Tras haber caminado por calzadas y puentes, en este nuevo capítulo de nuestro curso monográfico “El Camino de Santiago: Arte e Historia”, nos adentramos en aldeas, villas y ciudades.

 

Un elemento imprescindible para la consolidación del Camino de Santiago fue la colonización y urbanización de los territorios por donde pasaba. Desde mediados del siglo IX y sobre todo a lo largo del X el espacio cristiano fue ensanchando sus fronteras tanto hacia el sur, hasta la línea del Duero, como hacia el este, con la conquista de la Rioja en el año 923. Poco a poco, gentes procedentes de las montañas se asentaron y repoblaron algunas ciudades por donde más tarde discurriría la ruta jacobea, como Astorga (854), León (856), Castrojeriz (883) y Burgos (884). Algunas de estas localidades se levantaron sobre las ruinas de antiguas ciudades y mansiones romanas, unidas por los restos de la Vía Aquitana. Astorga, por ejemplo, conserva aún abundantes vestigios de su pasado romano, como las murallas, las termas o la Ergástula.

 

 

En entregas anteriores 

 

1. El descubrimiento del sepulcro y la propaganda compostelana

2. Los primeros peregrinos

3. La formación del Camino principal y su consolidación

4. Los caminos alternativos y rutas secundarias

5. La peregrinación a Compostela a lo largo de la historia

6. Los motivos de la peregrinación

7. Ritos y ceremonias

8. Calzadas y puentes