpano com a cena da Coroação da Virgem ao centro, acompanhada pelo frei Alonso de Burgos, ajoelhado e vestido com roupas pontificais. O Pai eterno, Cristo e o Espírito Santo coroam a Virgem Maria. Ao seu lado, apresentam-se São João Batista, São João Evangelista e vários anjos com escudos. Após o tímpano estende-se um fundo de escamas, próprio de Simão de Colónia. Nas jambas e sobre mísulas e dosseletes góticos elevam-se São Pedro de Verona e São Domingos de Gusmão à esquerda. À direita, estão São Tomás de Aquino e São Vicente Ferrer.

O segundo corpo da fachada começa por uma série de arcos polilobulados com a representação do Deus Pai ladeado por São Pedro e São Paulo, assim como os Evangelistas. Sobre esses arcos abre-se a magnífica rosácea com trevos de quatro folhas agrupados de três em três. Ladeando o rosetão há dois anjos com o escudo do duque de Lerma.

O corpo está dividido em três ruas e duas entreruas laterais com os Evangelistas. A rua lateral esquerda tem dois baixo-relevos com Isaías e Jonas, a rua central, mais larga que as laterais, contém seis baixo-relevos com cenas do Evangelho que representam a Glorificação do Cristo e na rua lateral direita encontram-se dois baixo-relevos com Ezequiel e o rei David. O conjunto termina com uma franja composta pelas figuras da Virgem Maria com o Menino Jesus flanqueada por São Pedro de Verona e São Tomás de Aquino, assim como dois escudos com brasões do duque de Lerma, em cujos extremos estão São Domingo de Gusmão e São Raimundo de Penhaforte.

A fachada está coroada por um frontão triangular de fundo de escamas presidido pelo brasão dos reis católicos suportado por dois leões. A riqueza do templo lhe valeu a consideração, no dia 3 de junho de 1931, de Bem de Interesse Cultural.

Horários

Pode-se visitar a igreja de São Paulo em qualquer momento, antes ou depois das missas. O horário de abertura, de segunda a sábado, é de 7h30 às 12h30 (com missas às 8h e às 9h) e das 19h às 21h30 (com missa às 20h30 e às 21h30). Aos domingos e feriados, o horário de abertura é das 8h às 14h e das 18h às 21h30.