“Sólo me han traído problemas. No robéis antigüedades”, así concluye la escueta nota mecanografiada que un ladrón anónimo, arrepentido y, quizá, escarmentado  ha dejado en el patio  del Museo de Culturas Islámicas y de Oriente Próximo, junto a las dos piezas que robó hace 20 años.

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Piedras robadas

Se trata de dos piedras de 2.000 años de antigüedad empleadas para ser arrojadas por ondas o ballesta, que el ladrón ha depositado en el Museo de Culturas Islámicas y de Oriente Próximo de la ciudad de Beersheva, desde donde serán trasladadas al Departamento Nacional de Tesoros de la Autoridad de Antigüedades de Islrael (AAI).

La nota del ladrón arrepentido

Un empleado encontró el hallazgo hace una semana en el patio del museo en el interior de una bolsa junto a la nota mecanografiada que indicaba su naturaleza y procedencia. “Éstas son dos bolas romanas de ballesta de Gamla de una residencia a los pies de la cima. Las robé en julio de 1995 y desde entonces no me han traído más que problemas. Por favor, no robéis antigüedades“, rezaba el anónimo.

Gamla, el lugar de origen de las piezas

mapa del lugar donde un ladrón robó supuestamente dos piezas arqueológicas romanas
mapa del lugar donde un ladrón robó supuestamente dos piezas arqueológicas romanas

Gamla era una ciudad judía antigua situada en los Altos del Golán y se cree que fue una fortificación seleúcida durante las Guerras Sirias antes de convertirse en un asentamiento romano durante la Gran Revuelta judía del primer siglo de nuestra era. La directora del museo, Dalia Manor, informó del descubrimiento a la AAI y pronto las dos piedras se sumarán a otras empleadas para ser disparadas con ballesta procedentes de excavaciones en Gamla y que hoy figuran en el archivo del Departamento Nacional de Tesoros.

Dani Syon, arqueólogo de la AAI que excavó en Gamla durante años dio la bienvenida al retorno de las piedras. “Cerca de 2.000 piedras como éstas fueron encontradas en la excavación. Los romanos las dispararon contra los que defendían la ciudad a fin de alejarlos de las murallas y pudieron aproximarse al muro y romperlo con un ariete. Eran manualmente cinceladas en el lugar por soldados o prisioneros”, explicó.

IMÁGENES: Fotografías facilitadas por la directora del Museo de Culturas Islámicas y de Oriente Próximo de Israel, Dalia Manor, de las piedras para disparar con ballesta y la nota que las acompaña e imagen de un mapa del lugar dejado por el ladrón que supuestamente marca el lugar de donde sustrajo las piezas arqueológicas de 2.000 años de antigüedad . EFE