ES*  Nunca antes la actividad comercial se había revestido de tanta elegancia en Valladolid como cuando el comerciante Eusebio Gutiérrez tuvo la idea de crear un pasadizo a la moda europea que hoy supone uno de los rincones más deliciosos de la capital castellana.

PT*  Nunca antes a atividade comercial havia se revestido de tanta elegância em Valladolid como quando o comerciante Eusebio Gutiérrez teve a ideia de criar um corredor de compras à europeia que hoje é um dos recantos mais aprazíveis da capital de castela. 

Vista nocturna del Pasaje Gutiérrez de Valladolid. Foto: Galandil (CC BY-SA 3,0 es)

Canal Patrimonio Flumen Durius

ES* El famoso Pasaje Gutiérrez se abre comunicando la calle Fray Luis de León con la de Castelar. Proyectado por Jerónimo Ortiz de Urbina e inaugurado en 1886, esta obra se realizó gracias a la iniciativa de Eusebio Gutiérrez, comerciante que dio nombre al acceso. Su construcción fue rápida, de apenas un año, y se usaron las técnicas y materiales más modernos como el hierro, el vidrio o la iluminación de gas, convirtiéndose así en unos de los pocos pasajes comerciales del siglo XIX en España. Fue el pionero de una corriente que ya se había iniciado en París, y a la que se unieron después otras muchas ciudades europeas, donde se iban creando espacios comerciales con negocios, cafés para tertulias y otros establecimientos siguiendo la moda de la sociedad burguesa.

Aunque en su momento fue un pasaje comercial muy importante en Valladolid, su auge fue breve y a los pocos años ya estaba decayendo su uso. Con el paso del tiempo sus tiendas fueron cerrando, y su importancia comercial menguando hasta llegar a la época actual, en la que el pasadizo ha sido restaurado para que recupere su anterior gloria merced a la apertura de algunos negocios menores.

El pasaje a la luz del día. (CC BY-SA 2,5 es)

El espacio se divide en dos tramos con cubierta de vigas de madera y hierro, unidos por una rotonda central de cubierta de cristal realizada en la Real Fábrica de Cristales de la Granja (Segovia). Los diversos comercios quedan divididos gracias a pilastras encastradas con bombillas de pie de hierro. Sus dos fachadas exteriores está realizadas con ladrillo y con rosetones de hierro sobre la puerta. Sobre los tramos, y entre las vigas de madera ricamente decorada, se pueden contemplar frescos con alegorías que hacen referencia a la ciudad y coinciden con el paso bajo de las viviendas anexas. Salvador Seijas fue el autor de las cinco pinturas que pueden verse y que representan la Agricultura, a Apolo y las Bellas Artes, la Primavera, la Industria y el Comercio.

En el centro de la rotonda se alza la escultura de Mercurio alado -dios del comercio, y que también aparece en la alegoría pictórica- sujetando una bombilla redonda. La escultura es una copia del dios hecho por el escultor manierista Giambologna, y la peana que soporta la estatua incluye la inscripción “VAL D’OSNE” que verifica su fabricación francesa.

Rodeando al dios en cada esquina, se sitúan cuatro esculturas que representan a las cuatro estaciones. Fueron realizadas por los sucesores de M. Gossin, algo de lo que queda constancia en las peanas sobre las que se asientan.

En el interior también puede contemplarse un pequeño balcón con una escultura de terracota hecha por M. Gossin y que representa a unos niños sosteniendo un reloj.

Dentro del proceso de recuperación de este evocador espacio comercial, el pasaje fue declarado Bien de Interés Cultural el 2 de Marzo de 1998.

Una de las entradas del pasaje. Foto: Galandil (CC BY-SA 3,0 es)

PT*  O famoso Corredor Gutiérrez comunica as ruas Fray Luis de León e Castelar, na cidade espanhola de Valladolid. Projetado por Jerónimo Ortiz de Urbina e inaugurado em 1886, a obra foi realizada graças à iniciativa de Eusebio Gutiérrez, comerciante que deu nome ao corredor comercial.

A sua construção foi rápida, em apenas um ano. Foram utilizados técnicas e materiais muito modernos para a época, como o ferro, o vidro e a iluminação a gás, transformando-se assim num dos poucos corredores comerciais do século XIX na Espanha, onde foi pioneiro da corrente então praticada na cidade de Paris e noutras cidades europeias nas quais também foram construídos espaços comerciais com negócios, cafeterias e outros estabelecimentos na linha da então moda da sociedade burguesa.

Embora tenha sido muito importante em sua época, o seu esplendor foi muito breve. Com o passar dos anos, as lojas foram fechando e sua importância comercial minguando até chegar à época atual, na qual o corredor foi restaurado para que voltassem os seus tempos de glória com a abertura de negócios menores que movimentassem o local.

O espaço divide-se em duas etapas com armações de vigas de madeira e ferro, unidas por uma praça central de coberta de cristal feita na Real Fábrica de Cristais de la Granja (Segóvia). Os diversos comércios ficam divididos graças a pilastras incrustadas com lâmpadas de pé de ferro. As suas fachadas exteriores estão feitas com tijolos e rosáceas de ferro sobre a porta. 

Intersección del pasaje. Foto: Miguel Ángel Guadilla (CC BY 2,5)

Sobre os tramos e entre as vigas de madeira ricamente decoradas podem-se contemplar afrescos com alegorias que fazem referência à cidade e coincidem com a passagem sob às casas anexas. Salvador Seijas foi o autor das cinco pinturas que podem ser vistas e que representam a Agricultura, Apolo e as Belas Artes, a Primavera, a Indústria e o Comércio.

No centro da praça principal está a escultura de Mercúrio Alado – deus do comércio – que também aparece na alegoria pictórica sustentando uma lâmpada redonda. A escultura é uma cópia do deus feito pelo escultor maneirista Giambologna e a base da estátua inclui a inscrição “VAL D´OSNE”, que comprova a sua fabricação francesa.

Arrodeando o deus em cada esquina estão quatro esculturas que representam as quatro estações. Foram realizadas pelos sucessores de M. Gossin, como se pode comprovar pelo que está escrito em sua base.

Também pode ser vista uma pequena varanda com uma escultura de terracota feita por M. Grossin e que representa crianças sustentando um relógio.

Dentro do processo de recuperação deste belo espaço comercial, o corredor foi declarado Bem de Interesse Cultural, no dia 2 de março de 1998.