El parisiense Museo de Orsay, que alberga una de las más importantes colecciones impresionistas del mundo, permitirá a sus visitantes hacer fotos después de que la ministra de cultura colgara en las redes sociales una imagen tomada en el recinto.

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El Orsay era uno de los pocos museos de la capital francesa que mantenía la prohibición de retratar los cuadros que cuelgan de sus paredes, un veto que introdujo en 2009. Una regla que no pareció importar a la ministra de Cultura, Fleure Pellerin, que durante una visita el pasado lunes a la retrospectiva del postimpresionista Pierre Bonnard fotografió con su teléfono móvil una obra y la colgó en la red social Instagram. La foto no pasó desapercibida para las asociaciones que durante años vienen reclamando, en nombre de la difusión de la cultura, que se permita fotografiar las obras del museo.

Se mantienen algunas prohibiciones para preservar las obras

El Museo de Orsay se encontró en una encrucijada y, finalmente, aceptó levantar el veto a las fotos, aunque para preservar las obras seguirá prohibido el uso de flashes, de “paloselfis” y de trípodesTambién se mantendrá la prohibición de fotografiar algunas obras prestadas por otros centros para exposiciones temporales y que no permiten que se retraten sus cuadros. Resta por saber si con su foto Pellerin cometió un error o, simplemente, trató de forzar al museo a aplicar una medida que ella anima a adoptar en todos los museos.

La dirección del Orsay reconoce que la foto de la ministra “aceleró” la decisión de levantar el veto, pero que desde hacía meses estaban estudiando hacerlo. La ministra, por su parte, afirmó en Twitter que con su foto lo único que hizo fue incentivar la campaña “Todos Fotógrafos”, creada en julio de 2014, con la que su departamento pretende que el público contribuya a la difusión de la cultura a través de la fotografía. En nombre de ese principio, los museos de la capital fueron permitiendo que se fotografíen sus obras, lo que había dejado al Orsay como último bastión de esa prohibición. La medida afecta también a la Orangerie, la sala de exposiciones situada al otro lado del río Sena y cuya dirección depende también del Orsay.

IMAGEN:  Una obra en el Museo de Orsay de París. EFE/Archivo