El escultor pontevedrés Isaac Cordal inunda la ciudad de Nantes con la exposición “Le voyage à Nantes”, que puede visitarse hasta el 1 de septiembre. Sus  figuras de hombres tristes y grises, melancólicos y solitarios, pretende ser una crítica sobre las conductas de la masa social actual.

Redacción Canal Patrimonio

Esculturas Isaac Cordal Nantes- EFE- 29072013
La obra “Follow the leader”, que se ha apropiado de la céntrica plaza de Bouffay, descubre una isla de viviendas demolidas y escombros de edificios destruidos en el casco histórico de la ciudad, precisamente uno de los  barrios que está experimentando reformas urbanísticas constantes. Más de dos mil arquetipos de la sociedad capitalista, hombres de negocios, soldados y meros ciudadanos, deambulan como auténticos zombis por esta “ruina contemporánea”, testimonio de la condición efímera de las construcciones humanas.

Bajo el asfixiante sol veraniego y atormentadas por los efectos colaterales del progreso, algunas figuras se cubren con máscaras para no ver lo que han hecho, otras se llevan las manos a la cabeza y también las hay enterradas en los desechos, con la grava a punto de rebasarlos. El material empleado para modelar estos cuerpos humanos es el hormigón, una simbólica alusión a la “edificación desmedida” de las costas españolas que, para el escultor, se han convertido en una “ciudad continua”.

Esculturas Isaac Cordal Nantes 2- EFE- 29072013
Arte que invita a pensar
Este artista de la calle evoca la “nueva esclavitud”, avisada por del pensador Kevin Bales, con la representación de una sociedad que está oprimida “sin saberlo” y a la que retienen “cadenas invisibles que implican un tipo de encierro diferente al tradicional”. Así, Cordal activa el cerebro del espectador con la pieza “El despacho” en la que presenta la típica escena familiar del siglo XXI donde los miembros se reúnen alrededor del sofá para ensimismarse, cada uno, con las maravillas de su propio teléfono inteligente.

A continuación sorprende con “La familia”, un homenaje a la cita del filósofo francés Gilles Deleuze en la que afirma que “La empresa es la familia”, y que Cordal hace suya con la superposición de unas jaulas para conejos donde emplaza al hombre trabajador, extenuado, indefenso y desprotegido. Un escritorio, un ordenador, un teléfono móvil, un maletín y un personaje uniformado con un traje de chaqueta desaliñado, los ojos hinchados, arrugas en la cara y las manos y los cabellos canosos, son los únicos inquilinos de estas “cárceles”, que parecen salidas de la novela “1984” de George Orwell.

Un mundo de desigualdades
Los maletines son un elemento recurrente en el trabajo del artista gallego, que en la obra “Segunda residencia” les atribuye un cometido arquitectónico y los transforma en los muros de una verdadera prisión con torres de vigilancia y alambradas eléctricas. Estas carteras de trabajo, que muchas esculturas de Cordal sujetan firmemente a la altura del corazón, también sustituyen al queso como cebo en las trampas para ratones de la instalación “Hambre”, en la que los hombres, siempre figuras masculinas, se han quedado atrapadas. “Creo personajes masculinos porque en este mundo en el que impera la desigualdad son ellos los que dominan, controlan y gestionan. Sin embargo, no apunto a toda la sociedad, únicamente a un fragmento de ella”, aclara el autor.

El compromiso de Cordal con el medioambiente y con Nantes, “capital verde europea” de 2013, se revela en la obra “Esperando el cambio climático”, que está sumergida en las aguas del foso del castillo y que combina el hormigón con porciones de naturaleza, como los patos que curiosean la pieza entre zambullido y zambullido. En este último trabajo las figuras del escultor pueden haber tenido la fortuna de subirse a un flotador y salvarse de la catástrofe ambiental, estos son un reducido grupo de tres, o la desventura de estar con la verdosa agua al cuello.

IMÁGENES: Fotografías facilitadas por Bernard Renous de la obra “Follow the leader”,  del escultor español Isaac Cordal que se ha apropiado de la céntrica plaza de Bouffay, y de la obra “La empresa es la familia”. / EFE