La imagen más conocida de Benito Pérez Galdós, un retrato que Joaquín Sorolla le pintó a sus 51 años, abandona temporalmente su domicilio habitual en Gran Canaria para ser expuesta en la exposición que la Biblioteca Nacional acogerá a partir del 27 de septiembre con motivo del aniversario de la Real Academia Española. ¿Con qué medidas de protección y seguridad lo hace?

Canal Patrimonio

Retrato Galdós- Sorolla- EFE- 18092013
El famoso retrato del escritor, que se hizo aún más popular cuando se decidió utilizarlo como imagen de los ya extintos billetes de 1.000 pesetas, ha salido ya de la Casa Museo de Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria rodeado de un protocolario ceremonial. Personal de una empresa especializada en trasladar obras de arte, la conservadora encargada de esa pintura, María Cárdenes, periodistas y hasta la directora del museo, Victoria Galván, se han dado cita para la despedida, que ha seguido cuidadosos pasos programados para impedir que el viaje y la estancia lejos de casa pasen factura al cuadro.

Las medidas y estrictas condiciones para la conservación, manipulación, embalaje y traslado de la pieza se han establecido desde la institución de la que es propiedad, el Cabildo de Gran Canaria, que se lo compró a los nietos del escritor en 1973, según ha expuesto María Cárdenes. Ella ha sido la encargada de supervisar toda la operación que rodea el viaje de este retrato de Sorolla a Madrid, adonde se trasladará para estar presente y comprobar que todo se ha hecho como se debía cuando el cuadro sea desembalado mañana por la tarde.

Retrato Galdós- Sorolla 2- EFE- 18092013
Con sumo cuidado
Antes de que partiera de la casa natal de Pérez Galdós, Cárdenes ha vigilado cómo se procedía a descolgar la obra de su emplazamiento habitual, ha verificado que su estado era el esperado y ha dirigido con precisión las labores encaminadas a efectuar con la mayor seguridad su embalaje. Según ha expuesto, una pieza de arte tan significada puede sufrir daños con los cambios, por lo que debe ser tratada con sumo cuidado, evitando no solo que registre golpe alguno sino que se invierta su posición habitual o que se vea afectada por variaciones bruscas de temperatura. Por estas razones, el retrato ha sido introducido para su viaje en una caja especial, que cuenta con un refuerzo interno con salientes destinados a proteger el marco, posee aislamiento térmico y hasta elementos ideados para anular los efectos de posibles vibraciones.

Victoria Galván ha recordado que la importancia de este cuadro radica en que es uno de los dos que pintara del escritor su amigo Sorolla, junto a otro que le hizo siendo ya más mayor y que se conserva en la Sociedad Hispánica de Nueva York.  El propio Galdós lo apreciaba y guardaba con mimo en la casa de Santander donde residió muchos años esa obra. En una ocasión prestó la pieza para una exposición de Sorolla que se hizo en Madrid,  y el propio escritor redactó una carta dando a su jardinero detalladas instrucciones para que fuera trasladada de forma que no sufriera daño alguno, ha recordado Galván.

IMÁGENES: Retrato del escritor Benito Pérez Galdós que pintó Joaquín Sorolla, trasladado temporalmente a Madrid, donde se exhibirá en la exposición “La lengua y la palabra: 300 años de la Real Academia Española” que la RAE organizará en la Biblioteca Nacional. EFE