Con la inminente construcción de cientos de presas a partir de la década de los 60, muchos pueblos quedaron sumergidos bajo el agua, y con ellos un valioso patrimonio. Con las sequías y el calor del verano, algunas de esas poblaciones en ruinas reaparecen y ofrecen al curioso observador una estampa única y llamativa que trae consigo numerosos visitantes. Un fenómeno bautizado como “turismo de sequía”.

Un ejemplo muy conocido es el espectacular puente medieval del siglo XII de Villanueva del Río Pisuerga en el embalse de Aguilar (Palencia), que con sus cinco arcos, permitía cruzar el río en su antiguo cauce. Este año ha sido el turno del dolmen de Guadalperal, en el municipio cacereño de Peraleda de la Mata, que ha emergido a la superficie en el pantano de Valdecañas y que ha sido calificado ya como el Stonehenge español.   

Canal Patrimonio_ Daniel González

Dolmen de Guadalperal, en el municipio cacereño de Peraleda de la Mata. Foto: Change.org

La bajada de las aguas con la sequía veraniega y los varios desembalses de aguas a Portugal han permitido descubrir un dolmen megalítico con una antigüedad de entre 4.000 y 5.000 años. Un total de 140 estructuras de piedra colocadas durante la Edad del Bronce, que según los expertos se erigió inicialmente como un círculo de piedras que harían la función de templo solar, un crómlech como el de Stonehenge aunque de tamaño más reducido. Más tarde se añadieron más menhires y cubrieron el conjunto con piedras horizontales creando un dolmen.

Ahora, desde la asociación local “Raíces de Peraleda” que promueve la protección y puesta en valor del legado cultural del pueblo, ponen la voz de alarma y solicitan una intervención por parte del Ministerio de Cultura “para que lo rescaten de las aguas aprovechando las circunstancias actuales, puesto que aún está bien conservado”. Ya han iniciado una petición en Change.org para sumar fuerza y voces en la protección de esta joya arqueológica.

Antes de la construcción del embalse en 1963 se habían realizado unas excavaciones por parte del sacerdote alemán, Hugo Obermaier, que trasladó los ajuares y otros objetos encontrados durante los trabajos a Múnich, para exponerlos en un museo. “A este paso tendremos que lamentar que no se llevaran las piedras también, al menos se habrían conservado”, lamenta Ángel Castaño, presidente de la asociación vecinal, en declaraciones a ABC.

Puente Medieval de Villanueva del río Pisuerga (Palencia) Foto: Fundación Santa María La Real

Unas piedras que no habían pasado desapercibidas por los vecinos, que ya conocían de su existencia antes de sumergirse durante décadas bajo el pantano. Una solución que proponen desde la asociación, es el traslado de las piedras a orillas del embalse pues “puede que la próxima vez que las condiciones permitan un rescate sea demasiado tarde, dado que el granito se está volviendo poroso y en algunos casos se está rajando”

Un mapa del Tajo grabado en piedra

Un Stonehenge español que desde su descubrimiento ha seguido sumando más razones para su protección, pues uno de los menhires milenarios del conjunto megalítico presenta un grabado alargado y ondulado que se podría corresponder a el dibujo del cauce del río Tajo por esta zona, una hipótesis que defiende Castaño, respaldándose en los estudios y datos obtenidos por Obermaier en sus excavaciones arqueológicas a principios del siglo XX.

“Es como el trazado que hace a mano alguien que conoce perfectamente las curvas del río, que coinciden bastante bien, aunque lógicamente no son perfectas las proporciones y medidas… de ser cierto estaríamos hablando de uno de los mapas más antiguos del mundo” argumenta Castaño en declaraciones al diario digital El Español.

El menhir es además el único que conserva inscripciones, con dibujos tallados de cazoletas y supuestas figuras de serpientes que podrían simbolizar la protección de los tesoros allí guardados. El centenar de piedras del conjunto forman una cámara ovalada de cinco metros de diámetro y cuenta con un corredor de acceso de 21 metros de longitud que culmina en este menhir esculpido.

Un descubrimiento que asombra al mundo entero y que evidencia una riqueza patrimonial aún no descubierta, enterrada bajo litros de agua o metros de tierra, en ocasiones solo atisbada por una población local, quien en su aprecio por su legado ve en ella una posibilidad para su continuidad.

 

La patrimonial España vaciada

En los últimos meses la provincia de Cuenca se ha posicionado en el centro del mapa de la arqueología internacional con grandes descubrimientos arqueológicos. En una amplia cobertura informativa y fotográfica de los medios nacionales, conocimos hace unos meses el caso de la villa romana de Noheda que alberga uno de los mosaico figurativo más espectaculares del Imperio romano; poco después se desenterró intacta la mayor construcción íbera conocida, de tres metros de altura. Más humilde fue el caso de la cueva-bodega del siglo XVI de la localidad de Huete. También próxima a la provincia de Cuenca, se encuentra el yacimiento de Recópolis, que ya ha sido renombrado como el Versalles de los visigodos con sus 33 hectáreas de complejo palaciego.

Cueva-bodega de huete. Foto: Fundación Huete Futuro

Unos yacimientos que da la casualidad de agruparse todos ellos en la región popularmente conocida como la “España vaciada”. Una oportunidad para estas comarcas, que tratan de aunar fuerzas en agrupaciones vecinales para conservar y explotar estos bienes patrimoniales y garantizar un devenir turístico que les otorgue una mayor actividad económica, pero que observan desesperados como la falta de inversiones e interés hacen peligrar la supervivencia de un legado cultural del que somos responsables todos.

La cultura la edifica, conserva y destruye una sociedad entera. La realidad es clara, patrimonio no nos falta. Su belleza, grandeza y valor histórico se han hecho evidentes en estos meses de verano. Su dispersión, desconocimiento, y difícil gestión es su mayor lastre, sus vecinos sus mayores guardianes y la población entera su mayor mecenas.  

Peticion Change.org para salvar el Stonehedge español