Las piezas más famosas de los autorretratos realizados por los maestros holandeses del siglo XVII se exponen a partir en el Mauritshuis con el objetivo de mostrar la calidad y la variedad del género.

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Exposición de Autorretratos en La Haya

La exposición “Autorretratos Holandeses. Los ‘selfies’ de la Edad de Oro” recoge veintisiete autorretratos de maestros como Jan Steen, Rembrandt, Carel Fabritius y Gerrit Dou, que ponen de manifiesto las tipologías y la importancia del género en la Edad de Oro en general, pero sobre todo en Holanda, donde se realizaron muchos más que en cualquier otro país.

La muestra incluye autorretratos en los que el artista se representaba en familia o con el retrato de su esposa, simplemente como un caballero, sin ninguna referencia a su profesión, desempeñando un papel concreto como un cazador, con alguna de sus pinturas o con los atributos profesionales, entre otros. De hecho, “la categoría más popular en el siglo XVII son los autorretratos con atributos profesionales, en los que el pintor se representaba orgulloso con su instrumental, que aparentemente había perdido la connotación de trabajo manual”, explica la comisaria, Ariane van Suchtelen.

Reflejo del contexto y de la profesión

Algo que demuestra “el nuevo estatus de los pintores desde el Renacimiento, ya reconocidos como miembros de los altos rangos de la artes liberales“, añade. Porque el género del autorretrato, además de dar información sobre el estilo del pintor, también aporta muchos datos sobre una época y sobre la práctica de la pintura, ya que representaban de una manera muy realista las herramientas y utensilios.

“Así nos damos cuenta de la diferencia entre preparar en el siglo XVII una paleta y ahora, dado que antes del invento de los tubos de pintura, por ejemplo, una paleta se preparaba color a color en el momento exacto que el pintor lo necesitaba, y en el caso de los autorretratos, casi siempre se incluía el color carne necesario para pintar el rostro”, comenta la comisaria.

Diferencias con los actuales “selfies”

Hoy el término “selfi” o autofoto es un formato de fotografía muy extendido y muy popular aunque el autorretrato es una tipología de representación de uno mismo que se remonta a épocas pasadas. No obstante, como destaca Van Suchtelen, “existen muchas diferencias entre los autorretratos del siglo XVII y los autofotos que hacemos hoy con un móvil o una tableta”, a pesar de que se mantiene la preocupación por elegir “la expresión, luz, el escenario o la ropa adecuada”.

En la Edad de Oro, por ejemplo, se trataba de un arte reservado solo a pintores, escultores o artistas, “los únicos capaces de realizar sus propios retratos dado que pintar era un proceso muy intenso, para el que se necesitaba educación y talento, y seguramente requería semanas de trabajo, como mínimo”, señaló. La facilidad con la que hoy hacemos una autofoto sería impensable para un artista del siglo XVII, pero también la difusión porque hoy “los ‘selfies’ pueden mostrarse al mundo entero, mientras que la pintura es única”.

La representación femenina, Judith Leyster

Entre las piezas que se presentan en la exposición, el autorretrato de Judith Leyster es especialmente significativo, dado que es la única mujer representada en la exhibición pero también porque fue una de las artistas más exitosas de la Edad de Oro, asegura la experta. Además, ella se representa riendo y mirando hacía el espectador mientras trabaja en “El violinista feliz” una de sus pinturas más famosas. Asimismo, la pintura de Huygh Voskuyl, es uno de los autorretratos más inusuales en términos de la expresión facial y fondo y “sería el más similar a lo que hoy entendemos por autofoto”, destacó Van Suchtelen.

Para la experta, otra de las piezas sin duda significativas de la exposición es la de Rembrandt dado que fue “un maestro representando emociones en los retratos y famoso por su estilo excepcional y virtuoso, como se puede apreciar también en sus autorretratos”. Aunque también es destacable para la comisaria “la delicada pincelada de Gerrit Dou y su gran habilidad a la hora de representar objetos cotidianos que hace especialmente atractivos a sus autorretratos”. O el trabajo extraordinario de Jan Steen, pieza central de la exposición, el “pequeño tesoro” de Frans van Mieris, en cuyo autorretrato posa a la manera de Tiziano y Rembrandt, o la pintura de Cornelis Bisschop, que se representa como el pintor clásico Parrasio, mostrando así que podía seguir los pasos del famoso antecesor. Asimismo, es interesante ver las diferencias entra la pieza de David Baill, que se representa a los 67 años, o la de Carel Fabritius, que se pintó a la edad de 25. La exposición se podrá ver hasta el próximo 3 de enero de 2016.  EFE_María López Fontanals

IMAGEN:  Fotografías facilitadas por Mauritshuis, de los autorretratos de Judith Leyster (i) y de Rembrandt (d), que forman parte de la muestra “Autorretratos Holandeses. Los ‘selfies’ de la Edad de Oro”. EFE