El Museo de Art Nouveau y Art Déco – Casa Lis de Salamanca acoge hasta el  5 de junio la exposiciónIgnacio Zuloaga y Manuel de Falla: historia de una amistad”, que recorre la relación personal y los principales proyectos que los dos creadores desarrollaron en común.

Canal Patrimonio

Zuloaga y Falla

La muestra, comisariada por José Vallejo y organizada junto con el Museo Ignacio Zuloaga-Castillo de Pedraza y el Archivo Manuel de Falla,  exhibe más de un centenar de piezas de documentación epistolar, pictórica, fotográfica, periodística, dibujos y partituras, para explorar en profundidad y por primera vez la relación personal y los proyectos profesionales desarrollados en común por Zuloaga y Falla, así como su influencia mutua y la ejercida sobre su entorno.

Un recorrido cronológico (1913-1939) por el trabajo conjunto de estos dos excepcionales creadores con el fin de contextualizarlo en su época histórica. Entre las piezas destacan una treintena de obras de Ignacio Zuloaga junto a obras de Pablo Picasso, Manuel Ángeles Ortiz, Hermenegildo Lanz y Eugenio Lucas Velázquez. Más de cien obras procedentes de las instituciones organizadoras, así como del Museo Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional del Teatro de Almagro, el Ayuntamiento de Granada, Patronato de la Alhambra, colecciones particulares y el Instituto Cervantes de París, entre otros. La exposición cuenta con la colaboración de Acción Cultural Española (AC/E) y la Junta de Castilla y León.

Historia de una amistad

Lolita tendida, Ignacio de Zuloaga

Las investigaciones indican que posiblemente Falla y Zuloaga se conocieron en París en 1910, pero no es hasta 1913 cuando existe una prueba documental de su relación. Es en esta fecha cuando arranca el recorrido de la exposición, con la carta en la que el compositor solicita ayuda y consejos a su amigo pintor para la puesta en escena de La vida breve. Tras este primer contacto, ambos mantienen una relación epistolar a través de la cual, como explica el comisario de la exposición, José Vallejo, “se traslucen los éxitos, los fracasos, las inquietudes sociales y políticas, las ilusiones, los problemas familiares y, sobre todo, la forma de ver la cultura española y el arte de estos dos magníficos creadores”.

Zuloaga y Falla se encuentran en París, Madrid y Granada, entre otras ciudades, a lo largo de dos décadas. Su relación de amistad les anima a trabajar juntos en un gran proyecto en el que música y escena cuentan con la dirección de los dos, propósito que tardará quince años en formalizarse con la representación de El retablo de maese Pedro en la Ópera Cómica de París en 1928.

El retablo es la culminación profesional de la colaboración entre los dos autores durante veinte años en diversos proyectos, la mayoría con un interés social. Entre ellos, destacan: la inauguración del proyecto de Zuloaga de las escuelas de Fuendetodos en la casa natal de Goya, en 1917; el trabajo conjunto en la obra escénica sobre la novela de Enrique Larreta, La gloria de don Ramiro (1919-1921); el Concurso de Cante Jondo de Granada, organizado por Falla, Federico García Lorca y Fernando Vilchez en 1922; la exposición de Zuloaga ese mismo año en el Museo de Meersmans de Granada.

El último encuentro entre los dos artistas tuvo lugar en 1932, cuando Falla se aloja en casa de Zuloaga en Zumaya con motivo de la inauguración del Museo de San Telmo y el pintor realiza el conocido retrato del músico. El recorrido finaliza con la carta de despedida que en 1939 Falla envía a Zuloaga antes de su viaje a Argentina, donde muere en 1946, un año después que su amigo.

IMÁGENES: Fotografías cedidas por el Museo de Art Nuveau y Art Déco Casa Lis de Salamanca del folleto anunciador de la exposición y de la obra de Zuloaga, Lolita tendida.