Un pequeño manuscrito de apenas 10 centímetros de altura y 50 páginas ha cautivado el interés de los investigadores en liturgia judía, que esperan con ansiedad echarle mano para desenterrar sus secretos.

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El histórico documento, que ha sido presentado en el Museo de las Tierras de la Biblia de Jerusalén, es el libro de rezos judío (sidur) más antiguo descubierto hasta ahora, y según las pruebas con carbono 14 radiactivo que le han practicado data de hace casi 1.200 años. Fuera de ese detalle, poco más se sabe de su origen, explicó el estadounidense Steve Green, su propietario y quien apadrina una exposición histórica de biblias en un museo que él mismo ayudó a crear en 1992 para realzar la importancia del “Libro de los libros”.

Una colección de más de 44.000 ejemplares:

“Lo encontré el año pasado a través de un agente de libros y las pruebas demostraron que se trataba de un manuscrito excepcional”, declaró este creyente cristiano, que tiene una de las principales colecciones de biblias y documentos religiosos extraordinarios del mundo, con más de 44.000 ejemplares. El libreto se ha incorporado a una exposición denominada “El libro de los libros” que se inauguró en el Museo hace ya un año y que se clausurará en octubre próximo. Entre sus otros objetos de un valor incalculable están varios fragmentos originales de la “Septuaginta”, la traducción al griego koiné del Antiguo Testamento que hicieron un grupo de 72 sabios judíos enviados a Alejandría en el siglo III a.C., de acuerdo a los organizadores de la muestra.

La exposición traza en su conjunto el impacto que ha tenido este libro en la historia de la humanidad, y describe a través de sus páginas la propagación de la fe monoteísta, y el cristianismo, desde el que fuera el reino de Judea bajo dominio del Imperio Romano (S. I) hasta nuestros días. Frente a otras obras no menos impactantes, entre ellas algunas páginas de la Biblia de Gutenberg (S. XV) o inéditos documentos de la Genizá de El Cairo, el modesto libreto apenas llama la atención en belleza, y su importancia es más histórica y literaria que artística. Algunos expertos creen que fue escrito por algún erudito judío de Babilonia (actual Iraq) como herramienta de ayuda para sus rezos.

Dividido en tres secciones:

“El libro tiene tres secciones. La primera tiene extractos de la oración matutina para el shabat (día de descanso en el judaísmo), la segunda poemas y la tercera la Hagadá de Pesaj (el relato de Pascua)”, explicó Amanda Weiss, directora del museo. Escrito en hebreo antiguo sobre láminas de cuero, aún conserva la cubierta original que le puso su autor, sobre el que nada se sabe hasta ahora pero que, se cree, vivió en un período de la historia judía conocido como de los “Geonei Babel”, literalmente los “Sabios” o “Ilustrados de Babilonia”. Líderes espirituales del judaísmo de todo el mundo durante la Temprana Edad Media, los “geonim” (sabios) fueron punto de referencia para consultas de los feligreses y sus responsas epistolares conforman hasta el día de hoy una parte importante de la ley religiosa judía o “halajá”.

El estilizado trazo de la escritura y el tipo de signos de puntuación empleado para la vocalización del hebreo apuntan claramente a Babilonia, y a que el autor -que vivió allá por el año 840- podría ser algún miembro de las dos reputadas academias seminaristas de Sura y Pumbedita, que presidían los “geonim”. “Este ‘sidur’ tan antiguo con los mismos rezos que tenemos hoy es para el pueblo judío una prueba de continuidad, es prueba de tradiciones y raíces ancestrales”, consideró el presidente del Parlamento israelí, Yuli Edelstein, en la inauguración de la exposición, a la que seguirá una investigación del libreto que durará hasta finales de 2015.
Elías L. Benarroch

 

IMAGEN: Un pequeño manuscrito de rezos judíos de apenas 10 centímetros de altura y 50 páginas, el más antiguo encontrado hasta ahora y que data de alrededor del año 840, ha cautivado el interés de los investigadores en liturgia judía, que esperan con ansiedad echarle mano para desenterrar sus secretos. EFE