Los restos de la embarcación han sido localizados cerca de la playa de Belinho, en el norteño municipio de Esposende, a apenas 100 kilómetros de Galicia.

Los investigadores saben que data del siglo XVI. Es la única certeza que tienen hasta el momento y tratan de descifrar su origen a partir de las piezas y objetivos rescatados.

 

La arqueóloga del Ayuntamiento de Esposende, Ana Paula Almeida, explica que es “uno de los descubrimientos arqueológicos subacuáticos más importantes realizados en Portugal” y uno de los más completos de su clase encontrado a nivel mundial.

“Los datos apuntan a que se trata de un naufragio ocurrido en la segunda mitad del siglo XVI, de un navío probablemente construido en la península ibérica y que retornaba del norte de Europa”, apunta a Efe Filipe Castro, el arqueólogo de la Universidad de Texas A&M (EEUU), que colabora en la investigación.

A ellos se une también Alexandre Monteiro, del Instituto de Arqueología y Paleociencias de la Universidad Nova de Lisboa, la tercera parte que trata de arrojar luz sobre el pecio.

 

Inicio de la historia
El origen de este hallazgo está en 2014, cuando los hermanos João y Alexandre, vecinos de Esposende, encontraron varios objetos del barco que una tempestad llevó hasta la playa. Centenares de platos, cuencos y proyectiles quedaron entonces a la vista de los sorprendidos lugareños y fueron analizados en 2015 en el ámbito de un proyecto europeo liderado por la investigadora española Ana Crespo Solana.

Gran parte de los objetos estaban realizados en estaño o latón, destacando también los candelabros en bronce, y los fragmentos de piedra y metal revestidos de cuero.

La información recogida, teniendo en cuenta las dimensiones de las embarcaciones de la época, apunta a que se trata de un navío de entre 20 y 25 metros de eslora, con compartimentos centrales que medían entre 2 y 2,5 metros de ancho.

 

Evitar saqueos
Los expertos explican que el hecho de que, a priori, no haya sufrido saqueos y que se encuentre protegido por una capa de sedimentos es de gran importancia, dada la cantidad de información que puede ser ahora recogida.

El punto central de las pesquisas pasa ahora por recuperar dos cañones de bronce y dos objetos que se encuentran visibles en las profundidades, para desincentivar así el pillaje en el lugar.

Filipe Castro subraya que “la implicación de la comunidad es la mejor solución” y apunta que “si las personas viesen el patrimonio como suyo se volvería más difícil que hubiese pillaje y venta de hallazgos arqueológicos”.

 

La investigación ha llamado ya la atención de la comunidad arqueológica internacional, atrayendo el interés de las revistas de divulgación arqueológicas extranjeras, en tanto que se preparan varios artículos académicos sobre este hallazgo.

 

IMÁGENES: En la parte superior de la noticia, restos marinos que han sido hallados en aguas cercanas a Galicia. En la parte central, uno de los buzos que conforman el grupo de arqueólogos portugueses que ha localizado el navío. /EFE