Cuadros, cerámicas y esculturas del artista Paul Gauguin se exhiben desde hoy en el Grand Palais de París, donde el célebre pintor plasma su fascinación por los vínculos del hombre y la tierra durante su estancia en la Polinesia francesa. El artista posimpresionista refleja en la muestra “Gauguin, el alquimista” la búsqueda constante de su naturaleza primaria en más de 230 obras que estarán expuestas hasta el 22 de enero de 2018.

Aunque Gauguin (1848-1903) es más conocido por sus cuadros, la exposición aporta una visión polifacética del artista, quien vivió los últimos años de su vida en la idílica Polinesia francesa, en las antípodas de Europa. Entre otras obras, el busto “Tête Tahitienne” -una representación idealizada de su pareja- y la madera esculpida de “La Maison de Jouir” -un vestigio de su taller en la Polinesia- conviven en esta exposición con sugerentes pinturas como “Dans les vagues”, grabados y dibujos.

Por ello, críticos de arte como Gabriel-Albert Aurier (1865-1892) lo consideraban ante todo un maestro de las artes decorativas. “Gauguin, el alquimista”, una iniciativa nacida de la colaboración entre el Museo d’Orsay de París y el Instituto de Arte de Chicago, constituye un viaje al proceso creativo del artista y consigue cuestionar las interpretaciones hechas hasta ahora de su obra.

La búsqueda de evasión y de libertad ganan peso en la obra de Gauguin en detrimento de la tradición, apenas percibida en sus inicios como pintor. Las naturalezas muertas, fruto de la influencia de los impresionistas Degas y Pisarro, son recurrentes en esta etapa del artista, así como las escenas de la vida cotidiana en Bretaña (noroeste de Francia), donde entra en contacto con otros pintores del movimiento.

Aburrido del impresionismo europeo, Paul Gauguin da rienda suelta a un estilo figurativo, dando lugar a obras cargadas de simbolismo con trazos que “sugieren” en lugar de describir. Los viajes a Tahití y el traslado a las Islas Marquesas, en la Polinesia francesa, marcan sin lugar a dudas la carrera artística de Gauguin que, atraído por la libertad que allí respira, hará de su obra un paraíso, lejos de la realidad a la que se enfrenta, una frágil salud y unos dolores que lo harán recurrir a la morfina.

Paul Gauguin ha inspirado a numerosos e importantes artistas como Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Henri Matisse y André Derain. 

La pieza audiovisual está confeccionada por el Grand Palais de París, que la ha difundido a través de su canal de YouTube.