El pañuelo que, durante más de un siglo, protegió los restos mortales del conquistador español Hernán Cortés ha sido restaurado por técnicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. La pieza, de lino blanco y encaje de seda negro, pertenece al acervo del Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec.

Canal Patrimonio_INAH

CanalPatrimonio_HernanCortes_INAH_ManuelCuriel

El lienzo, utilizado durante las honras fúnebres de los restos óseos de Cortés, fue intervenido como parte del proyecto de conservación sistematizada realizada por este museo que celebra su 70 aniversario. La restauración se realizó en colaboración con estudiantes de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO).  Las restauradoras Verónica Kuhliger y Laura García se encargaron de la intervención, así como de la investigación histórica que arrojó datos en torno a la muerte del conquistador, en 1547.

Kuhliger explicó que antes de la actuación se efectuó un diagnóstico en el que se determinó que el mayor deterioro que presentaba el lienzo se encontraba en el centro, por estar en contacto con el esqueleto: “se observaban manchas, faltantes, arrugas, deformaciones en el ligamento y una disminución en la resistencia del tejido en esas zonas”. Tras este dictamen se hizo una propuesta de conservación consistente en someter el pañuelo a una limpieza por medio de un tratamiento especial. Una vez limpio, se colocó un soporte de tela de algodón teñida similar al tono del original. Mientras, el encaje negro, típico de los pañuelos funerarios, se retiró para tratarlo por separado, y una vez estabilizado se reintegró a la pieza.

Análisis de fibras:

CanalPatrimonio_HernaCortes_INAH_ManuelCuriel

El paño, de 72 cm x 73 cm,  fue sometido a un análisis de fibras en los laboratorios de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), con la colaboración de la bióloga Gabriela Cruz, y se determinó que se trataba de un lienzo de lino muy fino, y que el encaje negro bordado es de hilos de seda.  La pieza tiene en los cuatro extremos figuras fitomorfas bordadas, que forman una cruz lobulada al centro que alude la religión cristiana y al uso para el que fue creado.

El conquistador español Hernán Cortés fue sepultado por primera vez en Castilleja de la Cuesta en 1547, localidad cercana a Sevilla, donde pasó los últimos años de vida; tiempo después sus restos fueron trasladados a la Nueva España, donde empezó un largo peregrinar hasta su última morada en la iglesia de Jesús Nazareno, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En 1947, el pañuelo fue trasladado al recién inaugurado Museo Nacional de Historia, y a partir de entonces ha estado resguardado en el depósito de colecciones.

IMÁGENES: Diferentes momentos del proceso de restauración del lienzo que cubrió los restos mortales de Hernán Cortés. INAH_Manuel Curiel.