El artista español Joan Fontcuberta continúa su búsqueda estética y filosófica sobre la confrontación entre la realidad y la ficción, el equívoco y la confusión, en “Camouflages”, la mayor exposición que le dedica París y que se presentó en la Casa Europea de la Fotografía (MEP).
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Fotógrafo conceptual nacido en Barcelona, en 1955, profesor, crítico y comisario de exposiciones, también videoartista, dibujante, pintor, escritor y artífice de instalaciones, Fontcuberta ocupa hasta el próximo 16 de marzo gran parte del espacio expositivo de la MEP, antiguo Palacio de Cantobre, en el corazón del Marais.
Comparte sede con otro ilustre creador internacional, el estadounidense David Lynch, quien con el título “Small Stories” exhibe en la última planta del edificio cuarenta imágenes inspiradas en su cinematografía onírica y perturbadora.
Bajo el título de “Camuflajes”, porque “siempre hay en ella algún aspecto que se camufla”, el Premio Nacional de Fotografía 1998 y Premio Nacional de Ensayo 2011, ha reunido 400 obras. En cada pieza, la imagen fotográfica se camufla en la pintura o en otras formas de representación visual.
La exhibición reúne series ya clásicas y otras más recientes, de “Herbarium”, “Fauna”, “Constelaciones” y “Sputnik” a “Deconstruir Osama” y “Milagros & Co” o “Sirenas”, viajes por diferentes disciplinas que Fontcuberta, considera que “podrían llamarse enciclopédicas”, como la botánica, la zoología, la paleontología, la historia, el arte, la religión, la astronomía o la geografía.
Fontcuberta confiesa que presenta su propuesta bajo el filtro de la ironía “como estrategia de engarce con el espectador”. Él mismo aparece a menudo camuflado en su obra, para ocupar el puesto imaginario del cosmonauta Ivan Istochnikov; el del abad paleontólogo Jean Fontana, descubridor de sorprendentes “hydropitecos”; el del cerebro de Al Qaeda Fasqiyta-Ul Junat, metralleta en mano; o el de falso reportero infiltrado en una comunidad esotérica. Así, nos desvela su presencia diferente, casi invisible, en los retratos de Cervantes, de El Greco, que salpican la exhibición.
Cuando realidad y ficción son una:
Caballero de la Orden de las Artes y las Letras francesas desde 1994 y primer fotógrafo español que recibió el Premio internacional de fotografía Hasselblad, en 2013, Fontcuberta dice trabajar así, porque “realidad y ficción no son dos ámbitos contrapuestos, sino que se autonecesitan”. La ficción, recalca, es una manera de estructurar “nuestros modelos de lo real y, si la ficción se desvanece, la misma realidad deja de ser inteligible”.
De ahí, su proyecto de confrontar realidad y ficción, para revelar los problemas “de la certeza de la imagen fotográfica”, interesado sobremanera en el prejuicio de la mirada, que “no es limpia e inocente, sino que viene cargada de rutinas, las cuales nos distorsionan y nos hacen ver otras cosas”, subraya. EFE_ María Luisa Gaspar.
IMAGEN: Fotografía facilitada por la Casa Europea de la Fotografía (MEP) de la instantánea “Miracles & Co. Munkki Juhani fait lire un chapitre du Kalevala à des suricates lapons” (2002), que forma parte de la muestra “Camouflages”. EFE