El escritor y periodista Tomás García Yebra publica “Naverismos. El habla popular de Las Navas del Marqués” (Maxtor, 2018), un divertido e instructivo diccionario sobre el lenguaje autóctono de esta población ubicada entre Ávila y El Escorial (Madrid).

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El glosario de García Yebra recopila historia, patrimonio, gentes y oficios de Las Navas del Marqués. La idea surgió de forma espontánea, gracias a la sugerencia de dos vecinos (Rocío García y Jesús Pascual) y que tomó forma en el taller de escritura creativa que García Yebra dirige en este municipio desde hace años.

En este peculiar bosque de palabras anidan especies autóctonas, generalmente ligadas a oficios y tradiciones como es la explotación resinera del casi millón de pinos que alfombran y oxigenan el término de Las Navas del Marqués. No en vano, ‘Jabudo’, la acícula u hoja del pino, y ‘piñota’, la que no es piñonera y servía para encender la lumbre, son dos de los términos más autóctonos.

Junto a ellos, hay modismos o locuciones que coexisten en otros territorios colindantes, aunque con el aderezo característico de la zona. “Muchas veces no es sólo la expresión de la palabra sino el modo en que se emplea, es decir la entonación, la modulación o el énfasis”, explica el autor.

 

 

De meño a estenería
La cocina, la vida y la muerte, los insultos y los desprecios, son otros de los apartados de este repertorio lingüístico, que reúne “giros, expresiones populares con garra y expresivos” y ha desechado las palabras resultantes de mala pronunciación o producto de un desconocimiento lingüístico, apunta García Yebra, coordinador de esta iniciativa junto a Juanjo Vilar, Ana Gómez, Daniel F. Ibáñez y María Lozano, proclive a una continuación en caso de nuevas incorporaciones en cantidad apropiada, ha matizado.

Una piedra grande que estorba en el camino es un ‘meño’ y una ‘estenería’ el lugar donde se depositaban vísceras animales, según esta ficticia Real Academia Navera. ‘Esvalijón’ son los mareos provocados por el hambre, y ‘atorviscao’, sirve para definir a la persona atontada o abobada.

Son vocablos que “más o menos pueden usar y entender las personas que tienen más de cincuenta años”, subraya García Yebra, articulista, novelista y ensayista con títulos como “Madera de Cela” (2016), “Los crímenes del Museo del Prado” (2008) y “Andanzas por España de un excéntrico inglés” (2010).

 

IMÁGENES: El escritor y periodista Tomás García Yebra acaba de publicar un peculiar diccionario sobre el habla popular de Las Navas del Marqués (Ávila). EFE