Cada vez es más evidente, la repercusión que para el desarrollo de determinadas comarcas puede llegar a tener la recuperación y promoción de su Patrimonio Histórico y Artístico. Un ejemplo claro de ello, es la Villa de Caminha y su iglesia de la Misercórdia, en Portugal.

Canal Patrimonio_ Carlos Costa, director de Atelier Samthiago

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El Camino hacia Santiago de Compostela por la costa portuguesa ha sido merecedor, a lo largo de los últimos años, de una enorme atención. Igualmente,  ha concentrado múltiples iniciativas de dinamización destinadas a promocionarlo y fomentar su utilización. Recientemente, los 10 municipios de la zona litoral portuguesa, entre el Duero y el Miño (Matosinhos, Porto, Viana do Castelo, Vila do Conde, Maia, Vila Nova de Cerveira, Esposende, Caminha, Povoa de Varzim e Valença), reflexionaron en torno al proyecto de promoción de los Caminos de Santiago y, en particular, del Camino portugués de la costa.

Desde la Edad Media, los Caminos de Santiago representan itinerarios de peregrinación hacia Santiago de Compostela, en Galicia. Del mismo modo que existen varios Caminos por toda Europa que convergen en Santiago, en Portugal no puede hablarse de un solo camino. Dichos recorridos de Peregrinación se estructuraban como una red de caminos o vías existentes en los que algunos tramos se asumen como ejes principales, tal como sucede con las actuales redes viarias. Uno de esos itinerarios es, precisamente, el Caminho Portugês da Costa, un trayecto costero que une Porto por otros concejos del litoral hasta Galicia.

En esta ruta, el paso para Galicia a través del río Miño puede ser realizado por La Guardia-Caminha, Goian-Vila Nova de Cerveira o Tui-Valença. Según algunos historiadores, la importancia de este enlace litoral llegó a su máximo nivel a partir del siglo XVIII, siendo muy utilizada por las poblaciones costeras y por usuarios de los puertos marítimos.

El desarrollo de una estrategia concertada de investigación, promoción y dinamización del Caminho Português da Costa para Santiago de Compostela representa el principal objetivo del Protocolo firmado en 2011 por los 10 municipios citados: divulgar, promover y revitalizar uno de los Caminos más usados por los peregrinos hacia la ciudad compostelana.

De los muchos acuerdos establecidos en este Protocolo, está uno que merece, en principio, una especial atención: El compromiso de intervención y la recuperación de inmuebles de interés cultural en riesgo. También lo es la recuperación del patrimonio construido y la integración de rutas y planos transfronterizos.

El Patrimonio Histórico y Artístico, pilar sobre el que se construyen las rutas existentes, merece un enfoque especial, pues su recuperación y puesta en valor es un factor fundamental para que la ruta sea cada vez más atractiva y transitada por nuevos peregrinos.

La importancia de la recuperación del Patrimonio Histórico:

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En los últimos años, decenas de proyectos de recuperación de inmuebles y monumentos han sido llevados a cabo en el eje marítimo que une Porto hasta Caminha. En este sentido, la apuesta de las entidades competentes y autoridades locales ha sido esencial en beneficio del patrimonio y el turismo. En el último Programa Operacional Regional do Norte – ON2 (que incluye toda la región Norte de Portugal), fueron aprobados por valor de 17 millones de euros un total de 26 proyectos, de los cuales 12 se destinaron a la recuperación de patrimonio existente en el Caminho Portugués da Costa.

Los números y los criterios de valoración de las candidaturas a fondos comunitarios prueban que la inserción de una ruta cultural o religiosa le aporta un valor añadido.

Sólo en el municipio de Caminha, por ejemplo, pequeña villa de poco más de 15.000 habitantes y que marca el final de la etapa portuguesa del Caminho Português da Costa por el paso de La Guardia, fueron aprobados 2 de los 12 proyectos de relevancia en el ámbito de la recuperación del Patrimonio Histórico y Artístico: la recuperación del Monasterio de São João de Arga y la conservación y restauración del Patrimonio Artístico de la iglesia de la Santa Casa da Misericórdia de Caminha, para las que más allá de su posición fronteriza, su inserción en un eje cultural o religioso se muestra fundamental.

En 1513, momento en que en Portugal se definió la asistencia a los peregrinos como  objetivo de las instituciones de las Misericordias, fueron habilitados espacios de pernoctación y dependencias y hospitales de atención sanitaria. En Caminha vino a suceder lo mismo. Hoy la Misericordia de Caminha, fundada en 1516, desempeña la misma función de asistencia a los peregrinos, ya no como espacio religioso, pero sí con unas instalaciones adecuadas y preparadas para este uso: el Albergue de Peregrinos de Santiago de la Avenida Padre Piñeiro.

La relevancia histórica de este patrimonio en la articulación de la ruta es fundamental; conscientes de esa importancia, la administración de la Santa Casa de la Misericórdia de Caminha decidió proponer su candidatura para la recuperación de la iglesia y de su patrimonio, incluyendo una biografía para la conmemoración de los 500 años de la institución, que se celebrará en el 2016.

Esta visión y perspectiva permitirán dotar a la institución, en un futuro próximo, de nuevos valores culturales que dinamizarán y ampliarán la estimación de su patrimonio: además de la recuperación de la belleza artística de la iglesia, se recuperarán otros bienes, que permitirán dotar a Caminha de un espacio de ocio y cultura; así como de los medios adecuados para potenciar su atractivo turístico y cultural.

Iglesia de la Misericordia:

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La iglesia de la Misericórdia, de estilo renacentista y barroco, constituye una evidencia de la memoria edificada  y secular caminhense. Para Carlos Costa, conservador-restaurador de la empresa Atelier Samhiago y responsable del proyecto de ejecución de los trabajos de conservación y restauración de la iglesia de la Misericórdia de Caminha~, «la preservación histórica y artística, su potenciación y dinamización constituyen el punto de apoyo de su puesta en valor».

La experiencia adquirida en más de un centenar de intervenciones de recuperación de patrimonio y los estudios realizados para muchas instituciones de tutela del patrimonio portugués avalan su criterio sobre «la importancia añadida que adquieren las obras al ser incluidas en proyectos transfronterizos o rutas culturales».

El establecimiento del referido Protocolo, en 2011, deberá ser asumido por las instituciones de tutela. Sólo así, de forma concertada y seria, será posible atender los objetivos trazados. También el Patrimonio Histórico y Artístico ganará con esta nueva iniciativa de dinamización del camino Portugués de la costa.

Modelos como éste, o como el proyecto de cooperación transfronterizo del Plan Románico Atlántico (en el que participan la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, la Secretaría de Estado de Cultura de Portugal, Iberdrola, la Iglesia Católica portuguesa y la española, Diócesis de Salamanca, Obispado de Zamora y la Fundación Santa María la Real), u otros que puedan surgir en la macro-región transfronteriza de España y Portugal, deberán ser ampliamente dinamizados e impulsados para bien de la Cultura y el Patrimonio.

IMÁGENES: Fotografías y montajes facilitados por el autor del texto, Carlos Costa