Hoy, 7 de abril, se cumple el cuatrocientos aniversario de la muerte del Greco y Toledo homenajeará a su ilustre vecino como lo hizo hace cien años, un soleado martes en el que se celebró por todo lo alto la efeméride.

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La conmemoración significaba que a partir de ese momento y de manera definitiva el Greco había sido admitido en el grupo de los genios de la pintura, tras pasar siglos prácticamente olvidado hasta que los románticos del XIX comenzaron a reivindicar su obra. Los periódicos de la época y los libros de historia dejaron constancia de los actos que tuvieron lugar aquel día en Toledo, cuando se inauguró el Monumento al Greco en el solar donde se cree que estuvo su casa y se celebró una procesión cívica con el nuncio papal como el alto dignatario más importante.

Un día antes, el lunes 6 de abril de 1914, el diario ABC publicaba un artículo con el titular ‘Centenario del Greco’ en el que informaba de que “llegaría de Madrid la lucida comisión de ilustres artistas que, en representación del Círculo de Bellas Artes, concurriría al centenario”. Para el tercer centenario de la muerte del pintor cretense, se organizaron numerosas conferencias en la ciudad de Toledo en las que se reafirmó la figura del pintor y en las que todos los conferenciantes fueron “unánimemente aplaudidos”, según los cronistas de la época.

El libro ‘El descubrimiento del Greco’, de Eric Storm, dedica un capítulo entero a hablar de este centenario y apunta que la festividad propiamente dicha comenzó el Domingo de Ramos con la inauguración de una exposición en la Casa del Greco. Al día siguiente, hubo un concierto en la plaza de toros. El pintor también fue homenajeado por las reales academias de la Historia y de San Fernando en una reunión que también se celebrará en 2014 y a la que se sumará la Real Academia de Bellas Artes, que en ese momento aún no estaba creada. También hubo dos misas en honor al artista y las revistas publicaron números especiales sobre el Greco.

Ya el 7 de abril, el nuncio papal, el gobernador civil, el obispo auxiliar, el gobernador militar y un diplomático griego encabezaron la procesión cívica hasta el paseo del Tránsito, donde el nuncio bendijo el monumento en honor al Greco que aún permanece en pie. El autor del blog ‘Toledo Olvidado’, Eduardo Sánchez Butragueño, recuerda en una de sus entradas “la soleada jornada del 7 de abril de 1914” y añade que en la procesión participaron timbaleros, el Colegio de Huérfanos, las cámaras Urbanas y de Comercio, la Academia de Infantería, los juzgados de instrucción, los colegios de abogados, el Ayuntamiento y la Diputación, entre otros. Partieron de la plaza del Ayuntamiento y, tras recorrer varias calles del laberinto que conforma el Casco Histórico de Toledo, llegaron al Paseo del Tránsito, a escasos metros de donde actualmente se encuentran las Cortes autonómicas y la sede de la Presidencia regional.

El monumento fue obra del escultor José Capuz y del arquitecto Eladio Laredo y cuenta con un estilo neoclásico, aspecto que fue criticado por los sectores vanguardistas, pues la obra era para homenajear a un pintor demasiado alejado de lo clásico. Storm también cuenta en su libro este hecho y añade otras críticas, como el carácter conservador de la conmemoración del tricentenario y la escasa atención a la participación popular en los actos. En este sentido, la Fundación El Greco 2014 señala en su página web que, al final, los actos del tercer centenario “no tuvieron la entidad prevista por la compleja situación política que atravesó el país en esos años y los problemas surgidos entre las distintas comisiones y patronatos encargados de llevarlos a cabo”. Sin embargo, el balance que queda es positivo, pues los esfuerzos de todos supusieron el espaldarazo para conseguir el reconocimiento universal que se buscaba y lograr que cien años después la ciudad de Toledo vuelva a conmemorar la efeméride con mucha más fuerza y atrayendo cada día a un incesante goteo de turistas nacionales e internacionales.

 

IMAGEN: Una mujer pasa ante el monumento dedicado al Greco, obra del escultor José Capuz y del arquitecto Eladio Laredo, en el Paseo del Tránsito del casco histórico de Toledo. EFE