Altamira recibe las primeras visitas, tras doce años cerrada al público. Cinco serán los afortunados en ver, durante 37 minutos, las famosas pinturas. Lo harán acompañados por un guía y ataviados con gorro, guantes, mascarillas y calzado especial para no afectar a las condiciones de la cueva.

Canal Patrimonio

Altamira_EFE

Ataviados con mascarillas, gorros, calzado especial, guantes y una lámpara frontal cinco afortunados entrarán hoy a la Cueva de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria). Este ancestral y emblemático lugar llevaba doce años cerrado al público, para evitar el deterioro de sus famosas pinturas rupestres.

La visita de hoy, que no durará más de 37 minutos, será la primera de una serie de recorridos experimentales, que, inicialmente, se prolongarán hasta el mes de agosto y que servirán para dar continuidad a los estudios que se están realizando sobre el estado de la cueva desde septiembre de 2012. El equipo científico ha colocado sensores de temperatura y humedad, que registrarán cualquier variación que se produzca en la cueva, como consecuencia de las visitas y analizarán su impacto en las pinturas.

¿Cómo se decide quién entra y quién no? Será por sorteo, al  que podrán apuntarse las personas que estén interesadas y que ese día visiten el Museo de Altamira. Hoy, a su entrada a esta instalación, se ha ofrecido a los visitantes la posibilidad de rellenar un formulario con sus datos de contacto. Una hora antes de la entrada a la cueva se extraerán de modo aleatorio cinco formularios de una urna, y así se deciden los elegidos, que además de la indumentaria especial, deberán seguir unos protocolos, como por ejemplo, no entrar en contacto con la roca ni sacar fotografías.

A partir de agosto se conocerán los resultados de todas las visitas experimentales y los efectos de la presencia humana en la cueva, y será el Patronato de Altamira el que decida si en el futuro la cavidad puede recibir visitas de manera continuada. Las visitas experimentales podrán ser suspendidas y se podrán introducir cambios en su formato, de acuerdo con el criterio y las necesidades científicas.

IMAGEN: Museo de las Cuevas de Altamira / EFE_Archivo