Los colores y formas de las 300 obras surrealistas -en su mayoría litografías- del pintor español Salvador Dalí que componen “La Mirada de un Genio”, han convocado a más de 10.000 visitantes en el mes y medio que lleva la muestra en Montevideo.

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“La gente lo ha recibido con entusiasmo en algunos casos, con curiosidad en otros, pero entiendo que la gente que viene se va contenta”, relató Aldo San Martín, el promotor de la sala Patio Rambla, en dónde se exhibe la colección hasta finales de junio. Para el “uruguayo común” es difícil poder acceder a este tipo de obras del artista -que van desde esbozos eróticos a su interpretación de los Diez Mandamientos-, ya que tendrían que desplazarse a la casa-museo Salvador Dalí en Cadaqués o algún museo de Nueva York, indicó.

San Martín explicó que el objetivo es difundir estas piezas dalinianas, que pertenecen a un coleccionista argentino, por toda Latinoamérica y que la exposición ha recorrido ya Argentina, Chile y Uruguay, pero la idea es que también llegue a Colombia, Ecuador y México. La mayor parte de la muestra está compuesta por litografías originales que datan de las décadas de 1950, 1970 y principios de 1980, aunque también hay esculturas, grabados en plata y proyecciones de sus trabajos audiovisuales.

“Se pueden ver litografías que a su vez están intervenidas con la técnica del collage y color agregado”, explicó una de las guías de la muestra  Cecilia Serra. En esta categoría, se puede ver “la visión que Dalí tenía hacia el futuro” a través de litografías que tratan sobre posibles creaciones futuristas como lentes que proyectan distintos hologramas o sillones que se acoplan a la respiración del que se sienta.

Entre las obras también se pueden apreciar fotografías del artista en su estudio o leer frases que dijo en vida, como: “Mis dibujos son mediocres, pero los dibujos de los demás son aún peores”. Una de las obras que más llama la atención es el original Tarot que el artista catalán hizo para su esposa Gala. No obstante, San Martín contó que no se pudieron exhibir todos los naipes, pues se tuvieron que guardar 20 litografías “porque faltaban paredes” para colgarlas.

Los Caprichos de Goya, surrealistas y a color

En las paredes de la planta baja del Patio Rambla, sin embargo, hay espacio para las 80 reinterpretaciones que Dalí hizo de “Los Caprichos”, grabados de Francisco de Goya. En estas litografías, Dalí hace aún más satíricas las obras que el pintor creó a finales del siglo XVIII al añadir “elementos de surrealismo y color”. 

Además, en una de las salas de la planta inferior, se puede ver una versión daliniana de Pablo Picasso. En este caso, Dalí se decantó por inmortalizar al artista en un retrato cubista hecho en una placa de plata. Una de las curiosidades de esta pieza es que el pintor surrealista decidió adornar la cabeza de Picasso con una corona de laurel. Pero este acto, según narró Serra, no fue una forma de reconocimiento hacia el creador cubista, pues en la parte de atrás de la obra Dalí optó por coronar su firma con unos laureles mucho más grandes y voluminosos. 

 

IMÁGENES: Varias obras exhibidas en la exposición “La Mirada de un Genio”, en Montevideo (Uruguay), abierta hasta finales de junio. EFE