La relación entre el estudio y el aire libre, en cómo Cézanne introduce en las naturalezas muertas vestigios del paisaje y lleva a este la mentalidad colocadora de los bodegones, es el hilo conductor de la exposición que el Museo Thyssen-Bornemisza dedicará al pintor francés a partir del 4 de febrero.

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Desde hace treinta años no se ha podido contemplar en España una exposición sobre este artista, que se convirtió en el pintor más influyente de la primera mitad del siglo XX, en opinión de Guillermo Solana, director artístico del Thyssen y comisario de la muestra en la que se exhibirán 58 pinturas de Cézanne junto a diez de artistas como Gauguin, Pisarro, Braque o Derain. “Cézanne siempre fue el último de la fila entre los impresionistas, el rezagado y excéntrico. La crítica le puso como la oveja negra, el marginal” comentó el comisario.

Pintor de “tardía asimilación, lleno de torpezas”, no fue hasta su primera exposición individual organizada por Ambroise Vollard cuando consiguió la admiración de sus compañeros y se convirtió en una referencia esencial para los pintores jóvenes. En la obra de Cézanne, el paisaje es el género dominante, identificado con la práctica de la pintura al aire libre. “La mitad de las obras de su catálogo razonado, compuesto por unos mil cuadros, son paisajes”.

Pero, a diferencia de los impresionistas, Cézanne otorga también una importancia decisiva a un género propio del taller: la naturaleza muerta, con más de doscientas obras. “Sus naturalezas muertas siempre han sido particularmente importantes y le dan una singularidad”. Durante toda su vida cultivó ambos géneros “estableciendo una íntima conexión entre ellos, introduciendo en sus bodegones elementos paisajísticos y, recíprocamente, llevando a sus paisajes el orden de la naturaleza muerta”.

Culminación de una trilogía

La gran dificultad que existe para conseguir prestadas obras de Cézanne hicieron que a los cuatro meses de empezar a organizar la exposición se dudara “de que fuera viable”, recordó Guillermo Solana para quien esta muestra, después de las dedicadas la pasada temporada al “Impresionismo y aire libre” y a “Pissarro”, se puede ver como “la tercera parte de una trilogía”.

La de Cézanne es una de las apuestas más destacadas de la programación del museo durante este año, junto a “Mitos del pop”, que se inaugurará en junio. “Espero que así sea ya que se trata de una exposición muy cara. Ha habido que pagar muchos seguros privados”. A estas exposiciones se unirán las dedicadas a Darío de Regoyos, al “Impresionismo americano” y a Valentino.

“Retrato de un campesino”, del Museo Thyssen, introducirá al visitante en la exposición. Es una de las últimas obras de Cézanne y contiene el espíritu de la muestra en cuanto al lugar donde está pintada: la terraza del estudio a las afueras de Aix-en-Provence. Según Guillermo Solana, refleja un espacio de transición entre el interior y el aire libre.

Para el espacio siguiente se han seleccionado pinturas en torno a “La curva del camino”. Los caminos de Cézanne “tienen la particularidad de que invitan a entrar, pero enseguida bloquea el espacio; no puedes ir más allá porque el espacio está cerrado”. El recuerdo del ámbito construido y cerrado del estudio “determina el paisaje cézanniano de un extremo a otro. Existe un intercambio de cualidades; pinta los paisajes como naturales muertas y las naturalezas muertas como paisajes”.

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Estructura temática:

Con una estructura absolutamente temática, el recorrido mostrará a continuación una selección de pinturas de bañistas, “la única parte de su obra que no pintó del natural. Tanto los desnudos como el paisaje en el que se encuentran son inventados”. La propuesta del comisario en este espacio es relacionar paisajes pintados en Jas de Bouffan, la casa de campo familiar, con las pinturas de bañistas “el lado más ensoñado de los paisajes de Jas de Bouffan, una fantasía en la que Cézanne se imagina los paisajes habitados”.

La exposición permitirá contemplar también la relación entre la montaña de la Sainte-Victoire y las naturalezas muertas. En el lado inverso, se han seleccionado una serie de obras que muestran el paisaje como naturaleza muerta a través de la arquitectura. “En la naturaleza muerta predomina la percepción táctil, los objetos están al alcance de la mano, son palpables. Cézanne dota a sus paisajes de un sentido táctil que consigue con la arquitectura”. Las versiones que hizo del pueblo de Gardanne “fueron fuente directa de inspiración para los primeros cubistas, a los que fascinó esa geometría del último Cézanne”.  EFE_Mila Trenas.

IMÁGENES:   Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen y comisario de la muestra dedicada al pintor francés Cézanne, posa junto a las obras “Casa en la Provenza” (izda) y”La casa de Bellevue” durante la entrevista concedida a Efe e imagen de la obra “bañistas”, una de las que se podrá contemplar en la exposición. EFE