Una treintena de universitarios de toda España se ha incorporado al segundo turno del XII curso de Arqueología-Campo de trabajo en Matallana, organizado por la Diputación de Valladolid e impartido por el Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología Social de la Universidad de Valladolid (UVa).

Canal Patrimonio

Matallana

Desde el día 25 de julio y hasta el 21 de agosto, la Finca Coto Bajo de Matallana acoge, bajo la tutela de los arqueólogos Manuel Crespo y Raúl Martín y los profesores de prehistoria Germán Delibes y José Antonio Rodríguez, las excavaciones en el yacimiento denominado El Casetón de la Era, un rico paraje arqueológico en el que se conocen ocupaciones humanas que van desde la Edad del Cobre (3000-2500 antes de Cristo) hasta época medieval (siglos X al XIII).

En el primero de los sectores se ha excavado un tramo del foso intermedio, donde se han recuperado multitud de restos prehistóricos como huesos de animales, adobes, cerámicas y objetos tallados en piedra. Por otra parte, en el sector medieval se ha abierto una gran área de excavación en la que han aparecido hasta la fecha una serie de hoyos o testares en los que los antiguos alfareros tiraban los productos abortados durante la elaboración de tejas y ladrillos asociados a un horno destinado a la fabricación de tejas.

Desde la Diputación de Valladolid recuerdan que lo más interesante son los tres fosos concéntricos que circunvalan una antigua aldea de la Edad del Cobre y otro sector, localizado a pocos metros al oeste, con una serie de señales magnéticas muy acusadas, que se corresponden con un área de combustión medieval relacionada con la producción de tejas.

Las características del horno y los materiales cerámicos asociados a él permiten datarlo en época medieval. A tenor del gran tamaño que debió tener el taller alfarero, unos 160 por 60 metros, su utilización debe estar relacionado con las obras de construcción del vecino monasterio cisterciense de Santa María de Matallana, cuyas ruinas aún se pueden visitar a unos 200 metros al oeste del yacimiento.

Una construcción de gran tamaño que se extendió a lo largo de la primera mitad del siglo XIII y requirió de ingentes cantidades de ladrillos, baldosas, tejas y otros productos cerámicos cuya elaboración debió tener lugar en el taller alfarero que la actual campaña de excavaciones permite sacar a la luz. ICAL

IMAGEN: Fotografía de una de las campañas desarrolladas en Matallana. Agencia ICAL_Leticia Pérez