André Derain, Balthus y Alberto Giacometti no solo fueron colegas sino artistas con una visión común del pasado del arte que la Fundación Mapfre trae a Madrid con la exposición “Derain, Balthus, Giacometti. Una amistad entre artistas”, aunque la historia del arte los haya situado en capítulos muy separados.    

Canal Patrimonio

Desde el 1 de febrero al 6 de mayo, la sala Fundación Mapfre Recoletos de Madrid presenta más de 200 obras centradas sobre todo entre los años 30 y 60 del pasado siglo -pinturas, esculturas, obras sobre papel y fotografías- con las que el visitante podrá descubrir los intereses que estos tres amigos compartían por el arte del pasado, las culturas primitivas o su adscripción a la figuración.    

“Los tres están muy lejos en los capítulos de los libros de Historia, sin embargo no solo fueron amigos, sino que compartían muchas cosas. Y cuando los ponemos juntos, cada uno nos ayuda a entender la obra del otro”, ha dicho Jaime Pablo Jiménez Burillo, director del Área de Cultura de Fundación Mapfre sobre esta exposición concebida por el Museo de Arte Moderno de París.    

Un realismo “muy extraño”

La muestra, organizada en seis secciones, muestra para el director de este museo parisino, Fabrice Hergott, el “realismo muy extraño” que realizaron estos tres artistas. Y es que, para la conservadora de la muestra, Jacqueline Munck, también conservadora Jefe de patrimonio del Museo de Arte Moderno de París, los tres estaban trabajando en un “realismo formado para la creación”.    

Por eso, ha añadido, esta exposición tiene “la ambición” de “intentar” hacer entender que André Derain (1880-1954), Balthus (Balthasar Kossowski) (1908-2001) y Alberto Giacometti (1901-1966) no muestran “un rechazo al arte contemporáneo” en sus obras. “Aquí tenemos un realismo muy moderno, muy extraño y no es academicismo”, ha destacado al tiempo que Jiménez Burillo ha expresado que la muestra pone de manifiesto un “planteamiento muy nuevo”, así como destruye el cliché entorno a la figura de Derain: “Aquí se invita a recuperar a artistas que fueron muy importantes y que siguen siéndolo”.

El recorrido expositivo se inicia con obras que representan la visión común que estos tres artistas tuvieron y que dirigieron a la tradición figurativa y a las culturas primitivas, y cuyo fruto son obras que mezclan simultáneamente estas influencias, como se muestra en “Le Joueur de cornemuse” (El gaitero) de Derain o “Femme qui marche” (Mujer que camina), de Giacometti.    

La muestra prosigue con sus paisajes, figuras y bodegones, que repasan los códigos de representación en la historia del arte, desde el neoclasicismo hasta Courbet y Corot; y continúa con la parte donde aparecen los retratos cruzados realizados a amigos y modelos comunes entre los tres, como la modelo y artista Isabel Rawsthorne.    

El mundo del espectáculo, los desnudos y la Segunda Guerra Mundial

En el siguiente espacio se introduce a los visitantes en el mundo del espectáculo, en el que los artistas se convierten en libretistas, decoradores y figurinistas. En este apartado se encuentra en un extenso número de obras que muestran la participación de Derain en la creación de decorados y figurines para ballet como “El barbero de Sevilla”.

Y tras ésta parte, Balthus y sus desnudos se adueñan de la siguiente sala con sus visiones de lo desconocido donde une el tema clásico de la mujer acostada con el tema del sueño, en una síntesis de tradición y modernidad. Así, la Fundación Mapfre ha traído a Madrid “Derain, Nu au chat” (Desnudo con gato); “Jeune fille endormie” (Muchacha dormida) o “Les Beaux Jours” (Los días felices).    

La muestra finaliza con el apartado “La garra sombría”, que profundiza en las tragedias de la Segunda Guerra Mundial. En palabras de la comisaria de la exposición, se trata de una exposición que hay que “ver y sentir” ya que ofrece además “muchas claves” para conocer también la historia de Francia de los años 20 y 30, el entorno intelectual en el que se movían los artistas, con figuras clave como Andre Breton, o la importancia de los galeristas de la época.

IMÁGENES: 1. “El padre del artista” (1932) de Alberto Giacometti. 2. “El hombre que se tambalea” (1950), Giacometti. 3. “La gran bacanal” (1934-35), André Derain. EFE/ Paco Campos